Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 24 de abril de 2015

LO QUE LA TRISTEZA ENSEÑA



 “La tristeza te hace ser una persona más profunda. Te permite explorar los perímetros de tu alma. 

        La tristeza es el único umbral hacia ciertos niveles de conciencia, y es un duro maestro desafiante. A través de la tristeza puedes explorar cada aspecto de tu lado oscuro –rabia, dolor, abandono, terror, soledad-, y estos son aspectos de la herida sagrada que en nuestras vidas cotidianas usualmente tratamos de ignorar.

       La tristeza te fuerza a mirar esas partes de ti misma que no están sanas todavía.

                Si puedes mirar a la tristeza como una enseñanza, crecerás. El dolor de la tristeza no es el único maestro en esta vida, pero si es observado adecuadamente, con conciencia y el corazón abierto, es uno de los más grandes maestros de todos.

                Las semillas de la sabiduría y la iluminación están plantadas dentro de las heridas de la tristeza. Lo que se ha perdido solo puede regresar a nosotros nuevamente de un modo superior”.

Lynn Andrews.
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Decididamente, la tristeza enseña mucho. Enseña a desgranar misterios, a solventar dudas, a solicitar preguntas, a requerir alientos, a generar caricias, a agradecer palabras…a divisar caminos.

Enseña que un día lo maravilloso se esfuma como el éter y queda lo esencial; enseña a caminar prudente, a ir despacio, a hablar bajito…enseña al alma a dormirse sobre las lágrimas y a despertarse bajo la luz.

Enseña que no hay dolor gratuito, ni grito que quede impune. 

A mí me enseña a quererme más adentro y a pronunciar mi nombre junto a esta frase:…” Todo está bien”.

jueves, 23 de abril de 2015

A TODOS LOS SUEÑOS PERDIDOS


“A todos los sueños perdidos, a todos.

Uno por uno.

A mis mejores deseos para que lleguen a un alma que les 

pueda hacer realidad.

A las ansias de estar con la persona amada…

Al viento fresco sobre mi cara…

A la soñada casa junto a la arena de la playa…

A los buenos momentos regados por el vino…

A los malos, regados por las lágrimas…

A todo este amor que cayó sobre la nada…

A tenerlo y a perderlo, para volver a ser soñada.

…A todos los sueños perdidos … hoy y también mañana. 

A todos les dejo el amor de este tiempo para abrir puertas

 y ventanas,  que entre el aire fresco;

el aire de un nuevo mañana, 

donde me sienta plena de nuevo, 

con ilusiones renovadas…”

FLOR Y NATA


miércoles, 22 de abril de 2015

ME ENCANTA SER MUJER



             Antes de ser madre yo luchaba por tapar, no siempre con éxito, lo que yo entendía por mi energía femenina. Había decidido estudiar, pasar a la acción, salir de casa, resolver sin lágrimas los conflictos o cualquier otra cosa, en definitiva construir mi destino, sin sumisión. 

        En realidad quería ser como imaginaba que eran los hombres. 

            No sabía que la fuerza, la que me mantiene a flote incluso cuando rugen las peores tormentas, está también en mi vulnerabilidad, en mi ternura, en los besos, los abrazos, en la compasión, en la dulzura, en mi forma de crear, intuir, llorar, nutrir, acunar y rendirme a la vida.
  
       No, cuando era joven yo no lo sabía. Tenía verdadero miedo a sentir, por eso me escondí debajo de una armadura de guerrera. 

     También ignoraba que, como yo, los hombres, aunque les de miedo sentir, sienten. 

         Tal vez les cuesta llorar y hablar o manifestar sus sentimientos (durante siglos les hemos impedido que lo hicieran) pero su dolor ante los sinsabores de la vida es tan auténtico como el de cualquier mujer. 

              Para muchos, su manera de manifestar amor es pasar a la acción.
Por eso, ahora, admiro sin reticencias la energía masculina, la que hay en mí y en la mayoría de los hombres y, al mismo tiempo, adoro ser mujer, sentir esa conexión sagrada con la Gran Madre, esa energía amorosa y rotunda que ama a sus hijos e hijas sin prejuicios ni distinción.

            Veo esa energía sagrada en los ojos de mi hijo cuando abraza con ternura al suyo. Venero a los hombres y las mujeres de mi vida porque gracias a ellos soy lo que soy. 

           Y me hacen muchísima ilusión las nuevas generaciones porque en ellos subyace la semilla de la unión, del respeto, la admiración. 

              Nadie es mejor porque sea hombre o mujer, empieza una nueva era y es preciso invocar el perdón para dejar atrás las injusticias y andar de la mano, hombres y mujeres, ni un paso antes, ni un paso después. 

Merce Catro Puigautora de los libros "Palabras que Consuelan" y  "Volver a Vivir"

martes, 21 de abril de 2015

¿A DÓNDE LLEVAN LAS MENTIRAS?



Me he preguntado muchas veces a dónde llevan las mentiras. ¿A la equivocación, a la falsa imagen, a una realidad distorsionada, a dulcificar lo que después amarga?...No, o al menos no sólo a eso. Las mentiras llevan rápidamente al dolor.

No hay mentiras piadosas. No hay medias tintas. No existe “ lo dije por no hacerte daño”, “fue por ti”, “en realidad no es así”…
Pudiésemos pensar que hay un tipo de mentiras dignas, que son las que se refieren a la salud de un enfermo moribundo, si es que  tiene el deseo de ser engañado, o las que se esconden tras el instante cercano a la comunicación de una desgracia. Antesalas que pretenden aminorar el sufrimiento final.

 Sin embargo, el mentiroso compulsivo comienza por enredarnos en una red de mentiras banales de esas que parecen no tener importancia. De ahí, le cuesta muy poco lanzarse a la composición de escenarios irreales que toma como verdaderos para seguir en el mundo que quiere presentar a los demás. El siguiente paso es la emisión de mentiras trascendentales que aún así seguirá disculpando, dentro de sí mismo, como si no lo fuesen.
La mayor pena es que el que miente se engaña a sí mismo. Un día se encuentra perdiendo lo importante por dar prioridad a lo accesorio. Se ve envuelto en enredos que le atrapan, en arenas movedizas que no le dejarán salir jamás.

Desde pequeños hemos de enseñar la verdad. Lo que nos suceda es lo que es. 

¿Qué sentido tiene querer quedar bien con todo el mundo y ser descubierto por la mayoría?. ¿Qué se gana con el daño gratuito que se desprende del dolor de sentirnos engañados?¿merece la pena el circo que se monta el mentiroso para seguir siendo el payaso de la comedia?.

Me he encontrado con varias personas que justificaban la mentira como medio de manejar el mundo laboral. Ellos mismos han caído en la trampa de extender esa actitud a la propia vida; día a día, a cada instante.

Siento pena por lo que arrasan a su paso. Por el cuidado inmenso que ponen en cada palabra y cada acto para no ser descubiertos, por el colosal desgaste que deja esa forma de ser en su personalidad y sobre todo porque ellos mismos se engañan cuando creen que engañan.

Hay un juego silencioso que suele establecerse entre quienes se ven enredados en el mundo de las mentiras. Se trata de que el otro haga creer al mentiroso que le cree. A partir de ahí es muy sencillo descubrir la trampa.

No dejo de sentir una inmensa pena por quién no puede ser de otro modo. El sufrimiento que generan en los demás, tarde o temprano recaerá sobre ellos mismos.

Juez y parte quedan atrapados en la misma persona.
No hay mentiras light y si las ejercitamos, que seamos conscientes que son la puerta hacia las grandes mentiras.

Uno no puede pasar por el mundo sembrando falsedades o, al final, será fagocitado por ellas.

domingo, 19 de abril de 2015

IMPOSIBLE ATRAVESAR LA VIDA SIN...



"Imposible atravesar la vida...

sin que un trabajo salga mal hecho,

sin que una amistad cause decepción,

sin padecer algún quebranto de salud,

sin que un amor nos abandone,

sin que nadie de la familia fallezca,

sin equivocarte en un negocio.

Un crece cuando no hay vacio de esparanza,

ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe.

Uno crece cuando acepta la realidad y tiene aplomo para vivirla.

Cuando acepta su destino, pero tiene la voluntad de trabajar para cambiarlo.

Uno crece asimilando lo que deja por detrás,

construyendo lo que tiene por delante y

proyectando lo que puede ser el porvenir.

Crece cuando se supera, se valora y sabe dar frutos.

Crece cuando se abre camino dejando huellas,

asimilando experiencias,

¡Y sembrado raices!

Uno crece cuando se impone metas,

sin importarle los comentarios negativos ni prejuicios,

cuando da ejemplos sin importarle burlas, ni desdenes,

cuando cumple con su labor.

Uno crece cuando se es fuerte de caracter,

sostenido por formación,

sensible por temperamento...

¡Y humano por nacimiento!

Uno crece cuando enfrenta el invierno aunque pierda las hojas.

Recoge flores aunque tengan espinas y

marca camino aunque levante el polvo.

Uno crece cuando se es capaz de afianzar con residuos de ilusiones,

capaz de perfumarse con residuos de flores...

¡Y de encenderse con residuos de amor...!

Uno crece ayudando a sus semejantes,

conociéndose a si mismo y

dándole a la vida más de lo que recibe.

Uno crece cuando se planta para no retroceder...

Cuando se defiende como águila para no dejar de volar...

Cuando se clava como ancla y se ilumina como estrellas.

Entonces...

UNO CRECE


Y CRECE CUANDO CREE, ESPERA Y CONFÍA EN SÍ MISMO."