Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 18 de octubre de 2014

LO QUE TANTO TEMÍA...




Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mí mismo.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que
únicamente fracaso cuando no lo intento.


Temía lo que la gente opinara de mí, hasta
que me di cuenta que de todos modos opinan.


Temía me rechazaran, hasta que entendí
que debía tener fe en mi mismo.


Temía al dolor, hasta que aprendí que
éste es necesario para crecer.


Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.

Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final,
sino más bien el comienzo.


Temía al odio, hasta que me di cuenta
que no es otra cosa más que ignorancia.


Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí mismo.

Temía hacerme viejo, hasta que
comprendí que ganaba sabiduría día a día.


Temía al pasado, hasta que comprendí que
es sólo mi proyección mental y ya
no puede herirme más.


Temía a la oscuridad, hasta
que vi la belleza de la luz de una estrella.


Temía al cambio, hasta que vi que
aún la mariposa más hermosa necesitaba
pasar por una metamorfosis antes de volar.


Hagamos que nuestras vidas cada día tengan mas vida y
si nos sentimos desfallecer 


no olvidemos que al final siempre hay algo más.

Hay que vivir plenamente porque la vida pasa pronto.


Ernest Hemingway

viernes, 17 de octubre de 2014

LA IMPORTANCIA ESTÁ EN LA NECESIDAD

Hoy tengo un día de esos; complicado. Me he dado cuenta que todo el universo está debajo de la necesidad que sintamos de algo y no de su valor y menos de su precio.
Me ha gustado este cuento Sufí. Puede que nos sirva para reflexionar sobre ello.

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Una vez el sultán iba cabalgando por las calles de Estambul, rodeado de cortesanos y soldados. Todos los habitantes de la ciudad habían salido de sus casas para verle. Al pasar, todo el mundo le hacía una reverencia. Todos menos un derviche harapiento.

        El sultán detuvo la procesión e hizo que trajeran al derviche ante él. Exigió saber por qué no se había inclinado como los demás.

El derviche contestó:
- Que toda esa gente se incline ante ti significa que todos ellos anhelan lo que tú tienes : dinero, poder, posición social. Gracias a Dios esas cosas ya no significan nada para mí. Así pues, ¿por qué habría de inclinarme ante ti, si tengo dos esclavos que son tus señores?.

            La muchedumbre contuvo la respiración y el sultán se puso blanco de cólera.
- ¿Qué quieres decir? - gritó.
- Mis dos esclavos, que son tus maestros, son la ira y la codicia - dijo el derviche tranquilamente.

Dándose cuenta de que lo que había escuchado era cierto, el sultán se inclinó ante el derviche.


miércoles, 15 de octubre de 2014

6 SOMBREROS PARA PENSAR



Debido a mi curiosidad infinita sobre el mundo del pensamiento, la conducta y el espíritujunto con los entresijos  que entre ellos  surgen, llegó a mi esta técnica de toma de decisiones, empleando el pensamiento lateral y múltiple que E. de Bono, en 1986, puso en manos de empresarios y publicistas revolucionando el escenario del consenso en grupos sobre las mejores opciones ante cualquier problema.

          Estamos conociéndolo en clase. Resulta una forma divertida y eficaz de centrar la atención mediante un modo de pensamiento y no en otro, obteniendo todos los beneficios que cada una aporta para la resolución de problemas.

         El método consiste en disponer de 6 sombreros, cada uno de los cuales focaliza, a quien lo usa, en un tipo de pensamiento y no otro.


1.    Sombrero blanco para el pensamiento racional basado en datos  y en hechos objetivos.
2.    Sombrero rojo para la reflexión salpicada de emociones, intuiciones, valoraciones y sensaciones.
3.    Sombrero negro para acotar los aspectos negativos con una intención constructivista, es decir, qué puede mejorarse por ser un punto débil.
4.    Sombrero amarillo para la positividad y el hallazgo de las fortalezas. Qué puede mejorarse en base a lo que tenemos como pilar fuerte en el problema.
5.    Sombrero verde para buscar alternativas. Es el ejercicio de la creatividad. Los caminos diversos de soluciones posibles.
6.    Sombrero azul para tener una visión de conjunto y poder coordinar. Es el que elige el sombrero que hay que utilizar en cada ocasión.


Esta técnica que se presenta divertida y colorista me ha hecho pensar por qué no podríamos utilizar uno de estos sombreros en cada fase del problema que nos angustia y nos destruye.

Colocar el adecuado es la clave del juego; de cualquier forma, de usarles todos, podremos, sin duda, anotar en un listado de varias entradas,   las debilidades, las fortalezas, las alterativas o los datos reales en cada situación.

Me ha encantado esta técnica. Otra cosa será que logre disponerla a favor de la solución de lo que me preocupa.

Solamente haberla descubierto, me motiva.

martes, 14 de octubre de 2014

¿TODO ESTÁ EN EL VERBO?



Cuando estudiábamos gramática, el verbo, al menos en castellano, era decisivo en una oración. Se trataba de la acción. No tenía tanta importancia el sujeto que la realizaba como ésta misma lo que le dejaba en una posición de pilar central sobre el que giraba todo.

Más tarde, cuando comenzábamos a entender la Historia Sagrada nos encontrábamos con el mismo nombre para aludir a la figura central de la religiosidad cristiana. Así escuchamos…”Y el verbo se hizo carne”. Con esta frase se resumía el misterio más sublime de esta religión. La divinidad encarnada en un hombre dios. De nuevo la palabra verbo para ejecutar.

He pensado acerca de esto. ¿Realmente todo está en el verbo?. ¿Es necesaria siempre la acción? ¿Acaso no es conveniente quedarse quieto cuando el caos se ciñe sobre uno?, o por el contrario lo único que puede salvarnos es realmente el “verbo”?.

Mi experiencia personal me inclina a pensar que la actividad, la acción y los empeños siempre ayudan a salir adelante. Efectivamente movernos implica elegir una dirección, determinar un objetivo y por último, disponer todo lo necesario para cumplirlo. En este recorrido seguramente se aplacará el motivo de la angustia, se reducirá la pena y se transformará la amargura. Pero…no siempre es así. Sobre todo cuando uno se enfrenta a un problema que cala hondo, muy profundo y muy invasivo, entonces es necesaria la quietud. 

Cuando estamos en el fondo no hay más lugar a dónde ir que el ascenso. Por eso, no conviene iniciar la marcha hasta que no hayamos comenzado la cura. No podemos entregarnos a la acción maltrechos, despedazados y desesperados. No podemos crear posibilidades cuando nos sentimos aplastados. No debemos tomar decisiones cuando no tenemos fuerzas ni para sostener el alma. En ese momento, ahí, en ese mismo punto hay que esperar. Hacer tiempo para que todo se calme. Darnos la oportunidad de poder responder con todo nuestro ser y toda nuestra confianza. Con la seguridad de que tomemos la ruta que tomemos lo haremos convencidos de ello.

Es en este caso cuando el verbo no me sirve, a no ser el que alude a “esperar”.

Si estas en esta situación, no lo dudes, espera. La vida, en caso de que nosotros no lo hagamos, siempre resuelve.

lunes, 13 de octubre de 2014

BUSCA DONDE HAY



         Muchas veces buscamos en el lugar equivocado. Tal vez, lo que buscamos esté cerca, muy cerca pero no podemos verlo porque no es el espacio exacto donde fijamos la mirada. 

Hay que agudizar los sentidos, hay que disponer la actitud, hay que descubrir la aptitud, hay que dejarse llevar por la intuición, hay que saber soñar para poder despertar, hay que volar alto para encontrar los pies pegados al suelo, hay que saber reír y llorar, emocionarnos y entristecernos; pero sobre todo hay que saber aceptar, que no someternos.

Buscar donde está lo que es nuestro es la clave para encontrar lo que de verdad nos pertenece. Ni antes ni después, ni adelante ni atrás. El punto exacto de la inflexión. La coordenada precisa que resuelve el misterio. La llave que abre la puerta. El ojo que todo lo ve.

Buscar con los ojos del alma y las manos del corazón. Dirigir la vista hacia la perla negra que descansa sobre el vasto mar de posibilidades. Y encontrar. Y agradecer. Y disfrutar del hallazgo.

Aquí os dejo un breve relato sobre este tema.
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Una mujer estaba buscando algo en el suelo junto a un farol. Pasó por allí un hombre y se paró, curioso, a observar a la mujer, que afanosamente buscaba y buscaba. Intrigado, después de un rato, el hombre preguntó: 

-Buena mujer, perdona que me inmiscuya en tus asuntos, pero ¿podrías decirme que buscas? 

Y la mujer repuso:
-Busco una aguja que he perdido en mi casa, pero como allí no hay luz he venido a buscarla junto a este farol.

Como esa mujer proceden muchos seres humanos. En lugar de buscar dentro de ellos mismos (donde mora el más verdadero gurú, el paraíso interno, la respuesta), buscan fuera de ellos lo que jamás podrán hallar fuera.