Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 26 de febrero de 2020

¿SABES DAR LA RESPUESTA ADECUADA?



Sabemos que cada acción conlleva una reacción, que cada palabra tiene su respuesta o su silencio, que cada causa tiene su efecto.

Muchas personas piensan que los hechos se evaporan por sí mismos, que las acciones no tienen consecuencias y que no tiene importancia actuar de una forma u otra si la acción parte de ellos mismos.

                 



La vida no funciona así. Causa-efecto, o acción-reacción es una ley que se cumple inexorablemente. Cuando algo sucede,  nada queda igual. Todo se mueve, se recoloca y cambia. Pretender que la respuesta sea la misma, con o sin acción previa que descomponga el orden de la conducta, es imposible.

Veamos este breve relato en el cual un hombre pide, por una acción simple, la misma ganancia que aquel que se había esforzado en un trabajo.
           

…”Dos hombres se presentaron ante el juez de la localidad.
-Señoría -dijo el primero-, vengo a demandar a este individuo porque ha vendido toda la leña que ha cortado y no quiere darme mi parte.

-Si él ha cortado la leña, ¿qué es lo que tú has hecho? -interrogó el magistrado.

-Yo lo he estimulado dándole gritos de aliento y ánimo constantemente, eso ha provocado que cortara más leña de la habitual y que le pagaran una cantidad superior a la que normalmente recibe.

El juez se quedó pensando unos instantes.

-Lo que reclama este hombre es justo -sentenció-. Leñador, dame la bolsa con el dinero que has recibido y entregaremos la parte que le corresponde a este hombre.

El juez cogió la bolsa del compungido leñador y la agitó ante la cara del hombre hasta que sonaron las monedas dentro.
-Éste es tu pago: ya tienes el sonido del dinero.”