Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 10 de abril de 2015

AMAR LOS DEFECTOS

Es difícil amar lo que no gusta, sin embargo, a veces, es lo único que podemos hacer.
Cuanto más se resiste uno a algo, más cercano parece que deseamos tenerlo. Hay una frase que merece ser recordada: “ Lo que resiste, persiste”.
Es algo así como decir que quien resiste, o lo que resiste…vence.
En ocasiones lo mejor es dejarlo estar. No alimentarlo pero no apartarlo porque suele querer entrar con más fuerza.  Posiblemente, si no lo engrosamos con nuestra atención morirá por sí sólo.
Veamos este breve cuento en el cual el jardinero tuvo que aprender esta necesaria lección.
________________________________________
Nasrudín, el monje Sufí, había decidido plantar flores en su jardín. Para eso preparó el suelo, sembró semillas de las flores que le parecían más bellas. Cuando las flores comenzaron a nacer, observó con enfado que su jardín se iba llenando de flores que él no había elegido, especialmente de margaritas.

Nasrudín fue en busca de consejo especializado. Habló con todos los jardineros que conocía y leyó las instrucciones para librarse de las margaritas. Todo fue en vano.

Las margaritas crecían cada vez más fuertes, se mezclaban con los claveles, con las dalias y con otras flores.

Por fin, decidió ir a la capital y entrevistarse con el jardinero real, jefe del jardín del palacio del Rey. El sabio jardinero ya había aconsejado a muchos otros de cómo librarse de flores y plantas indeseables.

Nasrudín contó su esfuerzo por librarse de las margaritas que crecían en su jardín. El viejo jardinero lo escuchó atentamente y después de un largo silencio dijo:

- Por lo visto, tienes que cambiar tu decisión y aprender a amar a las margaritas.

jueves, 9 de abril de 2015

DONDE LA VIDA NOS LLEVE...



Hay momentos de la vida en los que uno parece estar a la deriva. Entras y sales de las situaciones como si de una batalla se tratase. Librando escollos, bordeando obstáculos, penando penas.

Situaciones de desconcierto pueden durar días, meses, años…toda una vida si no ponemos remedio. Nadie va a resolvernos el enigma, ni a deshacer nuestros entuertos, ni a tomar la lanza por nosotros y embestir a los gigantes.

De vez en cuando luchamos a muerte, otras veces nos sentimos derrotados antes de entrar en la contienda y la mayoría convertimos el corazón en un campo de batalla donde van quedando muchos muertos.

La factura del desconcierto es cuantiosa. La seguridad y la fortaleza que nos da saber lo que queremos es el único camino para la victoria ante nosotros mismos.

No es fácil navegar contra corriente. Tampoco lo es seguir los flujos de los problemas que nos devoran. Por eso, a veces, hay que dejar que la vida nos lleve…despacito…a dónde nos tenga que colocar.

Nada pasa por que sí. Todo tiene su sentido en su momento y lo que ahora parece que nos ahoga mañana puede ser nuestra salvación.

No se abre el camino si no vamos dando pasos, aunque sean diminutos, aunque apenas se aprecien, aunque nos hallamos movido un milímetro. Ese avance será siempre de apertura hacia un mundo desconocido y nuevo.

La deriva de la vida es la que decide, en muchas ocasiones, aquello que por nosotros mismos no podemos resolver. Es soberana siempre a pesar de que espera, frecuentemente, la resolución a la que lleven nuestras decisiones.

 Si no somos capaces de hacerlo, ella, sin duda, lo hará por nosotros. 

No sabemos cómo por tanto tomemos la iniciativa para ser, de alguna forma, dueños de nuestro destino.

miércoles, 8 de abril de 2015

UN DESCUBRIMIENTO ...



He hecho un descubrimiento que comparto con vosotros, espero que os guste.
_______________________________________________ 

El pasado quedó atrás,
el futuro aún no ha llegado,
el presente se nos escapa;
las cosas cambian continuamente, sin ningún fundamento firme;
tantos nombres y palabras confusamente creados por sí mismos,
¿cuál es la utilidad de la vida, que transcurre inútilmente día a día?
No retengas tus viejas ideas; no persigas tus nuevas fantasías;
sincera e incondicionalmente, indaga y reflexiona en tu interior;
indagar y reflexionar, reflexionar e indagar,
hasta que llega el momento en ya no son posibles más indagaciones;
ése es el momento en que podrás comprender
que durante todo tu pasado has estado en el error.

 
Ryokwan
¿De dónde viene mi vida?
¿Adónde va?
Me siento en soledad en mi cabaña
y medito en silencio;
con todo mi pensamiento, no sé de dónde
ni llego a ningún adónde;
así es con mi presente,
eternamente cambiante: ¡todo Vacuidad!
En esta Vacuidad está el ego por un tiempo,
con sus síes y sus noes;
no sé dónde establecerlos,
yo sigo mi karma en su movimiento, perfectamente contento.

 
Ryokwan

lunes, 6 de abril de 2015

LUCES Y SOMBRAS



Sigo estando entre dos tonalidades. Doy pasos para salir de la sombra porque sé que la luz sigue el camino después de ella. 

No sé si es posible volver a tras, creo que nunca el agua de un río recorre dos veces el mismo lecho. Me quiero acostumbrar a lo diferente, tengo que pensar que ahí está el inicio de lo nuevo, porque nuevos han de ser los días que nos cobijen para poder culminar la obra.

He aprendido muchas cosas. He estado hibernando en los rincones de mi mente. He dado rienda suelta al corazón y me he mirado en su espejo.

El mundo no se acaba al final de mi angustia; ahí es precisamente donde comienza. Tras el velo que me impide divisar el horizonte; por encima del muro que no deja alcanzar la claridad. En mí y en lo que debo dejar brotar. En el cuidado y en el mimo de lo que soy.

A veces me gusta mirar por encima de los fracasos. Recorrer el error y ponerle un lazo. Marcarle para no olvidarlo. Saber dónde está y cómo se produjo…y aprender a retroceder sobre los pasos que me llevaron hasta él.

Qué no es malo…dicen. Que hay que equivocarse…opinan. Que sin desengaños no superaremos nunca los autoengaños…que no hay risas sin lágrimas, ni bondades sin maldad.

Me gusta la inocencia. Me siento cómoda en ella. He aprendido a no serlo pero he dejado en ello parte de mí.
El mundo de la trastada, el cambio de mentiras, el brillo falso, el adorno innecesario…no es lo mío. Me parece un circo. Un mercado con mercaderes sin nombre ni identidad donde se cambian falacias y la ganancia está siempre en quién más engañe.

Creo que he decidido ser tonta de por vida. Me siento mejor; al fin y al cabo lo más importante es lo que uno siente. El resto no me interesa.

domingo, 5 de abril de 2015

CÁNTAME UNA NANA



Tal vez nos de vergüenza, pero muchas veces querríamos ser niños; niños pequeños acurrucados en el regazo de nuestra madre. En el calor del amor puro, al cobijo de la protección incondicional. Pequeños, suaves, tiernos y recibiendo amor a manos llenas.

La voz que canta la nana, la mano que mueve la cuna, el pecho que amamanta ilusiones, la sonrisa que nos ayuda a crecer. Sentir que algo está detrás apoyándonos, caminar seguros porque el paso firme está alentado por la voz que dice:…”adelante, tú vales mucho”; mantenernos firmes con los sonidos de la infancia o remontar escollos con los zancos que nos dejó.

Nada hay nada como la sensación de sentirnos cuidados. Por eso, en cualquier situación triunfan los cuidadores. Uno se rinde irremediablemente ante quienes nos abren los brazos y nos dejan pasar a dentro, al calor de la chimenea en invierno o al frescor de la fuente inagotable del amor, en verano.

Si cuidas, te cuidan porque quien se descuide en el cuidado puede encontrarse en medio de un vasto campo de soledades acechantes. 

No hay peor sensación que la desprotección. Ni mejor sentimiento que el de proteger.

El equilibrio entre querer cobijarnos y soltar amarras es la clave de nuestra personalidad adulta.

¿Demasiado protegido en la niñez?¿excesivamente desprotegido en ella?¿demasiado solitario?¿excesivamente invadido?¿infravalorado?¿ex alzado?...todo está en la raíz del amor.
Supongo que al final todo parte del origen… al que nuevamente vuelve al terminar el camino. 

Se cierra el círculo. En el resto de las circunstancias de la vida también se cierran círculos, una y otra vez.

Hay señales que nos indican, paso a paso, por donde sigue el camino…aunque no se vea, aunque parezca que no hay. En realidad, existe porque tú mismo lo vas abriendo en cada pisada.

¡! Esperaré a que me cantes una nana…para dormirme hoy con las alas desplegadas dispuesta a volar, confiada de ti, segura en mi!