Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 31 de diciembre de 2020

A TODOS LOS QUE SE HAN IDO

Como nunca y tanto como siempre,

Hoy alzo un mi voz interior,

La que se escucha sin palabras,

La que contiene la esencia que dejasteis,

De la que brota el amor incondicional

Que por encima de lo bueno y de lo peor,

Me une a todos los que os habéis ido.

 


 

A los que siento míos, por serlo,

 o por ser parte de lo mismo.

Más allá del vacío, más allá de las lágrimas,

Más allá de los recuerdos, más allá de lo que fuisteis,

Más cerca de lo que quedó en cada corazón.

Por todos vosotros! Porque el tiempo es una ilusión

De la que todos saldremos algún día,

Por que todo esté bien allá donde estéis,

Porque sigáis siendo parte de lo mejor nuestro,

Por los aprendizajes que obtuvimos de vosotros,

Por el dolor hecho sabiduría,

Por el amor transformado en pura energía.

¡Por tantos y por tanto!

¡Que no haya sido en vano vuestra partida!

Por el silencio que contiene cada nota perdida.

¡A las doce, esta noche, cerraré los ojos

 y sentiré el abrazo inmenso,

De las almas que ya no están dormidas!

!Gratitud infinita.!

 

domingo, 27 de diciembre de 2020

LLEGANDO AL FINAL

Cualquier situación, ser, acontecimiento o vivencia que llegue al final nos provoca cierta ansiedad. Si fue algo bueno, por su pérdida, por escaparse entre los dedos la felicidad que no volverá de la misma forma. Por la añoranza de haber sentido de una manera que se ha esfumado. Si por el contario, fue algo negativo, que dolió, que nos sacudió el alma, también en su liberación hacia cierta pena junto a la alegría de la libertad.

Estamos llegando al final de un año distinto. Como tantas veces sucede, nos engañó. Teníamos toda la esperanza puesta en unos años 20 que traían a la memoria los “felices años 20 del siglo pasado”. Pensamos que repetiría la suerte en este mismo mundo y no fue así.

 



La vida está hecha de sorpresas. De situaciones que parecen rodar sobre la dicha y que esconden bajo ellas el oscuro secreto de otra realidad paralela que nada tiene que ver con lo que parece.

Este año nos ha puesto a prueba. La vida lo hace muchas veces. Y lo ha hecho para que nos demostremos a nosotros mismos la coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos.

Ha llegado un compañero de viaje molesto y devastador. Un malestar diminuto que contiene en su interior la fuerza de un universo contrario nacido de la decadencia de la propia existencia.

El año llega a su fin y todos esperamos que, como por arte de magia, todo cambie. Pero nada cambia nunca si nosotros no lo hacemos. Si seguimos devastando la naturaleza, fagocitando a nuestros semejantes, colándonos de puntillas al otro ladeo de la honestidad y la lealtad. Avasallando, a nuestro paso, a quien sea en nombre de las leyes de mercado o la propia satisfacción por la que sacrificamos, sin dudarlo, cualquier valor ya a la baja.

Todo pasa para algo. En todo lo que sucede hay un mensaje.

Ojalá seamos capaces de entender el que este año ha querido darnos.

Ojalá comencemos, de una vez por todas, a sentir que somos parte del mismo mundo, que estamos en el mismo barco y que el hogar que nos acoge y debemos cuidar, es único.

Eso será suficiente para que de verdad el nuevo año sea distinto.