Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 24 de octubre de 2018

LO QUE SUCEDE CUANDO AGRADEZCO





Posiblemente, ante los demás lo tenemos todo, o casi y sin embargo, nos sentimos con un hueco vacío indescriptible que no sabemos llenar.


A veces, tenemos muchas expectativas con todo lo que iniciamos. Otras pedimos demasiado a las circunstancias aun sabiendo que no dan para más.



La insatisfacción anida en nuestra manera de vivir y siempre nos impulsa a necesitar hasta aquello que no necesitamos.

Lo primero que hay que hacer es parar y reconocer lo que sucede dentro. Enfocarnos en lo que tenemos y no en lo que falta. Disfrutar de lo sencillo, que siempre es abundante, y no esperar lo grande que suele ser tan escaso. Y sobre todo, ser agradecido. 

Hay muchas razones para agradecer y el agradecimiento conlleva, sin duda, grandes contraprestaciones.

 No sabes cómo, no sabes cuándo pero la vida, el universo, nuestro dios interior siempre compensa.

Comencemos por agradecer 3 cosas al levantarnos y 3 al acostarnos. Repasemos el día, repasemos nuestra vida, agradezcamos hasta lo que no haya sido demasiado favorable para nosotros porque hasta eso nos ha enseñado y aportado algo que es motivo de agradecimiento.

Hagamos una lista poco a poco. Un listado con 100 razones para agradecer, poco a poco, lentamente vete añadiendo a tu listado nuevos motivos. Desde atribuciones muy simples, hasta razones poderosas por las que hay que sentirse encantados de haber pasado por aquí.

Hay personas que no se conmueven con nada, que no sienten la necesidad de agradecer a nadie ni a ninguna situación y que por supuesto, viven dentro de su amargura o en un estado vegetativo de cierta indiferencia o contrariedad hacia el resto. No son felices. No hacen feliz y tampoco sienten la recompensa del agradecimiento y sus bondades.

Vete por la calle agradeciendo internamente. Lo que sea.

 Revisa, siente, agradece…espera.

 Algo pasa.