Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 12 de noviembre de 2016

8 SEMANAS PARA CAMBIAR EL CEREBRO



Necesitamos solamente ocho semanas para cambiar el cerebro mediante la “meditación”.

“No lo dice un grupo «new age», ni unos amantes de la pseudociencia o de la falsa espiritualidad, sino un equipo de psiquiatras liderado por el Hospital General de Massachusetts, que ha realizado el primer estudio que documenta cómo ejercitar la meditación puede afectar al cerebro. Según sus conclusiones, publicadas en Psychiatry Research, la práctica de un programa de meditación durante ocho semanas puede provocar considerables cambios en las regiones cerebrales relacionadas con la memoria, la autoconciencia, la empatía y el estrés.

 Es decir, que algo considerado espiritual, nos transforma físicamente y puede mejorar nuestro bienestar y nuestra salud.”




En efecto, “meditar” llegará a ponerse de moda; una moda muy rentable para nuestra salud y el equilibrio emocional que tanto ansiamos.

Para muchas personas comienza a ser un término cercano, aunque nunca se hayan acercado a la meditación ni entiendan muy bien, ni el contenido del concepto, ni el procedimiento que le sigue.
Oímos hablar de las ventajas de “meditar” y en principio pensamos, la mayoría de las veces, que eso no es para nosotros. 

Sabemos que tiene que ver con la quietud, con la respiración y con serenar la mente. Todo ello antagónico en estos días de prisa y actividad constante.

Nuestra vida extra productiva no valora los beneficios de la quietud. Cuando paramos nos parece perder el tiempo. Y no es así.
En realidad, necesitamos estar sin hacer nada. Hay que buscar momentos para “ dejar de hacer”. Si logramos integrar esos momentos a nuestro día, será una excelente preparación para comenzar a “meditar”.

Después nos iremos poniendo de acuerdo en los tipos de meditaciones y relajaciones que existen y también en el modo o la forma de llevarlas a cabo.

De momento, quedamos en que vamos a buscar y ejercitar “momentos de quietud”, ratos de “no hacer”, períodos de vacío de cosas y “llenos de nosotros”.

A ver si lo logramos. Es el mejor comienzo para seguir con la beneficiosa meditación.

¡Buen día!

viernes, 11 de noviembre de 2016

UN PEDAZO PARA TI



Quiero repartir mi tarta…



Para ti que me diste la vida y sin estar, estás a mi lado,

Para ti, que naciste de mí y te recuerdo cada rato,

Para ti, que me  amas tanto y me estás siempre cuidando,

Para ti que me escuchas paciente en el filo del llanto,

 Para ti que me esperas al calor del fuego gualdo,

Para ti que te has ido tan pronto cuando te estaba  esperando,

Para ti que oyes mis clases y me sorprendes tanto,

Para ti que estás ahí leyendo lo que pienso y amo,

Para todos los que en esta experiencia vital me han enseñado tanto,

Por este año,

Que empiezo…  y acabo.

Por este día,

 en el que os recuerdo a todos y a todos amo.

Flor y Nata

miércoles, 9 de noviembre de 2016

¿TE CUIDAN... CUIDAS?



Hay que ser cuidadosos en todo. Con nuestros afectos, en nuestras luchas, con nuestros dolores, con nuestros odios, en nuestras iras o en nuestros desvelos.

La espontaneidad es una virtud que hay que pulir. Me he dado cuenta que la pasión, la euforia, el creernos claros en nuestros juicios y meridianos en nuestra defensa, debe pasar por filtrar.

Ni negro ni blanco, ni bueno ni malo, ni frío ni calor. Hay que tender al medio porque tanto se sufre cuando  uno es apático como cuando la euforia nos eleva a las alturas de las posibilidades.

Una de las actitudes más valiosas de quienes están a tu lado es la del  “cuidado”. Sentir que están pendientes de tu frío o tu calor, de tu dolor o tu alegría, de lo mejor de ti y de lo menos bueno…eso es lo más.

En realidad, todos lo buscamos. Cuando somos pequeños nuestra casa es nuestro santuario y la madre el mejor de los regalos. 

Nos cuida; y nos cuida sin descanso, por encima de cualquier cosa y para protegernos de todo. 

Cuando tenemos una pareja es esa sensación de cuidado la que mueve al fin. Alguien que te quiera, decimos, y que te cuide. Y cuando digo “te cuide” no me refiero a las acciones materiales que pueda conllevar que estemos bien, sino sobre todo, a las que no se ven pero se sienten.

De las amigas también queremos ese cuidado, de todos aquellos con quienes nos unan lazos invisibles de afecto.

La pregunta obligada es: ¿Cuidamos nosotros?. ¿Cómo me comporto con quien tengo al lado?¿Le hago saber que le extraño?¿Estoy pendiente de su queja?¿Me emociono con su emoción y me apeno con su dolor?.

¿Estoy ahí para ti?¿Estás ahí para mí?

Inspira. Exhala. Respóndete. Actúa.

martes, 8 de noviembre de 2016

TEN CONFIANZA, NO LO DUDES



Creer que puedes, es ganar. Estoy segura que cada vez más depende de lo que creemos lo que podemos hacer.

Cuando uno está confiado puede con todo. La duda es la peor dinamita contra la posibilidad.

Lo peor que nos puede suceder es tener una personalidad insegura. No creernos capaces de hacer esto o lo otro.

Quienes son arriesgados, se lanzan, lo intentan y lo consiguen, porque el sello del ganador está ya en ellos.

No es sencillo partir de la duda y llegar a dar el primer paso, el primero. A veces, algo nos frena y eso que nos limita se llama falta de autoestima, autoconfianza y autodefensa.

Posiblemente, debamos ir poco a poco poniéndonos metas posibles; pequeñas cosas en las cuales nos creamos capaces y lo vayamos consiguiendo. E ir contra viento y marea si es necesario. Romper con las ideas limitantes de la infancia donde tal vez nos convencieron de nuestra ineptitud sin razón, o ponernos frente a quienes aún, hoy en día, nos dejan siempre a un lado por no considerar nuestro criterio.

No importa de dónde vengas. No importa cómo haya sido tu camino. Solo importa el momento presente y tus ganas de confiar en ti.

Veamos esta breve historia.

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Durante una batalla, un general japonés decidió atacar aún cuando su ejército era muy inferior en número. Estaba confiado que ganaría, pero sus hombres estaban llenos de duda. Camino a la batalla, se detuvieron en una capilla. Después de rezar con sus hombres, el general sacó una moneda y dijo, "Ahora tiraré esta moneda. Si es cara, ganaremos. Se es cruz, perderemos. El destino se revelará". Tiró la moneda en el aire y todos miraron atentos como aterrizaba. Era cara. Los soldados estaban tan contentos y confiados que atacaron vigorosamente al enemigo y consiguieron la victoria. Después de la batalla, un teniente le dijo el general, "Nadie puede cambiar el destino"."Es verdad", contestó el general mientras mostraba la moneda al teniente, que tenía cara en ambos lados.

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Poco a poco, lentamente…

Cree siempre que va a salir cara.

Apuesta por ti y gana.