Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 15 de mayo de 2015

NUNCA DIGAS "NO PUEDO"



     Estoy convencida de que cuando decimos “no puedo”  o yo “eso no lo haría ni loco”,  alguna constelación se alinea para ponernos una prueba.

         Si pensamos bien estaremos recordando, seguramente, muchas ocasiones en las que nos hemos visto haciendo, diciendo o admitiendo cosas que siempre dijimos que no haríamos.

         Se trata de un reto. Una forma de situarnos en límites que nunca imaginamos para nosotros  pero sobre todo, es una especie de ensayo para demostrarnos que somos capaces de eso y de más.

         Mejor que negar lo que no sabemos que podemos dar de nosotros mismos es, abrazar la idea desde un principio de que nadie es superior a nadie y que efectivamente,  podemos abarcar mucho más de lo que creemos.

         Somos la punta de un iceberg. Hay un mundo inconmensurable bajo nuestras creencias limitantes. Un mapa por descubrir, una ruta que emprender, una aventura que comenzar a cada instante.

Es muy gratificante ver que realmente “podemos hacerlo”, ser testigos de nuestro propio triunfo y acariciar la copa del ganador una vez que hemos hecho el esfuerzo de querer lograrlo.

En realidad, no importa siquiera si hemos llegado a la meta o no. El premio está ya en el camino, en el recorrido que hemos emprendido y en el propio esfuerzo para tratar de alcanzarlo.
Borremos de nuestra mente el “NO”. 

El cerebro no discrimina la intención. Nos cree a pies juntos, tanto en lo afirmativo como en lo negativo y reacciona en consecuencia.

Cuando tengamos la tentación de instalar una negativa en nuestra respuesta revisemos la pregunta, las posibilidades y la voluntad.

Seguro que nos asombraremos de los que somos capaces y de lo que podemos llegar a ser.

jueves, 14 de mayo de 2015

DARLE VUELTAS A LOS PROBLEMAS



Enfocarse en la solución en vez de en el problema es la primera de las actitudes que, en mi opinión, marcan la diferencia entre una persona positiva y otra negativa.

Es muy habitual que tendamos a darle vueltas constantemente a nuestros problemas. No importa si son problemas de falta de tiempo, dificultades económicas o malas relaciones personales. Lo cierto es que cuando estamos inmersos en un momento complicado nuestra mente pasa muchas horas dándole vueltas, como si el hecho de tenerlo en la cabeza, por si sólo, pudiera arreglar algo.

Piensa en algo que te preocupe. A poder ser algo que te preocupe y sobre lo que tengas algún tipo de control. Si no lo tienes, y no está en tu mano solucionarlo la mejor opción es dejar de preocuparte por ello.

¿Lo tienes ya en la cabeza?

1.- Intenta recordar cuánto tiempo has estado pensando sobre ello la última semana.
2.- Ahora pregúntate qué has cambiado, qué has hecho para que esta dificultad no lo sea tanto. Qué acciones has realizado, qué decisiones has tomado, qué planificación has diseñado para reducir tu preocupación sobre este tema.
3.- Cuánto tiempo le has dedicado al paso 2.
            La clave es enfocarse en al solución del problema
Nos ponemos en el ejemplo de antes y simplemente modificamos un poco la pregunta:

En vez de preguntarte ¿Y si…? Veamos qué pasa al cambiarlo por “¿Qué puedo hacer si…?”

¿Qué puedo hacer si no se cómo actuar en un determinado momento? ¿Qué puedo hacer si no tengo la solución a algún problema? ¿Qué puedo hacer si me enfrento con algo que no conozco?

A partir de ahí, reflexionar sobre las posibles alternativas me va a dar una sensación de “poder”, de estar preparado para enfrentar el reto. Tal vez me de cuenta de que puedo contar con algún otro “experto” dentro o fuera de mi empresa. O puedo analizar los temas en los que soy más vulnerables y trabajarlo con mi jefe antes de su baja.

La gran diferencia es la actitud con la que lo afronto. Una actitud en la que yo soy protagonista para buscar cómo solucionar los problemas que se me presentan. En la que decido, y sobre todo, en la que actúo en consecuencia para salir de estos escenarios evitando la ansiedad, el agobio y la pérdida de energía y tiempo. La diferencia, en definitiva, es afrontarlo con una actitud positiva.
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Parece sencillo planteado así, puestos en ello hay que echarle grandes dosis de voluntad, mucha realidad y sobre todo capacidad de reinventarnos, no antes sin haber organizado nuestra paciencia con nosotros mismos y las circunstancias.

            Sobre todo no magnificar los momentos buenos, ni los malos.
Serenarse y darse un tiempo. En él, habrá caídas y retrocesos pero tal vez sea para tomar impulso y avanzar mucho más en cada paso.


(Artículo que me han pasado tomado de la web, desconozco la fuente)

martes, 12 de mayo de 2015

LA BURBUJA DE LA MENTE



Todos tenemos una burbuja mental que puede servirnos de despensa y reserva. Un lugar donde resguardar lo que queremos. Un espacio vacío solamente lleno de lo nuestro.

Cuando escucho a la gente abrazar un imposible se que lo hacen desde esa burbuja. Es como si en ella todo lo que se desea tuviese existencia real. 

Durante mucho tiempo me ha parecido algo estúpido desde mi sentido práctico. Para qué abrir un lugar donde depositar lo improbable y lo insostenible. Por qué alentar ilusiones que no llegarán a término. 

Se me hacía costoso de comprender. Mejor dosis industriales de profunda realidad.

Ahora logro atisbar que en cierto modo es una defensa de nuestro cerebro para no morir en ese crudo escenario, día a día.
Es necesario soñar pero siempre teniendo los ojos abiertos.  ¿Difícil?...No es fácil, pero sí necesario.

Quiero soñar pero controlar el sueño. Quiero amar pero controlar la desesperación del desamor cuando llega, quiero reír pero sin dejar de saber dónde están las lágrimas y quiero volar pero sin dejar de ver la distancia al suelo.

La burbuja de la mente puede, también, ser un lugar que siempre nos espera. Callado, silencioso y nítido. Cálido y tierno. Lleno de dulces sensaciones dispuestas a acunarnos.

No necesitamos nada, en realidad. Todo está donde debe estar y por algo. No se puede impedir la lluvia, ni atar las tormentas. No se puede pedir sinceridad sin darla, ni amor sin regalarlo. 

Todo lo mejor de esta vida es gratis lo que no quiere decir que no cueste su mantenimiento. Porque al fin y al cabo, en la dinámica de la existencia todo es un intercambio. Sin precio pero con coste.

Si quieres recibir no hay más que empezar por dar.

lunes, 11 de mayo de 2015

¿MANIPULAS o TE DEFIENDES?



             Se trataba de un joven erudito, arrogante y engreído. Para cruzar un caudaloso río de una a otra orilla tomó una barca. Silente y sumiso, el barquero comenzó a remar con diligencia. De repente, una bandada de aves surcó el cielo y el joven preguntó al barquero:

--Buen hombre, ¿has estudiado la vida de las aves?
--No, señor -repuso el barquero.

--Entonces, amigo, has perdido la cuarta parte de tu vida.

Pasados unos minutos, la barca se deslizó junto a unas exóticas plantas que flotaban en las aguas del río. El joven preguntó al barquero:

--Dime, barquero, ¿has estudiado botánica?
--No, señor, no sé nada de plantas.

--Pues debo decirte que has perdido la mitad de tu vida -comentó el petulante joven.

El barquero seguía remando pacientemente. El sol del mediodía se reflejaba luminosamente sobre las aguas del río. Entonces el joven preguntó:
--Sin duda, barquero, llevas muchos años deslizándote por las aguas.

¿Sabes, por cierto, algo de la naturaleza del agua?
--No, señor, nada sé al respecto.

No sé nada de estas aguas ni de otras.

--¡Oh, amigo! -exclamó el joven-.

De verdad que has perdido las tres cuartas partes de tu vida.

Súbitamente, la barca comenzó a hacer agua. No había forma de achicar tanta agua y la barca comenzó a hundirse. El barquero preguntó al joven:
--Señor, ¿sabes nadar?

--No -repuso el joven.

--Pues me temo, señor, que has perdido toda tu vida.
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El conocimiento sin la experiencia no tiene validez. Si lo que comprendemos no lo llevamos a la acción de nada sirve su mensaje porque no habremos construido sabiduría.

La vida nos pone pruebas que nos demuestran que creer que sabemos mucho, que dominamos el medio y a los demás se vuelve contra nosotros. Y al final terminamos ahogándonos sin remedio.

Buena lección para hoy lunes.

¡Feliz comienzo de semana!