Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


martes, 25 de agosto de 2015

BAJAR EL RITMO, SUBIR LA CALIDAD



Es difícil llegar a todo sin renunciar a nada, de ahí la necesidad de priorizar.

Muchos de nosotros vamos con el acelerador pisado a fondo. Queriendo saborear lo que engullimos sin masticar. Prefiriendo olores a sabores. Deglutiendo tiempo sin horas y pisando fuerte sobre palillos. 

Para frenar este paso imposible de seguir, aparece el Mindfulness. Se trata de la atención profunda en el instante. El aquí y el ahora en estado puro. El convencimiento de que es necesaria una herramienta que nos ayude a mantenernos en equilibrio tras la tormenta que no cesa sobre nosotros.

Hay que hacer balance. Lo primero establecer cuál es la escala de valores que rige en nosotros. Qué es aquello que más nos importa porque ello va a determinar cómo actuar.

El análisis de nuestras motivaciones, de lo que nos hace felices y lo que no, de lo que es importante y lo que es accesorio nos llevará a diseñar un provechoso plan de acción. Porque en realidad, sin acción no se modifica nada.

El plan de acción debe ser coherente y, para mí, la coherencia está en ser un poco egoístas, en poner nuestros intereses y prioridades por encima de los de  los demás, sin dejar que los de ellos se antepongan a los nuestros.

Si nos cuesta tomar decisiones, decir no y dar un paso adelante entonces somos los candidatos perfectos para un plan de Mindfulness.
Centrarnos en el presente. Dar prioridad a nuestro propio bienestar. Ser consciente de que donde está nuestro cuerpo está nuestra vida. Eliminar el sonido reiterativo de nuestros propios deseos por cumplir.

Las expectativas nos destruyen. Esperar de otros otras actitudes, otras dádivas, otros afectos nunca nos va a salir bien.
Esperar solamente hay que esperar de uno mismo. Nada más. Y aún así corremos el riesgo de equivocarnos.

Porque la única realidad es que no sabemos absolutamente nada de lo que nos queda por hacer o de cómo nos comportaremos cualquier día que no sea lo que hemos hecho hasta hoy.

La vida cambia. La realidad también. El instante mismo es mutable.

No hay mejor mensaje que el que nos da la propia existencia.  Carpe Diem…pero un “diem” tan inmediato como el instante presente en cada décima de segundo.

Si comes, come. Si duermes, sueña. Si caminas, avanza. Si te detienes, disfruta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario