Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 22 de febrero de 2022

TU CEREBRO, ¿AMIGO O ENEMIGO?

 Si con alguien hablamos todo el tiempo es con nosotros mismos. Vamos pensando por la calle, conducimos acordándonos de imágenes, conversaciones, cosas por hacer o acciones ya cerradas con las que no estás muy a gusto.



 

Recordamos a personas, palabras, paisajes, momentos…que aparecen con nitidez en el silencio que nos acompaña cuando estamos solos. E incluso cuando no lo estamos, nuestro cerebro siempre nos habla. Valora, contrasta, juzga, inventa, recrea…y un sin fin de actividades más que hacen de nuestro mundo interior una vida paralela que nadie conoce.

 

Nadie, en realidad, está dentro de ti. Puedes estar diciendo algo y pensando lo contrario. Asintiendo a los amigos y recomiéndote por dentro por hacer todo lo opuesto. Diciendo si y cuestionándolo por dentro. Riéndote con todos y llorando íntimamente.

 

Nuestro cerebro puede convertirse en nuestro mejor amigo o, por el contrario, ser el peor de los enemigos posibles.

 

Hay que tomar el control. Decir basta a los pensamientos recurrentes que te engullen en un bucle. Reiniciar la sesión cada vez que te enreden en cuestiones que no dependen de ti.

 

Una gestión a tu favor de tu mente, requiere seleccionar los pensamientos; pocos pensamientos, pensamientos de calidad. Y cada vez que llegue hasta ti uno de esos pensamientos “aniquiladores”, respira profundo y piensa que estás en el primer segundo de tu nueva forma de vivir. Aquella en la que tú seas quien decidas y elijas lo que te hará sentir bien.

 

 

 

         

domingo, 20 de febrero de 2022

EN EL CORAZÓN DE LAS PALABRAS

 VIENDO TUS ALAS

 

Cuando las palabras se esconden,

es que el corazón se aplasta,

cuando todo se rompe,

es que la boca dice basta.

 

Y en el negro silencio aparece,

Las sombras que brincan y saltan,

Y hasta la campana muda mece,

Las sonatas que te aguardan.

 

¿Dónde estás que no respondes?

¿Dónde te han llevado sin falta?

¿Dónde guardo  mi pena noble?

¿Dónde lo que en silencio mata?




 

Qué triste la vejez del alma,

Qué oscuro el corazón doliente,

Qué poca vida en la vida sana,

Qué grieta inmensa en tu mano fuerte.

 

Así se va la vida por la ventana,

Así te deslizas en el borde de tu cama,

Así quedan mudas y calladas,

Todas las cuerdas de tu guitarra.

 

Y en el eco amargo

De mi suspiro ronco,

Te beso lento, despacio,

Sin un mañana, sin un futuro,

Ni un pasado.

 

¡Silencio profundo,

Amor infinito,

Silencio rotundo,

Eterno mi grito!