Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 18 de febrero de 2021

LA MARAVILLA DE LOS COMIENZOS

 

Todo lo que se comienza es una nueva oportunidad de vivir algo diferente y aunque conlleve temores, indecisiones o angustias, en algunos casos, lo nuevo siempre es emocionante.

Somos así. De pronto deseas algo con mucho frenesí pero cuando lo consideras tuyo, la inquietud desbordante del principio se desvanece. La euforia decae y la rutina se impone.

Lo que comienza siempre nos parece fresco, limpio, con olor a bondades venideras tan ardientes en nuestra imaginación como irreales en la práctica.

Cuando un niño nace, cuando comenzamos un trabajo, cuando probamos una nueva comida, cuando creemos que el amor nos ha elegido de nuevo, cuando vemos otro país, otras gentes, otros horizontes…creemos estar frente a desafíos excitantes que nos traerán una felicidad irremediable.

¿Qué sucede después?¿qué cambia?¿cómo se diluye la pasión?¿de qué forma la curva de la felicidad decae?


 

Puede que lo “no poseído” cree, muy rápidamente, un halo de maravilla sobre el objeto deseado, la situación anhelada o la cosa ansiada. Puede que nuestra disposición hacia lo nuevo sea como la del niño ante el mundo nuevo que descubre. Puede, también, que nos saciemos demasiado pronto de la adrenalina que nos aporta lo no conquistado.

Por lo que sea, la maravilla que obran los comienzos no se mantiene. De ahí, y en grado diferente, que la gente sea una eterna buscadora de frenesíes.

¿Qué pasa con el amor? Nada se escapa al cambio. Lo sutil y diferente es la forma de enfocarlo; la delicada manera de seguir queriendo sin buscar continuamente los arrebatos del comienzo.

 La pieza clave es saber separar, el brillo de la luz.

“Puede que ya no brille lo que tanto anhelaste pero si logras mantener la llama que arde, siempre en lo más íntimo, nunca se apagará la luz.”

Lo peor es que no nos preocupamos de sostener en candil que la guarda y con bastante equivocación, lo cambiemos por otro cuya luz puede no ser la nuestra.

Así somos.

Así avanzamos, dificultosamente, por la vida.

martes, 16 de febrero de 2021

LA PANTALLA DE TU MENTE

Nadie puede evitar tener unas ideas propias, convicciones arraigadas o pensamientos concretos, que se han ido forjando desde la infancia, con los que interpretar el mundo.

Todo pasa por esos engranajes mentales que cada cual construye a lo largo de su biografía.

Tanto el amor como el odio colorean nuestra visión y nos apartan de la realidad.

Tu mente tiene unos patrones a los que intentará ajustar la situación. Pero no es ella. El desfase entre lo que es y lo que sueñas que debería ser, explica las frustraciones, los malestares y los desencuentros que sufrimos en las relaciones. 


 

Proyectamos una idea de cómo nos gustaría que fuese la realidad desde la pantalla de nuestra mente. Comparamos y si al principio logramos hacer un símil de lo concreto que vemos, más tarde comenzará a no encajar.

Veamos estas breves palabras de Nasrudin.

La esposa de Mula Nasrudin, le decía:…”Ya no me amas como me amabas antes, cuando me cortejabas”. Mula Nasrudin dijo: …”Querida, no le debes dar mucha importancia a esas cosas; sólo eran la campaña publicitaria. Yo he olvidado lo que decías, olvida tú lo que decía yo. Ahora somos seres reales.”

 

¿Cómo puede alguien ajustarse a tu sueño?. Si amas a una persona, proyectas cosas que no existen. Si odias a una persona harás lo mismo.

Tanto si amas como si odias no podrás ver con claridad.

Ama lo real. Odia lo real. Para ello habrá primero que comprender y dejar las expectativas de lado.

Hazlo de forma incondicional. No esperes nada del amor. No esperes nada del odio. Simplemente ve la realidad del otro.

Déjalo ser.

 

domingo, 14 de febrero de 2021

ESPECIALMENTE " ESPECIAL"

El amor no debería tener solamente un día. Todos, tendría que celebrarse por ser la única razón por la que estamos aquí. Pero los “debería” quedan siempre cojos en la realidad.

Cuando pensamos en este día solamente vienen a nuestras mentes, el amor apasionado de pareja. No fue ese el amor de San Valentín ejercitó al cortar su capa en dos para abrigar al mendigo. Y sin embargo, nos empeñamos en relacionarlo con el que une a los amantes.

 


 

El concepto “Amor” es un universal imponderable. Encierra todos los buenos sentimientos y pensamientos puros. No prohíbe, ni acota, ni exige, ni limita, ni controla, ni impone, ni determina, ni sospecha… y no lo hace porque cuando el existe, todo esto es innecesario. Ya no se da por sí mismo y carece de sentido cada palabra que vaya en contra del sentimiento puro y limpio.

Es incuestionable cuando la naturaleza los dispone entre madres/padres e hijos; en contadas ocasiones el ser humano arruina este amor indescriptible, desinteresado, generoso, flexible, respetuoso, profundo e inimaginable.

El resto de los casos en los que la palabra “amor” aparece, tememos el momento de su término porque lo que llamamos amor, cuando la situación se tuerce, cambia rápidamente de nombre y de realidad.

Lo que ocurre es que usamos esta palabra con demasiada ligereza y confundimos lo que puede ser una pasión inmensa y un deseo exacerbado  con el sentimiento atemporal que todo lo puede.

Debemos ser prudentes y hablar de “amor” cuando realmente estemos instalados en él y en todo lo que supone de eternidad.

Hoy mi mejor deseo para todos los lectores de que en su vida reconozcan ese “amor” hacia la propia vida, a personas concretas, a animales cercanos, a todo lo que nos rodea y a lo que aún estando lejos y sernos desconocido, forma parte de la humanidad completa.

Para todos y para todo: ¡Feliz día!

                              Y

¡Feliz resto de los días venideros!