Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 18 de junio de 2012

CUANDO LAS ALAS DESCANSAN

¿Te has sentido alguna vez cansado?...pero, ¿realmente sin fuerzas para seguir un tramo más?. No te asustes, ni pienses que estás entrando en el camino recto hacia una depresión. Tampoco creas que ha llegado tu hora, ni que el resto de lo que queda no es para ti.
         Seguramente tu cuerpo o tu espíritu han pedido un descanso y se han cerrado tus alas para tomar aliento.
No siempre parar significa perder el ritmo. A veces, es tan necesario y nos damos tan poca cuenta que la decisión la toma nuestro cerebro. Nos deja quietos, inmóviles, como dormidos dentro de nosotros mismos para que aprendamos a hibernar.
Se trata de un mecanismo de defensa. Un auto apoyo que viene a salvarnos de la catástrofe. Quedarnos quietos significa mantenernos al margen del gasto de energía tanto en lo físico como en lo emocional. Resguardarnos de los torbellinos que debemos salvar a diario, supone un ahorro para acometer batallas nuevas. Un tiempo de quietud para afrontar la vida que está por llegar.
La tranquilidad siempre supone una importante dosis de silencio, una ausencia de movimientos bruscos, una parada para la observación del resto.
Si te encuentras en ese punto, si no tienes ganas nada más que de parar tu aleteo…alégrate porque ha llegado el momento de la calma reparadora; la hora de tomar fuerza para impulsarte mejor, el tiempo de recargar energía para ser más fuerte y decidido, más capaz y auto determinativo.
Pararnos nunca significa salirnos de la carrera, sino tomar impulso para avanzar más rápido después.
Date tiempo, toma aliento, repósate…descansa sobre ti y llénate de lo mejor que puede darte la quietud y el reposo.
No te asustes por parar. Mece tus esperanzas al son de una dulce nana y abrázalas despacito hasta que abran de nuevo sus ojos. Lo harán cuando te sientan capaz de vestirte con ellas de nuevo y salir vigoroso a vencer tus miedos.
Déjate descansar un tiempo, más luego sal otra vez a la vida para gozarla por completo.

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