Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 31 de agosto de 2022

TERMINA EL VERANO

 El verano es tiempo de emociones, como tiempo de balance es su término. Significa vacaciones, momentos que se suponen alegres, días de fiesta, noches de embrujo y magia por todos los lados. Pero, para muchos sólo ha supuesto discusiones, disgustos y hasta pérdidas.




 

         El verano a veces es veneno. Se reflexiona, se contrastan modos, maneras y formas de actuar que en la rutina se esconden, se camuflan o se mimetizan para no enfrentar posiciones o para no tomar decisiones.

 

         Las parejas se esconden bajo los silencios, detrás de las ausencias, en los encuentros vacíos o en las miradas rehuidas. Allí se instala una monotonía llena de seguridad pero plagada de aburrimiento. Al final, muchos se convencen de que ese aburrimiento es lo mejor. Al menos no se arriesgan a ser felices con los peligros que eso conlleva.

 

         El verano hace balance. Su término nos acerca a los lápices, a los gorros y las manoplas. A días de poco sol y a frío hasta los huesos. Nos llena de adentros y nos impele a quedarnos enroscados dentro del edredón.

 

         Todo se vuelve lento, dentro del movimiento de los comienzos. Todo vuelve a recolocarse en el puzle de nuestro día a día y aunque perdamos ilusión ganamos la tranquilidad, a veces mohína, de tenerlo todo “controlado” en nuestro pequeño cuadrito.

 

         Puede que hayan pasado muchas cosas este verano. Puede que no todo sea bueno o puede que sea aún mejor. Pero de cualquier manera se cierra un ciclo que da paso a la vida normal y con ella a la vuelta a los deseos que pueden cumplirse el verano que está por venir.