El amor te elige. No vale buscar. De nada sirve exponerse para ser visto. En nada se traduce hablar más alto o reír mejor. Tal vez pareciese que en un principio llamar la atención fija miradas, pero efímeras si no son los ojos que deben posarse en ti.
El amor no entiende de cifras. No sabe de edades, de kilos, de centímetros, de horas, de minutos o segundos. No sabe de títulos, de letras, de tonos, de colores ni texturas.
El amor es. El amor está. El amor invade el corazón y se queda para siempre. Todo el resto, es otra cosa. Nunca amor.
Os dejo un breve poema dedicado al amor que no cesa.
Llegaste raudo
para hacerte dueño
Besaste presto
Para hacerte eterno.
Quisiste mucho
Y te hiciste perpetuo.
Ni el olvido borra
Lo que dijiste lento
Ni el tiempo cierra
La puerta del “te quiero”.
No se equivoca la noche
Cuando envuelves el sueño
Ni la luna pierde brillo
Por ser rescoldos tu fuego.
Amor que eliges siempre
Sin la persona saberlo,
Amor que nunca terminas
Porque no quieres,
Porque no quiero.