Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 25 de mayo de 2012

¿DIALOGAS CONTIGO?

¿Te has sentado frente a ti a dialogar alguna vez?¿Has sentido la necesidad de responder a preguntas que aparecían de repente ancladas en tu pasado o que surgían como inmensas dudas sobre el futuro?. Si es así, no queda mejor camino que el diálogo contigo.
Hay que estar seguros de que las respuestas están todas con nosotros. Que las llevamos impresas en el tapiz del alma y que sin duda, quieren desvelarse cuando estamos dispuestos a escuchar.
Parece obvio que todos queremos encontrar el hilo de comunicación con lo desconocido. Entrar por la puerta de lo que se esconde tras el velo del olvido y encontrarnos con la verdad nuestra, la que a cada uno le corresponde, frente a frente. Sin embargo, a veces nos da miedo escucharnos. Miramos para otro lado y justificamos nuestra desgana, la tristeza, el cansancio o la desilusión que sentimos con argumentos que nunca han alcanzado a encontrar su sentido en el interior.
Dialogar con nosotros mismos supone valentía. Necesitamos hacer frente a viejos fantasmas que puedan aparecer por sorpresa y, que tal vez, creíamos vencidos. El coraje de preguntarnos debe estar acompañado de la fortaleza para resistir las respuestas. A veces, preguntamos para escuchar justo lo que queremos oír y no estamos preparados para aceptar lo que tenemos que comprender.
Basta encontrar el momento exacto para cuestionarnos sobre lo que nos preocupa y en él mantener una actitud serena de silencio interior propio para comenzar a recibir. Es como si estuviésemos frente a un telégrafo y percibiésemos que comienza a moverse sus teclas haciendo surgir las letras que componen el mensaje.
No podemos escondernos detrás de nuestra sombra. Estamos pegados a nosotros mismos y en ese ensamblaje perfecto todo encaja con precisión absoluta. Si hay preguntas que hacernos es porque sin duda están las respuestas para respondernos.
Pregunta! Da tiempo…escucha…oye!.
Te asombrarás.

jueves, 24 de mayo de 2012

FABULAS ORIENTALES

Comparto estas breves fábulas en las que seguramente encontraremos el sentido del ingenio, a demás de comprender lo pequeño de nuestra visión cuando no vemos más allá de nuestros muros.
Feliz tarde!!

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Un vecino de Nasrudín fue a visitarlo.

- Mulá, necesito que me preste su burro.
- Lo lamento - dijo el Mulá - pero ya lo he prestado.
No bien terminó de hablar, el burro rebuznó. El sonido provenía del
establo de Nasrudín.
- Pero, Mulá, puedo oír al burro que rebuzna ahí dentro - dijo
Mientras le cerraba la puerta en la cara, Nasrudín replicó con dignidad:
- Un hombre que cree en la palabra de un burro más que en la mía no merece que le preste nada.
Era una rana que había vivido siempre en un mísero y estrecho pozo, donde había nacido y habría de morir.Pasó cerca de allí otra rana que había vivido siempre en el mar.
Tropezó y se cayó en el pozo.
- ¿De dónde vienes? -preguntó la rana del pozo.
- Del mar.
- ¿Es grande el mar?
- Extraordinariamente grande, inmenso.
La rana del pozo se quedó unos momentos muy pensativa y luego preguntó:
- ¿Es el mar tan grande como mi pozo?
- ¡Cómo puedes comparar tu pozo con el mar! Te digo que el mar es excepcionalmente grande, descomunal.
Pero la rana del pozo, fuera de sí por la ira, aseveró:
- Mentira, no puede haber nada más grande que mi pozo; ¡nada! ¡Eres una mentirosa y ahora mismo te echaré de aquí
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Era una rana que había vivido siempre en un mísero y estrecho

miércoles, 23 de mayo de 2012

EL ABRIGO QUE BUSCAMOS

Todos buscamos un refugio donde cobijarnos cuando llueve en el alma e incluso cuando el sol sale sobre nosotros. Arroparnos entre las sábanas es inmensamente placentero, por eso debemos buscar nuestro cobijo allí donde se halle.
Lo primero es encontrarlo. Saber qué es lo que nos proporciona esa serenidad que arropa el espíritu. Cómo, sin llamarla, llega hasta nosotros y en silencio nos abraza silenciosamente dejándonos un dulce calor entre los brazos.
Nuestro abrigo, el de cada uno, debe saber escuchar, debe llenar de caricias nuestro rostro cuando la pena llega, debe ir a nuestro encuentro sin necesidad de llamarlo, debe buscarnos cuando estamos perdidos y disimular el llanto cuando elegimos el camino que nos aparta de él. Debe sonreírnos cuando ganamos y mirarnos con firmeza cuando perdemos para demostrarnos que el mundo nos sigue esperando y que nada está perdido hasta que nos hemos ido definitivamente. Debe perdonarnos cuando nos equivocamos y tender su mano para evitar nuestra caída, al borde del precipicio.
Debe, en definitiva,  cobijarnos bajo su manto de espuma blanca, sutil, frágil y amorosa…y hacernos sentir que el universo entero nos pertenece y está a nuestro favor.
Esa sensación…única y maravillosa de sentir y saber que nos espera, que siempre está y que incondicionalmente nos apoya.
A veces, ese abrigo pasó por nuestra vida y ya no está presente. Pero aún en su ausencia quedará la cobertura que nos protege más allá del tiempo que duró junto a nosotros.
Si aún no tienes o no sabes cuál es tu abrigo…debes iniciar su búsqueda desde ahora mismo. Todos tenemos el nuestro. Si aún no ha llegado…espera sin condiciones a que se cumplan tus tiempos.
Llegará.

martes, 22 de mayo de 2012

PADECIMIENTOS FEMENINOS

Las mujeres padecemos más molestias orgánicas durante más tiempo. Posiblemente no tan importante como las del sexo masculino cuando les surgen, salvando las excepciones, pero sí con más frecuencia y de forma más continuada.
Esto no es casual. Nada lo es. La relación del organismo con las emociones es evidente. Las mujeres rendimos la vida misma ante la emoción pura y de cada pasaje  hacemos un duelo entre amor y desamor. Nos regimos por afectos, nos movemos por lo que nos gusta o disgusta, por aquello que nos hace sentir bien por dentro o lo que rechazamos nada más verlo. En ese trayecto, solo de ida, se nos queda pegado el corazón más a lo que nos suscita ternura que a lo que conviene o nos es afín.
Lo peor que tenemos es que nos quedamos enganchadas a los recuerdos, plagadas de objetos que simbólicamente rememoran actitudes, deseos o sentimientos que pueden haber pasado y a los que seguimos dando consistencia real.
No vivimos en tiempo real. Ese desfase tiene un precio y a veces lo pagamos caro.
Retenemos todo y no queremos que nada de lo que vivimos, y nos hizo felices, desaparezca de nuestra vida.
A veces, no entendemos que las situaciones cambian y que los sentimientos pueden brillar con toda su pureza en el recuerdo pero que deben quedarse ahí si ya no están.

Nuestro cuerpo se queja y lo hace al hilo de las emociones que vivimos.
Sería excelente dejar de digerir con el corazón, evitar el alma para respirar. Nos falta aire y los alimentos pueden convertirse en pesadas losas que nos abandonan en el caos.
El otro sexo conoce mucho mejor la estrategia de la vida de afuera y logra un mayor control de su equilibrio orgánico sostenible.
No podemos vivir cada situación con tanto empeño en pasar cada detalle por el rasero del corazón. Someter la vida a estos impulsos puede equivocarnos el camino… aunque a veces equivocarse es la única forma de llegar al lugar correcto.

lunes, 21 de mayo de 2012

DESENCUENTROS


Las necesidades de cada uno son absolutamente propias. Tanto lo son que ni nadie puede ponerse en nuestro lugar y mucho menos sucede cuando éstas navegan por las aguas subterráneas de la conciencia, del afecto.
No sabemos cómo, poco a poco, lo que comenzó con unas excelentes expectativas de felicidad se va desvaneciendo por la falta de encuentros en los deseos, en los anhelos, en la coincidencia de lo que no se dice y solo se intuye.
Lo que pasa por nuestra cabeza no es lo mismo que lo que sucede dentro de la que amamos. Lo que nos pide el alma tampoco.
Los desencuentros se producen sin esperarlos. Así, de repente y un día te das cuenta de que la vida de cada cual va por distinta senda aunque te empeñes en unirlas. Sin saber cómo, las sospechas de lo que separa a dos personas se convierten en gigantes y de pronto se alzan con el poder y el mando de la relación.
Dónde antes vimos caminos abiertos esperando nuestros pasos acompasados, ahora vemos vallas que cercan las intenciones y remodelan las voluntades. Dónde la esperanza nos esperaba para abrazarnos nada más abrir los ojos al despertar, ahora vemos oscuridades que hacemos nuestras y queremos sentirlas como cobijo. Dónde los muros caían como hojas desplomadas en otoño sobre un tierno lecho de ilusiones, ahora se elevan vapores tóxicos que nos asfixian al respirar.
La añoranza de lo que fue es otro veneno que tragamos si desear.
Cada nueva aurora descubierta se convierte en ocaso que muere lento sobre el horizonte esperando las lágrimas que borren el paisaje en el que tanto disfrutamos en otros tiempos.
No hay lugar para el rescate.
Otro tiempo llegará con nuevos rayos de luz y entonces tendremos que prepararnos por si nuevos desencuentros nos arrebatan lo que creímos nuestro para siempre.

domingo, 20 de mayo de 2012

LO QUE NO VES DE TI

Lo que no vemos de nosotros es inmenso. En realidad, lo que vemos es la punta de un iceberg porque es nuestra mente inconsciente la que actúa dirigiendo las decisiones, las respuestas y el comportamiento que tenemos día a día.
         Lo que no  sabemos de nosotros no está solo en la mente, sino en el corazón, en esa fuerza que podemos desplegar y no lo hacemos porque creemos que no está. Si estuviésemos seguros de que tenemos el poder de salir de todas las situaciones que se  planteen, seguro que la tranquilidad sería nuestra aliada y la serenidad moraría a nuestro lado como la mejor amiga.
         Lo que nos mata es la duda. La incertidumbre de si seremos capaces de seguir, la debilidad de creernos encerrados en las desgracias sin solución y sobre todo la necedad de vernos tan pequeños que no alcanzamos al manillar de la puerta para abrirla.
         No sabemos la grandeza que alberga nuestra alma, la fortaleza que hay en la intención, la muralla que nos defiende de nosotros mismos cuando comenzamos a creer.
         Soñamos con lo que creemos imposible y no sabemos que esos sueños no están solamente en nuestra fantasía, sino que están en nuestra creación…en esa pantalla gigantesca del espíritu que puede hacer realidad lo que deseamos. Y si no se logra de la forma que anhelamos, lo hará de la forma que más conviene a la enseñanza que conlleva.
         Lo que no sabemos de nosotros es que somos otros diferentes, que hay más por conocer de lo conocido, más que disfrutar de lo disfrutado…más que esperar que lo que ha llegado.
         Dejemos la puerta abierta para que salga ese otro yo, el que está seguro, el fuerte, el flexible, el sensible, el doliente, el amoroso, el que puede si quiere pero sobre todo el que va a lograr seguir adelante a pesar de sí mismo.

DOMINGOS LITERARIOS



POEMAS BREVES DE AROMA INTENSO

¿Quién hace estos cambios?
Disparo una flecha a la derecha
Cae a la izquierda.
Cabalgo tras de un venado y me encuentro
perseguido por un cerdo.
Conspiro para conseguir lo que quiero
Y termino en la cárcel.
Cavo fosas para atrapar a otros
y me caigo en ellas.
Debo sospechar
de lo que quiero.
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Cuando estoy contigo, estamos despiertos toda la noche
Cuando no estas, no puedo dormir
¡Que Dios bendiga estas dos insomnias!
y la diferencia entre ellas

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Cuando muera, mi cuerpo yaciendo sobre el suelo
quizás quieras besar mis labios
ya empezando a decaer
no te asustes si abro los ojos

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Durante años, copiando a los demás, traté de conocerme
Desde dentro no podía decidir que hacer
Incapaz de ver, escuche mi nombre
Luego, salí afuera

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Hoy, como cualquier otro día, nos despertamos vacíos y asustados
No abras la puerta del estudio y empieces a leer
Coge un instrumento musical.
Deja que la belleza de lo que amamos sea lo que hacemos
Hay cientos de formas de arrodillarse y besar el suelo.

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La brisa de la mañana guarda secretos para ti
No te vayas a dormir.
Debes pedir lo que realmente quieres
No te vayas a dormir.
La gente va y viene a través del umbral
Donde los dos mundos se tocan
No te vayas a dormir

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Toma a uno que no lleva sus cuentas
Que no quiere ser rico, ni tiene miedo a perder
Que no tiene interés alguno en su personalidad: es libre.

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Ahí afuera, mas allá de ideas de bien o mal, hay un lugar
Nos vemos ahí.
Cuando el alma yace sobre la yerba
El mundo esta demasiado lleno para hablar de él
Las ideas, el lenguaje, incluso la frase 'cada uno'
No tienen sentido.

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Estoy llorando, ¡tanto me dicen las lágrimas!
la pasada primavera, dicen, menos verdor
que débil te encontrabas
Recuerda una de todas nuestras noches
pero no recuerdes lo que te dije

RUMI