Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 24 de octubre de 2015

LOS FRAGMENTOS MÁS BELLOS...



(…)  Deja tus preocupaciones
y ten un corazón completamente limpio,
como la superficie de un espejo
que no contiene imágenes.
Si quieres un espejo claro,
contémplate
y mira la verdad sin vergüenza,
reflejada por el espejo.

La muerte pone fin a la angustia de la vida.
Y, sin embargo, la vida tiembla ante la muerte...
Así tiembla un corazón ante el amor,
como si sintiera la amenaza de su fin.

Porque allí donde despierta el amor,
muere el Yo, el oscuro déspota.
Siempre que la Belleza mira,
el Amor también está allí;
siempre que la belleza muestre una mejilla sonrosada
el Amor enciende su fuego con esa llama.
Cuando la belleza mora en los oscuros vallecitos de la noche
el Amor viene y encuentra un corazón
enredado en los cabellos.

La Belleza y el Amor son cuerpo y alma.
La Belleza es la mina, el Amor, el diamante.
Juntos han estado
desde el principio de los tiempos,
lado a lado, paso a paso.

No vayas a ningún lado sin mí.
No dejes que nada suceda en el cielo aparte de mí,
o sobre la tierra, en este mundo o en aquel otro,
sin mi ser en su suceso.

Visión, no veas nada que yo no vea.
Lengua, no digas nada.
La manera en que la noche se conoce con la luna,
sé eso conmigo. Sé la rosa
más cercana a la espina que soy .

Quiero sentirme en ti cuando pruebes la comida,
en el arco de tu mazo cuando trabajes,
cuando visites amigos, cuando tú solo
subas al techo por la noche.

Nada hay peor que caminar por la calle
sin ti. No sé a dónde voy.
Tú eres el camino, y el conocedor de caminos,
más que mapas, más que amor (…)

RUMI

jueves, 22 de octubre de 2015

TÚ TAMBIÉN PUEDES ESTAR CANSADO



Nos han enseñado a resistir. A vencer a base de voluntad, de esfuerzo, de entrega y de sufrimiento.

Cuando las batallas se encrudecen, aún, hay que seguir resistiendo. Nos dicen que resistir es vencer y que sin dolor no hay placer.

Pero uno, a veces, también reivindica su derecho a estar cansado. El cansancio puede no ser ni físico, porque en realidad el empeño, la fortaleza de carácter, la disposición para seguir todo eso tiene que ver con lo psíquico, con el equilibrio interior, con la armonía propia.

Deberíamos tener derecho al cansancio. A decir que “los problemas me dejen en paz”, por un ratito; a poder descansar en la nada, a darnos tiempo para jugar con el vacío y a esperar sin mover un dedo.

No hay peor cansancio que el del alma. Ese que parece que añade a la espalda una losa. Ese que te hace ser lento al escuchar y aún más al responder. Ese que le gustaría dejarte reposando por un tiempo para salir de nuevo a la vida con el brío que se nos exige desde ella.

Y es que hay veces que hay que reponer fuerzas, comer del árbol de la ilusión de nuevo, beber de la fuente del amor de pleno y reposar los manjares para que el entusiasmo vuelva a desbordarnos.

Porque, para ser sinceros, no hay situación más placentera que sentirnos bien, con ganas de luchar, encaramados a la pasión, por lo que sea, y enredados en la energía vitalista de “comernos el mundo”.

Se dice que ese estado viene de dentro, es cierto. Pero son muchas cosas del exterior la que nos permiten ganar la partida al hastío.

Lo que no acabamos de entender es que tenemos que convertirnos en buscadores de nuestro propio petróleo. Pero no sólo hay que buscar dentro. Me convenzo que fuera también hay respuestas.

Hay que salir. Hay que conocer nuevas situaciones. Gente nueva. Voces diferentes y sonidos distintos. Hay que escuchar melodías que susciten nuevos entusiasmos y con ellos, recomenzar.

miércoles, 21 de octubre de 2015

...Y NOS CONTARON MAL EL CUENTO...



Cuando éramos pequeños nos contaron muchos cuentos y sobre todo lo hacían al ir a dormir, lo cual nos permitía soñar aún más. 


Nos fuimos creyendo que la vida era un montón de dulces del que, igual que lo hacíamos en casa, podíamos tomar  de él todos los días.


Es duro aprender que los padres no existen entre la gente; que los amigos y los amores  nos traen gozo pero también sufrimiento y que si queremos que alguien nos quiera de verdad solo tenemos que mirarnos al espejo para ver a la única persona que estará con nosotros toda la vida.


Es duro crecer. Pero un día ser crece y ya está. De ahí en adelante, los cuentos se creen si quieres creerlos y hasta donde quieras hacerlo. De ahí en adelante, comienzas a entender que la palabra “ te quiero” se dice con demasiada facilidad cuando no hay dificultades. Que el mundo no está a nuestro favor solo por ser bondadosos o sinceros. Pero, sobre todo, que el esperar la recompensa por lo que merecemos vuelve a ser una utopía.


Sin embargo, de alguna forma tenemos que confiar en que si estamos aquí es por y para algo y que todo no puede ser malo. 

Creer en que algo bueno nos está esperando y que el hecho de comprender lo que nos sucede nos llevará a aligerar el sufrimiento.

Estoy haciendo la digestión de una comida demasiado condimentada. Me repiten las especias. Me duele el estómago y hasta el alma.

Esperaré que pase el tiempo y se deshaga el dolor.

Mi memoria es muy selectiva. Estoy segura de que me quedaré con lo bueno y eso será delicioso también.

martes, 20 de octubre de 2015

¿EL AMOR NOS VUELVE TONTOS?



¡Cuántas cosas se hacen en nombre del amor!, cuántas se toleran, en ocasiones. Cuántas te rascan por dentro y vas pasándolas en aras de una esperanza que nunca se cumple.
Nos volvemos tontos cuando amamos. Lo que ves no quieres verlo y lo que oyes lo transformas en otra cosa.

Uno, cuando ama, lo hace con los cinco sentidos, sin embargo. Lo hace sin medida porque tenerla sería restar parte d ese amor. Lo hace incondicionalmente y sanamente. Lo hace sin pensar lo que tiene enfrente, ni en sus talones de Aquiles porque el amor te reviste de una confianza absoluta en la cual generas unas expectativas poco realistas.

Cuando se está amando, parece que se puede con todo. Y se puede, pero no siempre. El que es amado sigue siendo él y a veces, esa persona está muy lejos de lo que somos nosotros.

El amor acerca. El amor une. El amor comprende y perdona. Pero también se cansa de hacerlo frente a la respuesta del sujeto amado y aunque continúe su existencia llega un momento que no encuentra su hueco dentro del otro.

Amar no significa una licencia para hacer lo que uno quiere a costa de todo. En base a un perdón, siempre concedido, no se pueden pisotear, una y otra vez, la confianza, ni la fe que se deposita en quién crees que te ama.

Amar nos vuelve tontos, a veces, Lo que ves te lo niegas. Lo que escuchas, lo silencias. La evidencia, la transformas y al final queda un cúmulo de sin razones a las que ni siquiera puedes agarrarte.

Pienso, que de cualquier forma, nadie puede cambiar los sentimientos que el amor ha generado en ti mismo, ni siquiera quien no los merece. Por eso amar siempre es más en vez de menos, aunque nos haya ido mal, aunque nos haya hecho un poco más tontos.

lunes, 19 de octubre de 2015

EL SUEÑO DE OTRO



¿Te has preguntado alguna vez si todo esto que nos ocurre y tú mismo podría estar siendo en el sueño de otro ser?...Y si todo es una fantasía onírica en la que vamos de un lado a otro, al vaivén del soñador?  


Comenzamos la semana poniendo el acento en un destino que se renueva constantemente, en una historia que aun siendo nuestra puede pertenecer a otros; sabiendo, eso sí, que aun manejados por los hilos de un hado desconocido, siempre podremos elegir.

Sean como sean tus circunstancias, puedes decir NO o Sí cuando realmente quieras.

Cambiarás el sueño…pero serás libre dentro de él.
Os dejo un cuento breve al respecto.


Una hermosa tarde anegada de sol, un dignatario se había aventurado por los senderos escarpados del valle profundo donde Zhuangzi había fijado su domicilio. El mandarín, brillante letrado que había superado todos los sucesivos exámenes y había obtenido un puesto de consejero junto al rey de Wu, deseaba plantarle al viejo maestro una pregunta sobre el Tao, con la esperanza de respirar los efluvios de lo Indecible.

La choza estaba desierta, la puerta abierta de par en par. Unas huellas muy recientes de sandalias conducían a una pradera en pendiente. El dignatario las siguió y descubrió a Zhuangzi dormido a la sombra de un viejo árbol nudoso, con la cabeza sobre un cojín de flores campestres. El letrado tosió suave y repetidamente, y el sabio abrió los ojos.

-Maestro, perdóname por perturbar tu reposo. Vengo de muy lejos a interrogarte sobre el Tao.

-No sé si podré contestar –respondió Zhuangzi frotándose los ojos.

-Venerable, tu modestia te honra.

-No, eso no tiene nada que ver. A decir verdad, ya no sé nada, ¡ni siquiera sé quién soy!

-¿Cómo es posible? –preguntó el mandarín desconcertado.

-Oh, es muy sencillo –prosiguió el viejo taoísta, con aire soñador-. Figúrate que hace un momento, mientras dormía, he tenido un extraño sueño. Era una mariposa que revoloteaba, embriagada por la luz y el perfume de las flores. ¡Y ahora ya no sé si soy Zhuangzi que ha soñado que era una mariposa o una mariposa que sueña que es Zhuangzi!

Y el consejero del rey de Wu, boquiabierto, se inclinó profundamente y volvió sobre sus pasos, rumiando estas palabras enigmáticas con la esperanza de extraerles el jugo.