Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 22 de agosto de 2014

A GOLPE DE CORAZÓN ( Cuento oriental)



                De entre todos los pueblos que el Mullah Nasrudín visitó en sus viajes, había uno que era especialmente famoso porque a sus habitantes se les daban muy bien los números. Nasrudín encontró alojamiento en la casa de un granjero. A la mañana siguiente, se dio cuenta de que el pueblo no tenía pozo. Cada mañana, alguien de cada familia del pueblo cargaba uno o dos burros con garrafas vacías y se iban a un riachuelo que estaba a una hora de camino, llenaban las garrafas y las traían de vuelta al pueblo, lo que les llevaba otra hora más.

"¿No sería mejor si tuvierais agua en el pueblo?", preguntó el Mullah al granjero de la casa en la que se alojaba.

"¡Por supuesto que sería mucho mejor!", dijo el granjero. "El agua me cuesta cada día dos horas de trabajo para un burro y un chico que lleva el burro. Eso hace al año mil cuatrocientas sesenta horas, si cuentas tanto las horas del burro como las del chico. Pero si el burro y el chico estuvieran trabajando en el campo todo ese tiempo, yo podría, por ejemplo, plantar todo un campo de calabazas y cosechar cuatrocientas cincuenta y siete calabazas más cada año, que al precio actual alcanzarían para comprar vaca y media".

"Veo que lo tienes todo bien calculado", dijo Nasrudín admirado. "¿Por qué, entonces, no construyes un canal para traer el agua al río?"

"¡Eso no es bien simple!", dijo el granjero. "En el camino hay una colina que deberíamos atravesar. Si pusiera a mi burro y a mi chico a construir un canal en vez de enviarlos por el agua, les llevaría quinientos años si trabajasen dos horas al día. Sólo me quedan otros treinta años más de vida, meses más, meses menos, u otros 6 y 3/4 si dejo el tabaco. Así que me es más barato enviarles por el agua."

"Sí, pero, ¿es que serías tú el único responsable de construir un canal? Sois muchas familias en el pueblo."

"Claro que sí", dijo el granjero. "Hay cien familias en el pueblo. Si cada familia enviase cada día dos horas un burro y un chico, el canal estaría hecho en cinco años. Y si trabajasen diez horas al día, estaría acabado un año".

"Entonces, ¿por qué no se lo comentas a tus vecinos y les sugieres que todos juntos construyáis el canal?"

"Pues... - prendiendo otro cigarro - ... Mira, si yo tengo que hablar de cosas importantes con un vecino, tengo que invitarle a mi casa, ofrecerle té y azúcar, hablar con él del tiempo y de la nueva cosecha, luego de su familia, sus hijos, sus hijas, sus nietos. Después le tengo que dar de comer y después otro té con galletas y él tiene que preguntarme entonces sobre mi granja y sobre mi familia para finalmente llegar con tranquilidad al tema y tratarlo con cautela. Eso lleva un día entero. Como somos cien familias en el pueblo, tendría que hablar con noventa y nueve cabezas de familia. Estarás de acuerdo conmigo que yo no puedo estar noventa y nueve días seguidos discutiendo con los vecinos. Mi granja se vendría abajo. Lo máximo que podría hacer sería invitar a un vecino a mi casa por semana. Como un año tiene sólo cincuenta y dos semanas, eso significa que me llevaría casi dos años hablar con mis vecinos.

Conociendo a mis vecinos como les conozco, te aseguro que todos estarían de acuerdo con hacer llegar el agua al pueblo, porque todos ellos son buenos con los números. Y como les conozco, te aseguro, cada uno prometería participar si los otros participasen también. Entonces, después de dos años, tendría que volver a empezar otra vez desde el principio, invitándoles de nuevo a mi casa y diciéndoles que todos están dispuestos a participar".

"Vale", dijo el Hodja, "pero entonces en cuatro años estaríais preparados para comenzar el trabajo. ¡Y al año siguiente, el canal estaría construido!"

"Hay otro problema", dijo el granjero. "Estarás de acuerdo conmigo que una vez que el canal esté construido, cualquiera podrá servirse del agua, tanto si ha o no contribuido con su parte de trabajo correspondiente."

"Lo entiendo", dijo Nasrudín. "Incluso si quisierais, no podríais vigilar todo el canal."

"Pues no", dijo el granjero. "Cualquier avispado que se hubiera librado de trabajar, se beneficiaría de la misma manera que los demás y sin costo alguno".

"Tengo que admitir que tienes razón", dijo Nasrudín.

"Así que como a cada uno de nosotros se nos dan bien los números, intentaremos escabullirnos. Un día el burro no tendrá fuerzas, otro día el chico de alguien tendrá tos, otro la mujer de alguien estará enferma, y el niño y el burro tendrán que ir a buscar al médico...

Como a nosotros se nos dan bien los números, intentaremos escurrir el bulto. Y como cada uno de nosotros sabe que los demás no harán lo que deben, ninguno mandará a su burro o a su chico a trabajar. Así que la construcción del canal ni siquiera se empezará..."

"Tengo que reconocer que tus razones suenan muy convincentes", dijo Nasrudín que se quedó pensativo por un momento, pero de repente exclamó: "Conozco un pueblo al otro lado de la montaña que tenía el mismo problema que vosotros tenéis. Pero ellos tienen un canal desde hace ya veinte años."

"Efectivamente", dijo el granjero, "pero a ellos no se les dan bien los números... "

             Hay  que vivir la vida y no pensarla. Muchas veces, pensamos tanto las cosas que no hacemos nada. En estos momentos lo mejor es dar un paso hacia adelante y hacer lo que el corazón debe porque en él reposan las decisiones importantes de la vida, sin duda.

miércoles, 20 de agosto de 2014

EL COMIENZO DE TODO




         El Comienzo de todo está en uno mismo y el final también. Lo que sucede en el medio también somos nosotros. Siempre estamos presentes y muchas veces nos olvidamos de que el procesador está dentro.


         La vida sucede fuera. Lo que nos sucede, aquello que parece que arremete con nosotros es solo una variable externa ante la cual debemos pararnos en seco.

Muchas veces, la situación nos puede. En esos momentos en los que vamos de mal en peor no queda otra que parar y pedir ayuda. Yo lo hago y siempre surte algún efecto.

Hay que cambiar de ángulo. Movernos de sitio y mirar con otros ojos. Hay que salirse del personaje y escuchar la historia de nuevo como si lo estuviésemos oyendo. Posiblemente podamos advertir qué le diríamos a la otra persona siendo espectadores…seguro que tendríamos consejos para el amigo, lecciones que recordarle, aprendizajes con los que demostrarle el camino que no encontramos para nosotros.

Cuando algo cala profundo en el corazón permanece por siempre. No hay miedo a que se extinga. Por eso debemos frenar nuestro pensamiento loco siempre dispuesto a aumentar los fantasmas; dejar de suponer para estar abiertos a la verdad; esperar un tiempo para que el sosiego calme la ira, el rencor, el odio o simplemente ese malestar que a veces permanece en la boca del estómago recordándonos que no estamos bien.

Nadie puede cambiar por nosotros el escenario que vemos; nadie actuar de otro modo; nadie invertir el camino. 

Nos corresponde girar el timón  no hay más remedio.

¿ES UNA PERSONA TÓXICA?



Los seres humanos somos individuales, esto quiere decir que cada persona tiene su propio mapa personal y único. al bagaje que cada quien trae consigo mismo. Por lo tanto, cada persona puede actuar y reaccionar de diferente manera ante un estímulo dado.

Las palabras tienen mucha influencia, tanto en nosotros mismos como en los demás. Nuestras palabras pueden motivar o pueden herir profundamente al otro. Hay personas que han tenido una vida tan llena de amor, equilibrio, y cosas positivas que así funcionan por la vida y dan mucho a los que las rodean. Sin embargo, hay otras, que traen un saco lleno de decepciones, problemas y actitudes negativas que van regando esto en su camino con quienquiera que estén. Éste es el tema que quiero abordar en esta ocasión. Quiero hablar de las personas negativas, que son irrefrenables e incorregibles, porque creen en su interior que ellas están bien, pensando y obrando como lo hacen.
Les llamaremos a esta clase de personas, personas “tóxicas”. Este tipo de personas se encuentra en cualquier lugar. Puede ser tu jefe, tu amigo, hermano, o incluso tu pareja. Reconoces a una persona tóxica, porque es la que en forma continua habla de temas negativos, en vez de halagarte por algo, encuentra el punto negro, no acepta a la primera una opinión o sugerencia, son hirientes, agresivos, inflexibles y se exaltan fácilmente si se les contradice. Ellos tienen la razón siempre.

            Este tipo de personas afectan de diferente manera a cada quien. Si después de estar con alguien te sientes: que pierdes energía, cansado, malhumorado por haber estado con ella, ignorado porque sólo habla de sí misma, aliviado cuando se va, que tensas tus facciones cuando está presente. Puedes incluso llegar a sentirte mal, muy mal, y al dejar a esta persona te llevas de regalo un dolor de cabeza o estómago quiere decir que estás con una persona tóxica.

Estas personas están reflejando lo que traen en su interior: mucha negatividad, resentimiento, envidia, celos, crítica, frustración, baja autoestima, necesidad de ser reconocidos, aprobados y ser importantes.Y lo que consiguen es justamente lo opuesto con su actitud hiriente y ruda hacia los demás. La gente tiende a alejarse de ellos y ser cautelosos e incluso sentir miedo porque la relación se torna difícil.

         También hay personas tóxicas que muestran pasividad y se hacen pasar por mosquitas muertas, son los llorones, necesitan de tu ayuda constantemente, los de la vela perpetua, los solitarios, critican incansablemente a los demás, son metiches, y despiden con su actitud, lástima. 

             Estas personas son desgastantes, porque te chupan la energía, tu tiempo, tu motivación y entusiasmo, que a ellos les falta. Ellos están vacíos y buscan llenar este hueco con tu amistad, relación, o compañía. Este tipo de personas te cansan, te aburren, limitan la conversación y tienes que darles ánimo constantemente (pierdes tu energía) porque ellos la despilfarran con sus pensamientos derrotistas que no llevan a ningún lado.

Una vez que hayas detectado, a personas como estás en tu vida, hay varios consejos que puedes hacer para no alterarte… (ver)


lunes, 18 de agosto de 2014

EL DESAFÍO



Es imprescindible un poco de lucha. Las tormentas con sus truenos, relámpagos y tristezas, nos enriquecen tanto como la felicidad y la alegría.

Oí una parábola antigua. Y debe ser muy antigua porque en aquellos días Dios acostumbraba a vivir en la tierra.

Un día un viejo campesino fue a verle y le dijo: ―Mira, tú debes ser Dios y debes haber creado el mundo, pero hay una cosa que tengo que decirte: No eres un campesino, no conoces ni siquiera el ABC de la agricultura. Tienes algo que aprender.
Dios dijo: ―¿Cuál es tu consejo?

El granjero dijo: Dame un año y déjame que las cosas se hagan como yo quiero y veamos qué pasa. La pobreza no existirá más.
Dios aceptó y le concedió al campesino un año. Naturalmente pidió lo mejor y solo lo mejor: ni tormentas, ni ventarrones, ni peligros para el grano.

Todo confortable, cómodo y él era muy feliz. El trigo crecía altísimo. Cuando quería sol, había sol; cuando quería lluvia, había tanta lluvia como hiciera falta. Este año todo fue perfecto, matemáticamente perfecto.

El trigo crecía tan alto….que el granjero fue a ver a Dios y le dijo:¡Mira! esta vez tendremos tanto grano que si la gente no trabaja en diez años, aún así tendremos comida suficiente. Pero cuando se recogieron los granos estaban vacíos. El granjero se sorprendió. Le preguntó a Dios :¿Qué pasó, qué error hubo?.

Dios dijo: Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tú evitaste todo lo que era malo, el trigo se volvió impotente.

Un poco de lucha es imprescindible. Las tormentas, los truenos, los relámpagos, son necesarios, porque sacuden el alma dentro del trigo. La noche es tan necesaria como el día y los días de tristeza son tan esenciales como los días de felicidad. A esto se le llama entendimiento.

Entendiendo este secreto descubrirás cuán grande es la belleza de la vida, cuanta riqueza llueve sobre tí en todo momento, dejando de sentirte miserable porque las cosas no van de acuerdo con tus deseos.

 La sabiduría, no ser inteligente ni ser listo, sino sabio. Es justamente aquello que nos explica el cuento budista de "El desafío". Muchas veces nos creemos el centro del universo, y creemos que las cosas suceden por nosotros... entonces, si los acontecimientos son desfavorables, nos sentimos desgraciados y si pasa al contrario, afortunados. 

La naturaleza tiene su propia sabiduría, algunas cosas necesitan su tiempo, y a medida que entendemos esto, más sabios nos hacemos.

domingo, 17 de agosto de 2014

TU ERES ENTERO



La capacidad de estar solo es la capacidad para amar. Puede lucir paradójico para ti, pero no lo es. Es una verdad existencial. Solamente aquellas personas capaces de estar solas son capaces de amar, de compartir, de entrar en las más profundas capas de la otra persona, sin posesividad, sin volverse dependientes del otro, sin reducir al otro a un objeto y sin convertirse en adictos del otro. Le permiten al otro absoluta libertad, porque saben que si el otro se va, permanecerán tan felices como están. Su felicidad no puede ser llevada por el otro, porque no proviene del otro.

Entonces, ¿porqué querrán estar juntos? Porque ya no es más una necesidad, sino un lujo: ellos disfrutan compartir; ellos tienen tanto disfrute en sí mismos que quieren verterlo en otro. Ellos saben cómo tocar el instrumento musical de su vida como virtuosos solistas.
El flautista sabe disfrutar de su flauta como solista… y si viene y se encuentra con un solista de las cuerdas con quien disfrutar conjuntamente de su música a dúo, entonces harán armonía entre la flauta y las cuerdas.
Osho