Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 29 de octubre de 2021

NO SUFRAS DEMASIADO

 

La educación judeocristiana que hemos recibido justifica el sufrimiento e incluso lo eleva a categoría de bondad, en muchas ocasiones. De ahí, que sufrir tenga un componente escatológico que, en un lejano horizonte, puede hacernos mejores.

En realidad, sufrir sirve de poco o más bien de nada. Podemos sentir dolor. Eso es inevitable en estos convulsos tiempos, sin embargo no aporta ninguna modificación a la realidad. No es práctico. No resuelve.

También es cierto que la consabida reflexión sobre si es “una elección” o no, tiene su propia discusión.


 

A veces, no podemos dejar de sufrir por todo. Por si los hijos no alcanzan buenas notas, por si el negocio no va como nos gustaría, por si la pareja parecía una cosa y es otra, por si llueve y coincide con la hora de la peluquería… Desde lo importante hasta lo banal, todo puede causar sufrimiento dependiendo de nuestro carácter, de los modelos de interpretación de la realidad que hayamos tenido o del sentido bondadoso que las creencias le hayan conferido.

La verdad es que sufrir, para muchos, no es una elección, sino una imposición que acompaña a la mayor carga afectiva concedida a un suceso. Inevitable o no, es bastante ineficaz. Por eso, no debemos sufrir demasiado por nada porque, en realidad, lo que nos seamos capaces de resolver, nuestro o de otros, lo va a resolver la propia vida.

Posiblemente, darnos tiempo, parar de vez en cuando, sentir el silencio, abandonarnos a su murmullo lento y amplio nos puede hacer mucho bien.

Si para ti sufrir no es una elección, si como a tantas personas te pasa que lo magnificas y concedes un valor positivo para demostrarte a ti mismo/a que amas más, que quieres en mayor medida o que es más profundo tu dolor, te diría que lo separes de éste último y que te permitas sufrir suave, como si olieses un perfume…pero que nunca sea demasiado; nunca el centro de tu vida.

Ese, solamente eres tú.

lunes, 25 de octubre de 2021

¿CUÁL ES TU LUGAR SEGURO?

Todos necesitamos uno. Cuando las cosas van mal o muy bien, nos gusta refugiarnos en algo, en algún recuerdo, en alguien, en algún lugar o en algún momento que haya quedado en nuestra memoria  como espacio tierno donde cobijarnos.

La vida tiene muchas etapas; hay en ella acontecimientos geniales, pero también momentos fatales. Lo que se vive como espectacular, aquello que nos da una felicidad extrema, lo que nos instala en el bienestar no nos obliga a regresar a lo seguro. Pero sí lo hace el malestar, la insatisfacción y los momentos de dolor. Entonces, en esos instantes, periodos o etapas peores buscamos aquello que nos de paz. Lo que sirva para refrescar el alma, para mecerla en el calor que le falta o para sanarla en el ardor de sus quimeras.


 

Todos tenemos algún lugar seguro en nuestro interior. Los abrazos de la madre, el rincón preferido de la infancia, el amor de alguien que ya no está, la fe en una dimensión superior que nos protege…cualquier recuerdo cálido, cualquier sensación de cobijo y protección que seguiremos necesitando por mayores que seamos.

Cierra los ojos y con un pensamiento amable rodea a tu niño/a interior. Abraza ese sentir. Llénalo de luz. Siente cómo en ese lugar nada puede pasar; nada pasa salvo la dulce sensación de estar magníficamente bien.

 

domingo, 24 de octubre de 2021

EN EL CORAZÓN DE LAS PALABRAS

 

MALETA SIN TIEMPO

En el techo del cielo,

En lo profundo del infierno,

En las paredes y el suelo,

En tu mirada de averno,

En las palmas de las manos,

En las plantas de los pies,

En cada pisada y su trazo…

Te llevo dentro de mi ser.

Y no importa tu presencia,

Ni el mundo del ayer,

Te he tatuado en el corazón,

Con la tinta negra del dolor,

Y se ha transformado el color,

En el blanco purísimo del amanecer.

Y te reconozco de nuevo,

Como aquel joven señero

Al que dije adiós

sin pensarlo ni quererlo.


 

Y hasta el sonido recuerdo,

De aquella maleta llena

De ilusiones y deseos,

Que quedo esperando en el suelo

Para abrirse a mi paso,

Ahora que no hay tiempo.

Pero hay ganas en el fuego

Y nos miran las horas muertas,

Que yacen  esperando,

Lo que desde entonces,

sin saberlo,

estamos queriendo.