Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 5 de agosto de 2016

TÚ MISMO ENTRE EL CAOS



Estamos en un momento muy especial. Diferente por la apatía que nos provoca ver que el mundo está mal, que nuestra sociedad está estancada, tocada y casi hundida. 


Que nuestra vida ha pasado por muchos estadios, dentro de ella, entre los cuales está la reacción primero, la desesperación más tarde y la desidia después.

Parece que nada importa a nadie más que el lucro propio y los intereses materiales. Que el resto de los valores se han volatilizado como el humo de una pira, que todo da igual y que nada  parece tener trascendencia porque el castigo no viene de dentro, de uno mismo, sino de unas instituciones laxas que se perdonan a sí mismas con tal de perpetuarse.

Y de la anorexia social llegamos a la propia. Cada vez lo importante se somete más a lo deseable. Todos queremos más y mejor. El dinero ya no es solo valor de cambio, sino que se ha convertido en un icono al que adoramos como un dios mayor.
Los programas de televisión reflejan el barómetro de lo que somos, del espectro en lo que nos hemos convertido.

A veces, seguimos las pautas de la mayoría por creer en ellos marcan el modelo. Lo verdaderamente grande es ser uno mismo y diferente a este marco deslucido en el que nos han metido a empujones. 

No vale la pena ser uno más entre una masa aborregada que sigue las miserias de unos personajes que son importantes por lo que roban o por sus infidelidades más sonadas.

Uno se plantea a dónde lleva todo eso. Qué nos aporta o mejora, de qué forma nos transforma o nos evoluciona o por el contrario, nos involuciona y lleva al inicio de nuestros males.
Lo mejor, en este mundo caótico que nos está tocando vivir, está dentro. Si lo de fuera no ayuda es lo de menos. 

En el interior siempre hay espacio, siempre está un lugar sereno y lleno de calma para recibirnos. Ahí, en el centro de la quietud hay un punto de energía de infinito poder que está dispuesto a ayudarnos, a salir a nuestro encuentro y a darnos un abrazo infinito en el que solamente encontraremos paz.

miércoles, 3 de agosto de 2016

APILANDIA, UN MUNDO PERFECTO



Nunca había reparado en la observación del mundo de las abejas. En su organización, en la construcción de sus habitáculos, en el sistema de recogida del polen, en su reproducción y sobre todo, en el producto generoso que nos regalan.

          Lo cierto es que se trata de un microcosmos de infinitas lecturas.

Son capaces de organizarse, lo que no somos nosotros en estos momentos si hacemos un paralelismo organizativo y social.
Viven en sociedades perfectamente instauradas en las cuales, cada una es vital en la colonia. Este sentido único y especializado de la tarea de cada abeja según los días de vida, es una forma de enseñarnos el matiz clave de considerar al de al lado único e irrepetible y darle valor por ello.

Se comunican inteligentemente, en lo cual tenemos mucho que aprender también. Nosotros escuchamos para responder y no para comprender o asimilar lo del otro. Danzan en el aire, usan el movimiento, para trasladar la información. Nosotros hemos dejado de bailar, de movernos y de expresarnos con el cuerpo. Lo hacían nuestros ancestros; alguna función solidaria y de unión tendría para el grupo.

Producen una cantidad importante de miel visitando a miles de flores. Es como si hasta que realmente no se han impregnado de lo mejor de cada una no pudiesen darnos lo mejor de sí. 

Posiblemente, éste sea un adecuado paralelismo con lo que deberíamos de hacer. Menos rechazo a quien no se conoce, terminar con las críticas, las ofensas, las suposiciones o el encorsetamiento normativo que siempre condena lo que sale fuera de sí.

Conocer personas, enriquecernos con ello, elaborar la información, gestionar las emociones, deleitarnos con los sentimientos. No rechazar, no excluir y el resultado final será igual de dulce que la miel que nos regalan.

Tienen sangre fría pero pueden generar calor al hacer vibrar su cuerpo. Otro bello mensaje. No importa de las condiciones que se parta, lo importante es moverse, dirigir la atención, focalizar el interés y producir lo que nos conviene; lo que le viene bien al corazón, al alma y al propio cuerpo.

Me encanta la miel. Puede resulta muy dulce para algunos, pegajosa para otros, densa y viscosa…pero lo más hermoso es su transparencia, ver a través del ámbar de sus tonalidades, sentir su aroma y disfrutar de su sabor como un regalo generoso de estas amigas de la naturaleza.

Un secreto, me gusta la miel de urz  o brezo, un poco amarga pero deliciosamente sensitiva al paladar, con un toque afrutado y ácido y un color oscuro que me recuerda a un cálido atardecer en los que uno pueda perderse en las pupilas de otros ojos color... miel.

lunes, 1 de agosto de 2016

ELOGIO AL SILENCIO



Nunca pensé estar escribiendo esto. Soy una persona de sonidos, de palabras, de entonaciones y melodías.

Una persona apasionada, entusiasmada y acaloradamente embriagada por las emociones. Me gusta la fantasía, las dosis de locura bien administradas y las rutinas rotas.

Sin embargo, me descolocan los cambios y contrariamente a lo que pueda esperar de mi, soy hasta un poco conservadora.

Me siento extremista, me veo radical y sobre todo contradictoria. Y en ese juego de claroscuros, descubro algo que ha nacido lento, fraguado en el tiempo y dilatado en el espacio: la necesidad de tomar asiento, de parar, de tomar aire y respirar calma.

El primer paso es el silencio. Un intervalo que no es sinónimo de falta de palabras, sino de ausencia de ruido interior.

 Es una forma de crear ámbito para uno mismo y distancia para con el resto. Una manera de aliarse con la serenidad y desvincularse de las emociones intensas. Un modo de salir a la felicidad exterior desde la quietud interna. De equilibrar el templo del alma.

He comenzado a ser menos pasional. A jugar con el equilibrio y a echar un pulso al riesgo. A ampliar la zona de confort y a asimilar el dolor. A disolverlo a fuerza de aceptarlo y verlo pasar delante.

Me cuesta crear silencio. Aprecio las primeras notas sin sonido que han comenzado a elaborar una melodía singular en la cual yo misma soy el punto que alarga el adagio de mi vida.

domingo, 31 de julio de 2016

VIAJE A ÍTACA (Relato del Domingo)



DOMINGO ANTERIOR

.-Ahhh! Por fin. Estamos salvados. Aquí está toda la información que necesitamos para proceder a abrir la caja de seguridad donde están las pruebas. La policía nos ayudará a desmantelar a esa panda de desgraciados. -Swa temblorosa y esquiva se colocó las gafas de sol sin decir nada. 

Owen, convencido de la estrategia a seguir, miró a Steven con una sonrisa de agradecimiento.

.-Te debo mucho amigo. Te enseñaré lo que guarda este teléfono.- Apretó el botón de encendido y el dispositivo se iluminó. Pasados breves instantes, un mensaje apareció en la pantalla advirtiendo de que no existía tarjeta sim en su interior.

Owen dislocado y aturdido gritó desesperadamente…
.-¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO….!


DOMINGO  31 de julio de 2016

Owen calmémonos, respondió Swa, seguramente la tarjeta estaba dañada. Ha recibido muchos golpes este aparato. No podemos asegurar que esté en perfecto estado.

.-Y eso que importa ¿eh?. ¡Dime!; qué importa cuando hemos perdido las claves de acceso que estaban encriptadas en orden contrario.- Swa se alegró de saber esta noticia porque esa sería la clave para salvar a su hijo.

.-Para el coche Steven. No podemos ir a la policía. 

.-Tampoco podemos regresar a casa. –intervino Steven que acababa de presenciar la patética escena que allí había causado una persona muerta.

.-¿Qué podemos hacer?, dijo con un tono desesperado Owen.
.-Tengo una amiga. La he conocido en el avión en el que vine. Nos ayudará, estoy seguro. Se llama Valeria. Se aloja en el Hotel Oriol. Pararemos a llamarla, seguramente podrá   orientarnos sobre qué hacer.

Steven aparcó el coche en un lado de la acera que daba comienzo ya a otra localidad. Pretendía sacar su móvil y llamar a aquella bella mujer con la que había tenido una cita inacabada.
En un instante sintió un dolor en su ante brazo derecho cerca del hombro. Profirió un grito desgarrador llevándose la mano a la zona en la que lo había notado. Un diminuto bulto viscoso se retorcía dentro de su camisa después de haber clavado su aguijón en la carne de aquel brazo ancho y abultado por los ejercicios del gimnasio. 

.-¿Oh!!!!!!!!!! Qué es esto?:- Al instante, un  sudor frío y denso le recorrió todo el cuerpo desplomándose sobre el asfalto sin poder reaccionar. Owen acudió rápidamente hasta él.

.-Mi querido amigo, ¿ qué te sucede?. Tocó su frente comprobando que estaba muerto.

.-Steven, Steven…! respóndeme por favor!. Amigo, no!, tu también ..NOOO!!!. Lloraba desesperadamente mientras Swa se había deslizado por la parte trasera tratando de huir. Escondida entre el resto de los coches se acurrucó debajo de uno de ellos para no ser vista.

Owen tardó unos instantes en reaccionar olvidando su presencia en la escena. Abrazó a su amigo con una tristeza inmensa mientras las lágrimas, llenas de amargura, se deslizaban también sobre el hombro de su amigo muerto. 

De pronto, se dio cuenta de una diminuta mancha de sangre en el lugar que había mojado sus lágrimas. Se apresuró a descubrir la camisa de su amigo y allí lo pude ver. Aplastado y muerto se escondía el pequeño escorpión que había matado a su amigo.

No podía saber que su destino era otro. Que estaba destinado a sí mismo.

Muy pronto, antes de lo que pensaba, todo se iba a complicar aún más porque en aquel momento, Swa estaba dispuesta a traicionarle para salvar la vida de su hijo o, al menos, había comenzado a intentarlo.