Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 31 de diciembre de 2021

SIMPLEMENTE...

 No pido que el nuevo año nos traiga felicidad o amor; eso podemos conseguirlo nosotros y, en gran parte, de nuestras actitudes depende.

 

Le pido serenidad, calma y aceptación, que no resignación.

 

Le pido que sea un año sano y natural. Un tiempo abierto y tranquilo para dejarnos salir airosos de las batallas. Un espacio abocado a las oportunidades. Un chispazo de luz en nuestra alma. Un regalo en el “presente” de cada día.

 

No le pido grandes cosas, ni excepcionales personas. No le pido nada más que nos deje navegar pausados por aguas serenas y que cada uno pueda llegar a su puerto.

 

Este rito de tránsito que representa el fin de año y el comienzo de otro, debe implantar esperanza en el corazón, más allá del brillo de las burbujas del cava o las luces repartidas por la casa. Esperanza en uno mismo y su inmenso poder para seguir adelante. Esperanza en que la vida camina a nuestro favor y lo que en un momento determinado parece horrible, luego puede convertirse en el puente más amable que tengamos delante.

 



Por un tiempo lleno de creencia en nosotros mismos y en la bondad del plan de nuestra alma.

 

¡Bienvenido 2022

martes, 28 de diciembre de 2021

¿PREPARADOS PARA DESPEDIRNOS?

 La vida es un continuo decir “adiós”. Aprender a despedirnos es uno de los actos de madurez más duros con el que nos encontraremos a lo largo de ella.

 

         Despedirse implicar saludar, decir “hola”, comenzar, conocer. Implica haber estado con alguien, con algo, en algo, para alguien o con hábitos o necesidades, gustos o agrados a los que hemos de dejar atrás.

         

         De saber hacerlo penderá nuestra biografía futura. Conseguir asimilar los aprendizajes y distanciarse sin rencor es todo un arte. Convertirnos en un observador de nuestro propio recorrido, siempre nos hace más sabios; mucho más grandes y, sin duda, mejores personas.




 

         Dentro de poco, se despide el año. Y cada uno que pasa, significa haberse despedido muchas veces de muchas cosas y personas. Habernos alegrado y haber llorado. Haber estado entusiasmado y también tristes. Haber gozado y haber sufrido. En definitiva, en eso consiste vivir.

 

         Debemos tener en cuenta que nadie nos decepciona, nadie nos defrauda. Nadie debe considerarse como el verdugo de nuestra cabeza sin antes darnos cuenta de los errores de percepción que hemos cometido.

 

         Posiblemente, pusimos muchas expectativas donde tal vez no debimos ni poner una punta de nuestro pie. 

 

 

         Pisar el charco o, incluso, muchos charcos puede refrescarnos también. Nada es negro o blanco. Hay que aprender a vivir con las tonalidades grises porque eso significa saber ser resilientes, flexibles, dúctiles… y sin esa capacidad, nos romperemos con facilidad.

 

         Despediremos el año. Comenzaremos otro nuevo y la vida, además de seguir su teatro, nos irá enseñarnos a despedirnos cada vez mejor.

 

         Cumplir años, terminarlos, decirles adiós… nos dará la oportunidad de abrir una puerta nueva a todo lo que llegue.

 

Hagámoslo con amor. No hay otra forma de mantener nuestro corazón a salvo.

 

Comencemos ya o no habrá tiempo.

 

¡Por saber sonreír en la despedida y abrazar en la bienvenida!.

 

Un año más.