Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 8 de mayo de 2021

EN EL CORAZÓN DE LAS PALABRAS

 

 

Mis queridos lectores. De nuevo, hoy, traigo un poema del libro “Heredera de ti”; en su nombre y en el mío gratitud infinita por esa lectura vuestra que da vida a mis palabras.

 

 

PEREGRINA DEL TIEMPO



Yo quisiera ser peregrina

De tu nuevo tiempo

Quisiera recorrer los caminos

De tu cuerpo adentro

Y llagar mis pies

En tu áspero cemento.

Quisiera estar siempre sóla

Y llevarte conmigo

En mi mochila de intentos

Y poder alcanzarte

En cada suspiro de viento.

 


 

Correr en las veredas

De tu fresco recuerdo

Saltar sobre tus manos

Brincar entre tus dedos.

Peregrina de cieno,

Aciago, ácido, amargo y denso.

Y volver la cabeza

Ansiosa por verte de nuevo

Y saber que te llevo conmigo

A solas, en mi destierro.

Y miro y miro…y no te veo.

Y ella me dice,

Que aún no es tiempo,

Que debo esperar

A que llegue el sosiego,

Pero mi necia espera

Peregrinar quiere

Hacia tus vastos reinos

Porque serás ya reina

De tu nuevo cielo

Y colmarás de amor

A los que te quisieron

Ganando con ello

La victoria al misterio.

¡Y no estarás sola,

Como yo me siento!.

martes, 4 de mayo de 2021

DESAPRENDER LO INNECESARIO

En muchas ocasiones, lo mejor sería desaprender. Malos hábitos, conocimientos estanco, maneras indeseables, rutinas innecesarias y tantas cosas que ocupan nuestro cerebro y dirigen nuestra conducta, que solamente interrumpen nuestra evolución. 

Los centros educativos enseñan a incorporar saberes pero no se preocupan de desmontar otros que impiden que, los que son objeto de su cuidado, se afiancen son eficacia. 


 

Veamos este breve cuento que viene hoy a refrendar este hecho.

“Un hombre decidió visitar a un maestro para pedirle que le aceptara como discípulo.  Cuando llegó a la casa, fue recibido por una persona que le interrogó sobre los motivos de su visita. 

-Deseo que el maestro me acepte como discípulo -solicitó el recién llegado.-Muy bien -contestó aquel hombre-, yo soy su asistente y le haré llegar esta demanda.

Transcurrido un tiempo, el hombre de la puerta regresó con un papel.

-El maestro me ha dicho que contestes a las preguntas que hay en esta lista de acuerdo a tus conocimientos.

Como el visitante era un hombre muy instruido, respondió a las preguntas con cierta facilidad sin que ninguna de ellas le resultara especialmente complicada. Terminado el examen, el asistente recogió las respuestas y retornó al interior de la casa para  entregárselas al maestro. 

Una hora después, regresó junto al ya impaciente visitante.

-El maestro me ha pedido que te comunique que en las contestaciones a las preguntas planteadas has demostrado una gran erudición, por este motivo te aceptará como discípulo dentro de un año.

Aquel hombre se sintió halagado a la par que un poco triste por el largo plazo marcado por el maestro. Antes de marcharse preguntó: 

-Si he contestado acertadamente a las preguntas y he de regresar dentro de un año, ¿cuál sería el plazo señalado si no hubiese respondido correctamente al examen? 

-Ah, en ese caso -contestó el asistente- el maestro te habría aceptado como discípulo hoy mismo. Tú, en cambio, necesitas todavía un año para liberarte de toda esa carga de conocimiento inútil que llevas encima.”

 

domingo, 2 de mayo de 2021

EN EL CORAZÓN DE LAS PALABRAS

A LO MEJOR DE TODO

Porque no encuentro un sentimiento más puro, delicado, suave, amable y compasivo que el de ser madre.

Porque entonces el mundo desaparece y lo que fue antes placer y risas, de repente, se concentra en esa pequeña carita que nos mira.

Porque no encuentro ninguna palabra más bonita, más permanente en nuestra memoria aunque la mente se oscurezca y los recuerdos sean siempre punto de partida.

Porque no encuentro voz más cálida, ni manos más amigas. Ni la comprensión infinita que las madres tienen con aquello que nadie soportaría.


 

Porque no encuentro mejor refugio, cuando todo termina, ni mayor regocijo cuando el camino se estrecha y nos convertimos en hormigas.

Porque no encuentro, madre mía, unos ojos tan sinceros como los tuyos cuando me miran… ni esa sonrisa fresca que ponías en mi larga guerra fría.

A ti!. A todas… y a los hijos que os escogimos un día y que tanto os amamos en la muerte y en la vida. Más allá de la presencia, más acá de cada luna perdida siempre estáis en nuestro corazón escondidas.

A pesar de los años, a pesar de los daños del día a día…ahí estáis atentas con vuestras alas de ángel para evitar nuestra caída.

Amor infinito, madre.

Amor sin medida, madres de la vida!