Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 17 de diciembre de 2022

CUANDO LO HACEMOS FÁCIL

          Hacer la vida fácil a los demás significa alisar el camino hacia ti mismo/a. Todo es más sencillo de cómo lo pensamos. La realidad es simple, nuestra mente la convierte en compleja.



         A las situaciones reales, que suelen resumirse en pocas palabras, comenzamos a añadirles situaciones posibles, imaginadas, ficticias…cargadas de miedos y aderezadas con todo tipo de temores que anidan en lo más profundo de nuestro cerebro.


         Cuando estamos a solas parecen crecer. Por la noche aún aumentan más y nada de ello impide o aminora el hecho de enfrentarnos a la verdad.


         Si pensásemos menos y estuviésemos instalados en el instante mismo que nos ocupa  cada momento. Si fuésemos capaces de recortar nuestro presente y aislarlo de un pasado y un futuro que no están… si pudiésemos asirnos a la sencillez del momento, todo sería más fácil. Todo menos negro. Todo más pequeño. Todo más pasable. Todo más ligero.


         Llegar a ser como una pluma suspendida en el aire navegando serena sobre una superficie a la que nunca caerá, sintiendo la levedad de su peso y su leve pasar. 


         Hacerlo todo más fácil, para nosotros y para los demás.

jueves, 15 de diciembre de 2022

DESGRACIAS EN NAVIDAD

 

         Todos pensamos que la Navidad lleva consigo un volcán de felicidad que se expande a todos sin excepción. Sin embargo, casualmente, la mayoría de este tiempo especial, que se abre como un relámpago desenfrenado en la vida normal y provoca, por contraste, un efecto rebote.




Las desgracias se suceden con más fuerza. Catástrofes, suicidios, asesinatos; gente que se “esfuerza” a la fuerza por agradar o por soportar a los familiares de la pareja. Niños que son rechazados o incómodos para padres que nunca los ven. 


Parejas que no se aguantan en celebraciones familiares, a duras penas, y un sinfín de casuísticas que parecen coincidir en estos momentos que todos suponemos de bienestar y tranquilidad. 


Miedo dan los momentos diferentes. El verano y sus “alegrías” tampoco resulta para todo el mundo especialmente bueno. Son espacios que se cubren con aparentes buenas intenciones pero que pronto se tornan en hechos irreverentes o incluso desgraciados.


La Navidad tiene que ser, sobre todo, un tiempo de reflexión. De pensar en lo que tenemos y no en lo que nos falta, de saber que nada es tan importante como para hacer locuras y destruir una familia o la vida de otros. De entrar dentro del corazón y suavizar los dolores propios y los de los más cercanos. De colaborar con los que sufren lejos y no conocemos. De solidarizarnos con las desgracias que no son nuestras…pero que pueden llegar a serlo algún día.


Que nos sirva, este tiempo especial, para pulir nuestro corazón y expandir su luz a quienes más lo necesitan. 

domingo, 11 de diciembre de 2022

POR PRIMERA VEZ

 La primera vez que hacemos algo es algo fantástico, por temeroso o desastroso que resulte. La primera vez es única e irrepetible a pesar del resultado de la misma. Siempre, la primera vez será una ruptura con la realidad que has vivido hasta entonces y, siempre, también, quedará en tu recuerdo como algo especial.



         Entre las pocas cosas que podemos hacer una vez sola en la vida está encontrarnos con las primeras veces que volvemos a introducirnos en la rutina sin “alguien” que antes había estado en ella.


         Volver a recordar la fecha en la que se fue, celebrar una festividad sin ella, comprar algo que antes suponía un motivo de alegría para ambos; ahora, en solitario, cuesta y cuesta mucho.


         Hoy es la primera fecha en el calendario que marca el primer mes que no estás conmigo, y tu recuerdo sigue correteando por las galerías de mi mente como si se tratase de agua amarga intentando colonizar mi cerebro de norte a sur.


         Perder a alguien supone que hagamos muchas cosas por primera vez sin ellos; que tengamos que enfrentarnos a las mismas horas en las que otras veces fuimos felices a su lado, a los mismos olores, a guisos entrañables o aromas indescriptibles solamente pegados a una piel que ya no está.


Estamos llegando a un tiempo diferente donde la alegría está impuesta como una obligación, pero en la que no todo el mundo es feliz. Por eso y porque hoy, por primera vez, recuerdo el día exacto de tu marcha, quiero gritar al viento qué duro me parece no tenerte más, una vez más, “por primera vez”.