Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 24 de marzo de 2017

LA PRÁCTICA TONGLEN (por Pema Chödron)



Me encanta esta mujer y su mensaje. Encontré un libro suyo revisando libros en una librería; es decir, creo que el libro me encontró a mí. Desde entonces, todos los días leo y repaso algo de sus enseñanzas.

Es muy sencillo. Hoy, en clase de Ed. Emocional, lo leíamos en otro libro… Su introducción comenzaba con unos agradecimientos, en los que el autor se sentía parte de varias familias.

La familia de sangre, al que le unían lazos ancestrales y con la que, seguramente, habría repetido muchas vidas; la familia emocional de los amigos y la gente con la que intercambiaba felicidad y gozo; y por último, la familia de la humanidad, a la que pertenecemos como parte del todo que nos incluye y asimila.

En este sentido, Pema Ch. alude también a ayudarnos a nosotros mismos mediante la compasión, pero no a través de una devoción particular y egoísta, sino por medio de una extensión de nuestra clemencia más allá de los límites que vemos fuera de nosotros y que no existen.

Aspirar el dolor, nuestro y de los cercanos, lejanos y desconocidos; y exhalar compasión en el mismo orden y espacio humano  amplio y extenso.

Veamos. 

Espero que os sirva igual que a mí.
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“…Para tener compasión por otros, tenemos que poder tener compasión por nosotros mismos.

En particular, ocuparse de otras personas que tienen miedo, están enojadas, celosas, superadas por adicciones de todo tipo, son arrogantes, orgullosas, quejosas, egoístas, significa – usted lo identifica-  tener compasión y cuidar de estas personas, no huir del dolor de encontrar estas cosas en nosotros mismos.

De hecho, la propia actitud hacia el dolor puede cambiar. En lugar de defenderse y esconderse de él, se puede abrir el propio corazón y permitirse sentir ese dolor, sentirlo como algo que nos suavizará y purificará y nos hará mucho más amorosos y amables.

La práctica de Tonglen es un método para conectarse con el sufrimiento -el nuestro y el de todo lo que nos rodea- dondequiera que vayamos. Es un método para superar el miedo al sufrimiento y para disolver la dureza de nuestro corazón. Principalmente es un método para despertar la compasión que es inherente a todos nosotros, sin importar cuán cruel o fríos podamos parecer.

Comenzamos la práctica aceptando el sufrimiento de una persona que sabemos que está sufriendo y a quién deseamos ayudar. Por ejemplo, si usted sabe de un niño que está siendo lastimado, usted inspira el deseo de retirar todo el dolor y miedo de ese niño. Luego, mientras espira, usted le envía felicidad, gozo o aquello que alivie su dolor. Este es el centro de la práctica: inspirar  el dolor de otros para que puedan estar bien y tener más espacio para relajarse y abrirse, y espirar, enviándoles relajación o aquello que usted sienta que les traería alivio y felicidad. Sin embargo, a menudo no podemos hacer esta práctica porque nos enfrentamos con nuestro propio miedo, nuestra propia resistencia, enojo, o cualesquiera sean nuestro sufrimiento o estancamiento personal en ese momento.

Es ahí que usted puede cambiar el foco y comenzar a efectuar tonglen por aquello que usted está sintiendo y por millones de otros como usted que en ese mismo momento están sintiendo exactamente el mismo estancamiento  y miseria. Puede ser que usted sea capaz de identificar claramente su dolor como terror, repulsión, enojo o deseo de venganza. Asi que usted inspira por todos aquellos que están atrapados en esa misma emoción y les envía alivio o aquello que abra espacio para usted y los innumerables otros. Puede ser que usted no identifique lo que esté sintiendo. Pero puede sentirlo – una dureza en el estómago, una oscuridad pesada, o lo que sea. Sólo contáctese con lo que está sintiendo e inspírelo, llévelo adentro – por todos nosotros y envíe alivio a todos nosotros.” (…)


miércoles, 22 de marzo de 2017

¿ CUÁLES SON TUS MIEDOS?



“Érase una vez en un país muy lejano un rey que era muy polémico por sus acciones.

Tomaba a los prisioneros de guerra y los llevaba hacia una enorme sala. Los prisioneros eran colocados en grandes hileras en el centro de la sala y el rey gritaba diciéndoles:

-Les voy a dar una oportunidad, miren el rincón del lado derecho de la sala.
Al hacer esto, los prisioneros veían a algunos soldados armados con arcos y flechas, listos para cualquier acción.

-Ahora, continuaba el rey, miren hacia el rincón del lado izquierdo.

Al hacer esto, todos los prisioneros notaban que había una horrible y grotesca puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos humanos servían como decoración y el picaporte para abrirla era la mano de un cadáver. En verdad, algo verdaderamente horrible solo de imaginar, mucho más para ver.

El rey se colocaba en el centro de la sala y gritaba:

- Ahora escojan, ¿qué es lo que ustedes quieren? ¿Morir clavados por flechas o abrir rápidamente aquella puerta negra mientras los dejo encerrados allí? Ahora decidan, tienen libre albedrío, escojan.

Todos los prisioneros tenían el mismo comportamiento: a la hora de tomar la decisión, ellos llegaban cerca de la horrorosa puerta negra de más de cuatro metros de altura, miraban los cadáveres, la sangre humana y los esqueletos con leyendas escritas del tipo: "viva la muerte", y decidían: -"Prefiero morir atravesado por las fechas."

Uno a uno, todos actuaban de la misma forma, miraban la puerta negra y a los arqueros de la muerte y decían al rey:

- "Prefiero ser atravesado por flechas a abrir esa puerta y quedarme encerrado".

Millares optaron por lo que estaban viendo que hacían los demás: elegir la muerte por las flechas. 

Un día, la guerra terminó. Pasado el tiempo, uno de los soldados del "pelotón de flechas" estaba barriendo la enorme sala cuando apareció el rey. El soldado con toda reverencia y un poco temeroso, preguntó: - "Sabes, gran rey, yo siempre tuve una curiosidad, no se enfade con mi pregunta, pero, ¿qué es lo que hay detrás de aquella puerta negra?"

El rey respondió: Pues bien, ve y abre esa puerta negra." 

El soldado, temeroso, abrió cautelosamente la puerta y sintió un rayo puro de sol besar el suelo de la enorme sala, abrió un poco más la puerta y más luz y un delicioso aroma a verde llenaron el lugar.

El soldado notó que la puerta negra daba hacia un campo que apuntaba a un gran camino. Fue ahí que el soldado se dio cuenta de que la puerta negra llevaba hacia la libertad.”

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Este cuento nos habla de  miedos; sobre todo nuestros miedos a salir de nuestra "zona de confort". El miedo a lo desconocido, a no ser capaz, una inseguridad que paraliza, o una frustración. Miedo a asumir riesgos.

Los soldados prefieren morir sabiendo lo que les va a pasar, antes que traspasar la puerta sin saber lo que hay después. En muchos momentos de nuestra vida, tenemos puertas negras en nuestro interior. 

¿Cuáles son las vuestras? ¿Qué pasaría si las abrierais?


martes, 21 de marzo de 2017

RECIEN ESTRENADA LA PRIMAVERA…TE FUISTE



Hoy te escribo de nuevo, con letra tecleada y en papel digital y es que hace tanto que te fuiste que esto comenzaba entonces. Sin embargo, aunque este día marca un antes y un después en mi vida, no es un día diferente. 

No te recuerdo más, ni menos. Todos han llegado a ser uno. El mismo. En todos estás conmigo; presente.

Emprendiste el viaje sin una queja; tampoco resignada. No. Segura de que era el tiempo ya. Y sobre todo serena.

Cerrar los ojos aquí puede significar abrirlos en otra parte, me dijiste siempre. La puerta nunca se cierra, solo se abre en otra dirección. Un camino sin retorno a esta orilla desde donde vivimos tantas cosas juntas, pero en el que sembraste fortaleza, dignidad y honestidad. 

No siempre he sido capaz de seguir tu ejemplo. Me pido perdón a mí misma y a lo que de ti hay en mí. También siento no ser la hija que junto a ti, fue tú. 

La vida es difícil sin ti, mamá. Antes, cuando tú estabas todo era sencillo. No había nunca problemas porque los convertías en oportunidades de mejora en cualquier ámbito. Y es que eras tan fuerte, tan resolutiva y válida que el listón me queda muy alto.

He hecho lo que he podido en estos 10 años para resistir la vida. Te he querido imitar muchas veces pero no soy tú, eso sí que lo he aprendido. Y me enfado conmigo y me contento contigo. Por haberme enseñado tanto y por no haber seguido ni la mitad de tus enseñanzas.

Supongo que como todas las personas que tienen un ser querido al otro lado del velo, hablo contigo. Lloro contigo. Río contigo. Espero contigo. Y te pido cosas, como si de un santo se tratase, y me encuentro mirando tu foto o apretándola contra el pecho esperando que me ayudes siempre; como siempre lo hacías.

Sabes mamá, hoy no es un día distinto. Hoy es un día más en el que sigues estando conmigo. A mi lado. Con tu silenciosa fuerza empujándome en mis titubeos y en mis dudas o levantándome en mis caídas y arropando mis miedos.

Estás aquí. Hoy también. 
Y mi amor; el mismo.

domingo, 19 de marzo de 2017

VIAJE A ÍTACA...


De vuelta…

Mis queridos lectores, después de muchos meses me dispongo a retomar la historia que se desarrollaba en la sección de los domingos “Viaje a Ítaca”.

Supongo que todo este tiempo de silencio habrá hecho que se nos olvide la trama principal. Por ello, voy a resumirla para que podamos conectar de nuevo con el final de este relato que quedó inconcluso.

Más tarde, como os prometí hace tiempo también, comenzaremos a conocer a Katy, en el “Diario de una díscola”, sección que ocupará igualmente los domingos.

Vamos a revisar el relato que espera para ser terminado.

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“Owen, afamado psiquiatra, abre una clínica para terapias de conducta. Su amigo Marco le ayuda en la apertura, a la vez que es cómplice de guardar una libreta en la que el doctor mantiene información secreta sobre una banda dedicada a extraer órganos de niños huérfanos.

Muchos de sus antiguos amigos están detrás de esta información encriptada en un pen drive y en su teléfono móvil.

Marco muere en un atropello y pierde el lápiz digital que encuentra un niño, cuya madre china termina uniéndose a Owen.

El doctor preso de paranoias que llenan de sufrimiento sus días tiene un amigo que parece ayudarle siempre, Steven. Más tarde descubrirá que es la antigua pareja de Swa, la mujer china que está ahora unida a él.

Después numerosas vicisitudes termina creyendo que todo lo que le ha sucedido es un sueño. Sin embargo, pronto descubre que hay indicios de que lo soñado sea real.

Swa descubre que Steven es un impostor y que está de nuevo cerca de Owen para reunir la mitad de un medallón que le dará la clave para conocer la información que precisa. (…)”

Hemos quedado en este punto. Pronto descubriremos cómo se resuelve esta trama. 

Dejo la última entrega como recordatorio.
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¡Quiero el medallón. Basta de charla.!
.-No lo tengo.
.-Pero sabrás donde encontrarlo.

.- No lo sé.- Swa mintió asustada sin saber si lo mejor sería dárselo. Algo la decía que no.

.- Yo mismo mandé que le entregasen a Owen la mitad que le correspondía,  por medio de mis contactos. Sabía muy bien que la otra parte sería fácil de encontrar si él la tenía. Y mira de qué forma llegó a ti. ¡Dámela he dicho!.- Steven había recogido la otra mitad del medallón que caída bajo el asiento trasero esperaba a ser rescatada. Le faltaba la mitad que Swa había escondido en la caja de marfil. Estaba seguro de que ella sabía dónde estaba.

Una de las poderosas manos de aquel viejo amante de la mujer china alcanzó su delicado cuello. Lo abarcaba sin dificultad. Comenzó a apretar con la intención de matarla si no era capaz de arrancar de sus labios el paradero del colgante.

 Swa sin poder respirar apenas, le indicó con la mano que la soltase para poder decírselo.

Tosió repetidamente hasta que pudo recuperar la voz.
.- Está bien. Eres el ser despreciable que odié cuando te fuiste. Te lo daré y nos olvidarás para siempre.

.-No puedo olvidarme de mi hijo. Te diré de hecho que está muy contento con su nuevo hogar…algo lejos de aquí. -Swa creyó enloquecer. Aquel malvado hombre se había llevado a su hijo, tal vez para siempre.

.-¡¿Has secuestrado a mi hijo?!. Dime dónde está. ¡Te odio!.
.-Mi querida Swa, estás confundida. Es mi hijo también y tengo derecho a disfrutar de él…otros nueve años… al menos. ¿No te parece justo?.

.-No te daré el colgante hasta que Liu no esté junto a mí.
.-Uhmmm has olvidado quién pone las reglas aquí. Qué pena mi pequeña chinita. Tendré que matarte entonces. Pero quiero que lo pienses bien. En realidad es muy triste que un niño crezca sólo, sin su madre, sin poder verla más.- Swa se encontraba en el peor momento de su vida.

.-Cómo sé que está bien. Cómo sé dónde está.-Steven saco su teléfono móvil y marco un número demasiado largo para ser la zona en la que estaban. Apretó la tecla de la videoconferencia y al momento visualizó a su hijo en una playa  jugando con la arena.

.-¡Hola mami!, ¿cuándo vienes?. Me ha dicho papá que estaremos aquí pronto los tres. –Swa con las mejillas llenas de lágrimas sordas cogió fuerzas para hablarle.

.- ¡Mi niño!, ¿estás bien?. Sí si pronto estaré contigo.-Al fondo había un letrero en principio indescriptible. Steven le quitó el teléfono para despedirse del niño sin dejarles hablar más.

.- Te llevaré con él cuando me des la otra parte del medallón.- De pronto, la mujer china pudo reconocer el tipo de lengua en la que estaba escrito el letrero. Era coreano. ¡Le había llevado a Corea!.

.-¡Cómo has podido!. Nunca saldrá de allí.- Swa sabía que Steven procedía de Corea del Norte.

.-Solamente hay una opción mi delicada geisha. Tú irás con él. (…)


Espero poder cumplir con este propósito y que sea de vuestro agrado.

 Solo me queda mostrar mi mayor agradecimiento a mis dos amigas (G y C) siempre pendientes de que continúe estos relatos que a veces se detienen en mí.