Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 29 de agosto de 2015

LO QUE YO DARÍA...

Lo que yo daría por tener lo que no tengo…

Las estrellas en mi noche negra…

Los luceros siempre cerca…

Lo que yo daría por escucharte 

a cada instante y luego…

decir, lo que nunca dicen tus labios ciegos.

Lo que yo daría por sentir la piel

De nácar hecha en tu regazo altanero..

Lo que yo daría por una sonrisa

De las tú grabas a fuego…

Lo que yo daría por perderte

Para encontrarte de nuevo…

Y comenzar siempre

Un nuevo comienzo…

Lo que yo daría por invertir los recuerdos

Y comenzar por el final

Y terminar en lo bueno…

Lo que yo daría por extender la mano

Y tocar tu piel y transformarte entero…

En príncipe azul dulce y zalamero

Después de mi último beso

Del que te traslade a otro mundo

El que no es real,

 el que está hecho de mis sueños.

jueves, 27 de agosto de 2015

EL ARTE DE CONVENCER



¿ Sabes hacerlo?...

Esta historia habla de un sastre, un zar y su oso.

…”Un día el zar descubrió que uno de los botones de su chaqueta preferida se había caído. El zar era caprichoso, autoritario y cruel (cruel como todos los que enmarañan por demasiado tiempo en el poder), así que, furioso por la ausencia del botón mandó a buscar a su sastre y ordenó que a la mañana siguiente fuera decapitado por el hacha del verdugo.

Nadie contradecía al emperador de toda la Rusia, así que la guardia fue hasta la casa del sastre y arrancándolo de entre los brazos de su familia lo llevó a la mazmorra del palacio para esperar allí su muerte.

Cuando, cayó el sol un guardiacárcel le llevó al sastre la última cena, el sastre revolvió el plato de comida con la cuchara¬ y mirando al guardiacárcel dijo – Pobre del zar.

- El guardiacárcel no puedo evitar reírse
- ¿Pobre del zar?, dijo pobre de ti tu cabeza quedará separada de tu cuerpo unos cuantos metros mañana a la mañana.

- Si, lo sé pero mañanaen la mañana el zar perderá mucho más que un sastre, el zar perderá la posibilidad de que su oso la cosa que más quiere en el mundo su propio oso aprenda a hablar.

- ¿Tú sabes enseñarle a hablar a los osos?, preguntó el guardia de la cárcel, sorprendido.

- Un viejo secreto familiar... – dijo el sastre.

Deseoso de ganarse los favores del zar, el pobre guardia corrió a contarle al soberano su descubrimiento:

¡¡El sastre sabía enseñarle a hablar a los osos!!
El zar se sintió encantado. Mandó rápidamente a buscar al sastre y le ordenó:

-¡¡Enséñale a mi oso a hablar nuestro gustaría complaceros pero la verdad, es que enseñar a hablar a un oso es una ardua tarea y lleva tiempo... y lamentablemente, tiempo es lo que menos tengo...
-El zar hizo un silencio, y preguntó ¿cuánto tiempo llevaría el aprendizaje?

- Bueno, depende de la inteligencia del oso... Dijo el sastre.
- ¡¡El oso es muy inteligente!! – interrumpió el zar

– De hecho es el oso más inteligente de todos los osos de Rusia.
-Bueno, musitó el sastre... si el oso es inteligente... y siente deseos de aprender... yo creo... que el aprendizaje duraría... duraría... no menos de...... DOS AÑOS.

El zar pensó un momento y luego ordenó:

- Bien, tu pena será suspendida por dos años, mientras tanto tú entrenarás al oso. ¡Mañana empezarás!

- Alteza - dijo el sastre – Si tu mandas al verdugo a ocuparse de mi cabeza, mañana estarán muerto, y mi familia, se las ingeniará para poder sobrevivir. Pero si me conmutas la pena, yo tendré que dedicarle el tiempo a trabajar, no podré dedicarme a tu oso... debo mantener a mi familia.

- Eso no es problema – dijo el zar – A partir de hoy y durante dos años tú y tu familia estarán bajo la protección real. Serán vestidos, alimentados y educados con el dinero de la corte y nada que necesiten o deseen, les será negado... Pero, eso sí... Si dentro de dos años el oso no habla... te arrepentirás de haber pensado en esta propuesta... Rogarás haber sido muerto por el verdugo...

¿Entiendes, verdad?.

- Sí, alteza.

- Bien... ¡¡Guardias!! - gritó el zar –Que lleven al sastre a su casa en el carruaje de la corte, denle dos bolsas de oro, comida y regalos para sus niños.

Ya... ¡¡Fuera!!.
El sastre en reverencia y caminando hacia atrás, comenzó a retirarse mientras musitaba agradecimientos.

- No olvides - le dijo el zar apuntándolo con el dedo a la frente – Si en dos años el oso no habla... – Alteza... –

...Cuando todos en la casa del sastre lloraban por la pérdida del padre de familia, el hombre pequeño apareció en la casa en el carruaje del zar, sonriente, eufórico y con regalos para todos.
La esposa del sastre no cabía en su asombro. Su marido que pocas horas antes había sido llevado al cadalso volvía ahora, exitoso, acaudalado y exultante...

Cuando estuvo a solas el hombre le contó los hechos.
- Estás LOCO – chilló la mujer – enseñar a hablar al oso del zar. Tú, que ni siquiera has visto un oso de cerca, ¡Estás, loco! Enseñar a hablar al oso... Loco, estás loco...

- Calma mujer, calma. Mira, me iban a cortar la cabeza mañana al amanecer, ahora... ahora tengo dos años... En dos años pueden pasar tantas cosas en dos años.

En dos años... – siguió el sastre - se puede morir el zar... me puedo morir yo... y lo más importante... por ahí el ¡¡oso habla!!

J. BUCAY

martes, 25 de agosto de 2015

BAJAR EL RITMO, SUBIR LA CALIDAD



Es difícil llegar a todo sin renunciar a nada, de ahí la necesidad de priorizar.

Muchos de nosotros vamos con el acelerador pisado a fondo. Queriendo saborear lo que engullimos sin masticar. Prefiriendo olores a sabores. Deglutiendo tiempo sin horas y pisando fuerte sobre palillos. 

Para frenar este paso imposible de seguir, aparece el Mindfulness. Se trata de la atención profunda en el instante. El aquí y el ahora en estado puro. El convencimiento de que es necesaria una herramienta que nos ayude a mantenernos en equilibrio tras la tormenta que no cesa sobre nosotros.

Hay que hacer balance. Lo primero establecer cuál es la escala de valores que rige en nosotros. Qué es aquello que más nos importa porque ello va a determinar cómo actuar.

El análisis de nuestras motivaciones, de lo que nos hace felices y lo que no, de lo que es importante y lo que es accesorio nos llevará a diseñar un provechoso plan de acción. Porque en realidad, sin acción no se modifica nada.

El plan de acción debe ser coherente y, para mí, la coherencia está en ser un poco egoístas, en poner nuestros intereses y prioridades por encima de los de  los demás, sin dejar que los de ellos se antepongan a los nuestros.

Si nos cuesta tomar decisiones, decir no y dar un paso adelante entonces somos los candidatos perfectos para un plan de Mindfulness.
Centrarnos en el presente. Dar prioridad a nuestro propio bienestar. Ser consciente de que donde está nuestro cuerpo está nuestra vida. Eliminar el sonido reiterativo de nuestros propios deseos por cumplir.

Las expectativas nos destruyen. Esperar de otros otras actitudes, otras dádivas, otros afectos nunca nos va a salir bien.
Esperar solamente hay que esperar de uno mismo. Nada más. Y aún así corremos el riesgo de equivocarnos.

Porque la única realidad es que no sabemos absolutamente nada de lo que nos queda por hacer o de cómo nos comportaremos cualquier día que no sea lo que hemos hecho hasta hoy.

La vida cambia. La realidad también. El instante mismo es mutable.

No hay mejor mensaje que el que nos da la propia existencia.  Carpe Diem…pero un “diem” tan inmediato como el instante presente en cada décima de segundo.

Si comes, come. Si duermes, sueña. Si caminas, avanza. Si te detienes, disfruta.

lunes, 24 de agosto de 2015

DIFERENCIA ENTRE QUERER Y AMAR



-“Te amo” - dijo el principito…

-“Yo también te quiero” - dijo la rosa.
-“No es lo mismo” - respondió él…

"Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía…Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes.

Querer es esperar, es apegarse a las cosas y a las personas desde nuestras necesidades. Entonces, cuando no tenemos reciprocidad hay sufrimiento. Cuando el “bien” querido no nos corresponde, nos sentimos frustrados y decepcionados.
Si quiero a alguien, tengo expectativas, espero algo. Si la otra persona no me da lo que espero, sufro. El problema es que hay una mayor probabilidad de que la otra persona tenga otras motivaciones, pues todos somos muy diferentes. Cada ser humano es un universo. Amar es desear lo mejor para el otro, aún cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es permitir que seas feliz, aún cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento.

Cuando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por amar. Se sufre por apegos. Si realmente se ama, no puede sufrir, pues nada ha esperado del otro.
Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el simple y puro placer de dar. Pero es cierto también que esta entrega, este darse, desinteresado, solo se da en el conocimiento. Solo podemos amar lo que conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma. Y el alma no se indemniza. Y conocerse es justamente saber de vos, de tus alegrías, de tu paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error. Porque el amor trasciende el enojo, la lucha, el error y no es solo para momentos de alegría.
Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos.
Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí.
Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar.”
-“Ya entendí” - dijo la rosa.
-” No lo entiendas, vívelo” -dijo el principito.

ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY
El Principito