Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 15 de septiembre de 2023

APRENDIENDO DE LA SABIDURÍA DEL ÁGUILA

 Hoy vamos a aprender de lo cotidiano, de la vida en modo “observación”, de nuestros compañeros en la tierra, de la naturaleza y de sus mensajes.

 

Vamos a tomar una lección de la sabiduría del águila:

 


“…El águila es el ave con mayor longevidad de esas especies. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40, debe tomar una seria y difícil decisión.


   

     


A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo, se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas. Volar se hace ya tan difícil...!


Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un dolorido proceso de renovación que durara 150 días.


Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar. Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo.


Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación y a vivir 30 años más.

En nuestras vidas, muchas veces tenemos que resguardarnos por algún tiempo y comenzar un proceso de renovación para continuar un vuelo de victoria. Debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causaron dolor.
Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.”

martes, 12 de septiembre de 2023

LO QUE LA MUERTE PERMANECE

 


Y qué es el tiempo cuándo uno pierde lo que ama,

Y qué olvido raro que nunca se queda ni se instala,

Y qué momento el que siempre te acerca y te para,

Y qué sueño el que sueñas cada mañana.

 

 

Si el correr de los días  a la mente pudiese engañarla,

Si el reloj contase hacia atrás y me encontrase tu cara,

Si regresaras de la tiniebla que tras la muerte se guarda,

Si pudieses , al menos, decirme adiós con tu palabra.




 

Encontraría el instante eterno que se congeló hace tanto y hace nada,

Sonreiría al verte en la alegría que el silencio regala,

Saltaría de gozo por encontrarte de nuevo en tus ojos de miel y nata.

 

Hay días que en el calendario paran,

Hay noches que nunca acaban,

Hay vidas para siempre truncadas,

Hay recuerdos que nunca se pasan.

 

Como siempre,

Como entonces,

Como ahora,

Como fuera,

Como dentro, 

como arriba,

como abajo,

ni un solo día de mí,

te escapas…


Y tú mi Ángel del cielo,

en mientras…

me sonríes y guardas.