Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 5 de diciembre de 2015

CUANDO UNO SE SIENTE DÉBIL...



En los brazos de la debilidad está la fuerza, ansiosa de poder salir. En las garras del dolor, el placer que espera su momento. Y en un camino lleno de obstáculos, la oportunidad que se presenta con ellos. Esto es lo que nos brindan estos maestros en nuestras vidas y debemos de estarles eternamente agradecidos.

           Somos ante todo criaturas del universo: completas, bellas y perfectas en cada detalle, siguiendo los deseos del infinito. Así pues, nos merecemos por derecho natural ser amados y respetados y es nuestro deber no aceptar nada más.

           Así como el océano puede verse en una gota de agua, también nosotros somos la esencia de la vida. Igual que la marea sube y baja, también nosotros nos movemos con el flujo de la vida, aceptando que la única constante es el cambio y que todo es como tiene que ser, aunque muchas veces no sepamos porqué.

            Cuando vamos por el camino de la verdad somos conscientes de que lo que ocurre en nuestro interior es mucho más importante que lo que hemos dejado atrás o lo que ven nuestros ojos. Pues lo que sentimos en nuestro interior es nuestro mayor tesoro, la grandeza del universo en sí mismo.

(Marcia Grad)

viernes, 4 de diciembre de 2015

EN EL CIELO Y EL INFIERNO, AL UNÍSONO



He vivido contigo, 

miles de cielos distintos

Y he saboreado el calor 

del infierno colorido,

Y  pasado por valles,

 puentes y ríos

Y he bajado a la furia 

del engaño dolido.

He estado al lado de los dioses

 bebiendo su ambrosía

Y he llorado a raudales 

sobre tu imagen de niño

 Y he llenado de amargura

El inmenso  corazón mío.

He reído y compartido

 mi lujuria y la pasión en vivo

Y me he sentado a la sombra 

de lo que pudo haber sido.

He rozado la felicidad eterna

 de un momento de locura contigo.

 He ganado y he perdido.

Me siento llena y sola al unísono

Me siento cerca y lejos en lo mismo.

Y te quiero con ese amor perdido

En el averno de un tiempo

Que solo tú y yo, hemos conocido.


POEMA DE RUMY ¿QUIÉN LLAMA A MI PUERTA?



Preguntó, " ¿Quién llama a mi puerta?"
Respondí, "Tu humilde servidor".
Preguntó, "¿Qué asunto te trae por aquí?"
Respondí, "Vine a saludarte, oh Señor".

Preguntó, "¿Cuánto más viajarás?"
Respondí, "Hasta que me detengas".
Preguntó, "¿Hasta cuándo hervirás en el fuego?"
Respondí, " Hasta que puro quede".

"Este es mi juramento de amor.

Por amor,
renuncié a fortuna y posición".

Dijo, "Has defendido tu caso
Pero no tienes testigos".


Respondí, "Mis lágrimas son mis testigos;
la palidez de mis rostro es la prueba".'
Dijo, "Tu testigo no tiene credibilidad;
tus ojos están demasiado húmedos para ver".


Respondí, "Por el esplendor de tu justicia
mis ojos están limpios y libres de culpa".

Preguntó, "¿Qué buscas?"
Respondí, "Tenerte como mi constante amigo".
Preguntó, "¿Qué quieres de mí?"
Respondí, "Tu abundante gracia".


Preguntó, "¿Quién fue tu acompañante en el viaje?"
Respondí, "El pensar en ti Oh, Rey".
Preguntó, "¿Qué te ha llamado aquí?"
Respondí, "La fragancia de tu vino".

Preguntó, "¿Qué te da la mayor satisfacción?"
Respondí, "La compañía del Emperador".
Preguntó, "¿Qué encuentras aquí?"
Respondí, "Cien milagros".


Preguntó, "¿Por qué está el palacio desierto?"
Respondí, "Todos temen al ladrón".
Preguntó, "¿Quién es el ladrón?"
Respondí, "El que me impide estar contigo".

Preguntó, "¿Dónde se puede estar a salvo?"
Respondí, "En el servicio y la renuncia".
Preguntó, "¿A qué hay que renunciar?"
Respondí, "A la esperanza de la salvación".

Preguntó, "¿Dónde hay calamidad?"
Respondí, "En la presencia de tu amor".


Preguntó, "¿Cómo te beneficias de esta vida?"
Respondí, "Manteniéndome verdadero conmigo mismo".

Ahora hay que guardar silencio.

Si te contara sobre Su verdadera esencia
¡saldrías volando de ti mismo para siempre,
y no habría puerta ni techo que te pudiese frenar!


RUMY

jueves, 3 de diciembre de 2015

LAS VIDAS QUE TOCAS...



La verdad es que uno no vive su vida en solitario. Nadie nace solo, alguien nos acoge siempre y de la misma forma que llegamos al mundo pudiendo sentir que otros nos esperan, hemos de pensar que a otros vamos a esperar.

Poco a poco nuestros actos, nuestras actitudes, los comportamientos y el propio desarrollo de la existencia enredan nuestras vidas con la de otros. Y llegan personas que pasan sin rozarnos siquiera y otras que nos calan hasta lo más profundo y echan raíces.

Nadie pasa sin ninguna razón…y nos dejan huella y dejamos en ellas nuestro rastro. A veces, lo peor de separarse de alguien es que lleva mucho de nosotros tras de sí. Es como si una parte imperdible de nuestro corazón se marchase para siempre.

Sin embargo, en este puzle variadísimo que es la vida, todo lo que nos pasa a unos lo sufren o lo gozan los de al lado. Lo que nos afecta también salpica a muchos y al revés.

Si mejoramos, si aprendemos, si logramos ser más en todo lo que nos de grandeza será como si esparciésemos esporas en el aire sobre nuestro área de influencia que llevarán, sin duda, algo de nosotros a quienes encontremos en el camino.

Comparto este breve cuento alusivo al tema.

“…En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, porque ganaba el concurso al mejor producto año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.

- "¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año?" preguntó el reportero.

- "Verá usted, señor," dijo el agricultor, el viento lleva el polen del maíz maduro, de un sembrío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz, debo ayudar a que mi vecino también lo haga".

Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Y quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, porque el bienestar de cada uno se halla unido al bienestar de todos.”

martes, 1 de diciembre de 2015

LAS HORAS DE LA NOCHE



Las horas de la noche son distintas. Son extremadamente amplias. Están hechas de colores densos y de sensaciones encontradas.

Uno piensa que, en realidad, hay otro día en la noche. Un tiempo de regalo cuando lo vives sin angustia. Pareciese que el reloj caminara muy despacio. Que el color del cielo se mantuviese lentamente idéntico para cubrirnos, silencioso y amigo.

Lo peor es mirar al techo, porque entonces todas las oscuridades, reales o imaginarias, se nos vienen encima.
Recuerdo que mi madre, mujer sabia y valiosísima, como todas las madres, me decía que ante una larga noche no me quedase inmóvil; atada a mis pensamientos y encadenada a mis angustias. 

Ella me hablaba de levantarme y deambular por los rincones que más me gustasen. De encender una luz cálida, de tomar un pedazo de chocolate, de leer un fragmento de un libro abierto por cualquier parte y de encontrar en ello las ganas de volver a la cama.

La verdad es que no me gusta dormir pero me encanta soñar. Cerrar los ojos e intentar conciliar el sueño es una puerta para atesorar ramilletes de sueños. Bueno o malos, llenos de esperanzas o desprovistos de ella pero siempre significa vivir “otra vida” en ésta.

Últimamente tengo que poner en práctica los consejos de mi madre. No me quiero perder ni un momento de la vida y gozar cada acontecimiento de ella sabiendo que soy la protagonista de mi historia y disfrutando este papel a cada instante. 

Las horas de la noche me sirven para hacer repasos de los que oigo, lo que veo, lo que siento y lo que digo. Me dan la oportunidad de idear y visualizar lo que deseo pero sobre todo, me permiten conocerme un poco más en cada segundo de su paso y saber mejor lo que quiero y lo que no quiero para el día siguiente.

No es poco.