Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 25 de febrero de 2017

¿CUÁNTO TE PESAN LAS PREOCUPACIONES?

Las preocupaciones son una carga muy pesada. Las llevamos a cuestas, como una mochila llena de piedras, y de vez en cuando añadimos una.

          Nuestra mente es un espacio que se expande o se encoge. Cuando no le damos suficiente espacio a los problemas,  éstos lo invaden todo y ejercen una presión demoledora sobre nuestra vida.

El resto de funciones corporales, regidas por el cerebro, también se resienten y lo hacen más cuanto más tiempo permanecemos con las preocupaciones en nuestra cabeza.

No hay nada tan grande que no se aprenda a vivir con ello.
Las decepciones, las pérdidas, los desencantos…no se olvidan. Se han vivido y ahí están, dentro de nosotros, acompañándonos día a día. Pero van tomando nuestra forma, se van suavizando y se amoldan a nuestro paso. Por eso, cuanto más tiempo pasa se suavizan.

Sin embargo, si añadimos problemas a nuestra espalda sin amoldar los anteriores, cada vez pesarán más porque será más tiempo el que tengamos que sostenerlas.

Os dejo este breve ejemplo.

“…En una sesión grupal, la psicóloga en un momento dado levantó un vaso de agua.

Cuando todos esperaban oír la pregunta: "¿Está el vaso medio lleno o medio vacío?" , ella en lugar de ésto preguntó:

- ¿Cuánto pesa este vaso?

Las respuestas de los componentes del grupo variaron entre 200 y 250 gramos.

Pero la psicóloga respondió:

- El peso absoluto no es importante, sino el percibido, porque dependerá de cuánto tiempo sostengo el vaso: Si lo sostengo durante 1 minuto, no es problema. Si lo sostengo 1 hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará.

El vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado y más difícil de soportar se vuelve. 

Después continuó diciendo:

- Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas en ellas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado e incapaz de hacer nada.

¡Acuérdate de soltar el vaso!”


jueves, 23 de febrero de 2017

¿TE HAN ETIQUETADO ALGUNA VEZ?



Estamos en un mundo de etiquetas. Llenos de marcas, de slogans, de prototipos y modelos.

Hemos llegado a un punto tal que apenas no nos importan las razones, las causas, los motivos y las justificaciones. 

Hacemos caso solamente a lo que recubre el envoltorio y a  aquello que colectivamente se tipifica como bueno o malo, blanco o negro, de adentro o de fuera.

No se sabe lo que pueden llegar a doler las etiquetas hasta que no te ponen una. Eres gorda/o, eres fea/o, eres extranjera/o, eres del sur, eres… y cada vez que te estigmatizan con una, has quedado marcado para siempre. 

Lo peor es que la marca no es solamente social. Lo más grave es que la impronta queda en el corazón de la persona y nunca vuelve a ser la misma o tendrá que luchar mucho por no verse, escucharse o mirarse como “otros” le han dicho que es.

Cada día hay más casos de exclusión. Las escuelas, las verjas, los muros, la propia casa. Lugares de dolor y muerte. Espacios que deberían estar llenos de amor se convierten en plataforma de horrores impensables que acampan a sus anchas por un siglo XXI que todos pensábamos diferente.

Percibo que hay una especie de involución. Es una época de esas que retornan a la oscuridad y en la que las esperanzas alcanzadas por los logros de atrás quedan silenciadas por las regresiones del presente.

Hay que poner luz donde empieza a haber tinieblas. Hay  que empezar por volver los ojos al interior y extraer la esencia.

Lo importante; lo único importante, somos las personas. Nuestra bondad. Nuestra capacidad para recuperar la humanidad que nos constituye.

Ojala lo consigamos así.

martes, 21 de febrero de 2017

SI EL AMOR DUELE...


Ya hace días que estoy de limpieza; pero no de casa, sino de cosas, de ideas, de textos, de libros, de pensamientos, de temores, de desesperanzas, de detalles guardados sin fundamento ya, de tiempos antiguos y de momentos presentes.

También hoy me he encontrado estas reflexiones tan interesantes sobre el amor.

 Para guardar, sin duda. 

Para no olvidar.

Espero que os sirvan.


1. El amor no es absoluto.
Debes olvidarte del amor perfecto. Cuando amas a alguien, es normal la presencia de imperfecciones. Si te empeñas en conseguir el amor perfecto desperdiciarás tu tiempo y, además, conocerás el verdadero significado de la frustración. Hay que acercarse al amor sin prejuicios ni estándares fantasiosos. Es la única manera de disfrutar plenamente del amor y quitarle el tiquete de entrada al sufrimiento. 


2. Al amar ganas y pierdes.
En la vida real, la felicidad no está presente constantemente. Igual sucede en el amor: cuando es real, debes prepararte para degustar sus amarguras.  Si piensas que el amor significa felicidad eterna, el sufrimiento va a estar a tu lado todo el tiempo. 


3. El amor puede acabarse.
El punto anterior y este van muy unidos. Si te esfuerzas demasiado para hacer del amor un cuento de hadas, más probabilidades tienes de acabar mal. Debes aprender a disfrutar el presente, el ahora. Si un día el amor se acaba, confía en tu fuerza interior. Podrá doler mucho, nadie dice que no, pero nunca va a ser tan importante como para ser insuperable. 


4. La exclusividad en el amor, no existe.
Aquí viene la pregunta del millón de dólares: ¿Es posible amar a más de una persona al mismo tiempo? Parece que los enamoramientos no son lineales, a veces se solapan. Muchos relatos clínicos muestran cómo las personas sostienen idilios mentales platónicos sin dejar de querer al cónyuge por ello.


5. Sí, el amor tiene límites.
Si esperamos recibir amor incondicional de nuestra pareja, adivina qué: ¡vas a sufrir! Cada persona es un mundo distinto en creencias, ideologías, costumbres y pensamientos. Hay un umbral diferente de lo que están dispuestas a aguantar por amor. Recuerda muy bien esta palabra: aceptación. No pretendas exigirle al otro más de lo que quiere y dispone darte. Tu concepto de amor es diferente al de él o ella.


6. Bájate de la nube.
Más allá de sentirlo en las entrañas, el amor debe pensarse. El sólo hecho de enamorarse no significa felicidad. Hay que construirlo y reinventarlo en diversas ocasiones, tu imaginación e inteligencia son el límite. Acepta la realidad: el amor perfecto y eterno no existe, no es real. 

Walter Riso

domingo, 19 de febrero de 2017

DE UN CORAZÓN A OTRO



Hagamos un silencio… y en él, escuchemos este poema…



“…De un corazón a otro corazón

hay una ventana,

no se encuentran separados ni lejanos.

La luminosidad de dos lámparas de barro

 se funden aunque no estén unidas.

Ningún amante busca la unión

sin que su amada la busque también;

Pero el amor de los amantes

deja el cuerpo delgado

 como la cuerda del arco.

En cambio el amor de los amados

los deja bien formados y apacibles.

Cuando la luz del amor por el amado

ha traspasado este corazón

¡sábelo! hay amor en ese corazón.

No hay duda que Dios tiene amor para ti

cuando el amor a Él

se ha multiplicado en tu corazón.

El ruido del palmoteo

no sale de una mano sola,

el hombre sediento gime, “¡Oh, agua deliciosa!”

el agua dice: “¿Dónde está quien me beba?”

Esta sed de nuestra alma

es el magnetismo del Agua:

nosotros Le pertenecemos…

 y nos Pertenece.”


Masnavi III, 4391 - 4399