Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 19 de junio de 2015

FRENTE A LOS VIÑEDOS



Mientras nos reuníamos para comer pensaba qué de vueltas da la vida y lo realmente ineficaz que es hacer planes.
Siempre pensé venir a este lugar con otra persona. Idee mil y una historias entorno a esta maravillosa vista. Saboree los caldos que nunca he llegado a tomar y soñé que estas imágenes las vería de otra forma.

No ha sido así. Sin embargo, la vida sigue y hora tras horas nos enseña como la mejor maestra.

He disfrutado de esta magnífica visión en compañía de gente que también quiero. Posiblemente la historia no se escribe linealmente y haya saltos que no esperamos pero lo que es seguro es que no se detiene.

Es difícil abrir un hueco en la mente y dar paso a lo que soñamos de otra forma, aún así, en cualquier caso lo importante es que el destino nos lleva a los mismos lugares que un día deseamos ver, sea como sea.

Ha sido un viaje tranquilo, de charlas largas y risas breves, de serenidad y deleite de la mirada, de amistad dulce y de sosegada ilusión que ha pintado un paisaje diferente en mi día a día.

No hay planes que hacer. Hay que vivir sin planear pero sabiendo que hay un presente que mañana llevará a un futuro. 

No se puede vivir en el vacío. Tampoco creer que todo está seguro ni que hay un solo camino: el que tenemos entre las manos.
La intención nos lleva a lograr que en algún momento los puntos se unan y se produzca las mismas situaciones aún con otra gente.

Cada persona tenemos un ángel. Una piel diferente, un olor distinto y una manera personalísima de hacer que a nuestro alrededor haya magia.

Puede que la impermanencia de la vida nos haya dejado disfrutar de alguien un tiempo y que luego el panorama humano cercano se renueve.

 Puede que no siempre estemos con la misma gente.
Puede que aún nos quede muchas personas por conocer. Pero ante todo nos llevaremos la impronta única de cada una de las personas que pasen por nuestra vida, sin olvidar que algunas, estén o no, quedarán para siempre con nosotros.



 

 ¡Un brindis por la vida¡

jueves, 18 de junio de 2015

BOFETADAS QUE DESPIERTAN



La vida es una sucesión de etapas que cuando se inician abren un mundo nuevo que nos sorprende y atrapa, pero cuando se terminan nos dejan con sabores distintos según nos hayan tratado.


En realidad todo es impermanencia. Posiblemente nos aferramos a lo que nos gusta, a la calidez y a la comodidad, a aquello que nos transmite ternura y a quién nos cuida.
Nos apegamos al sentimiento, a la visión que se crea en nuestra mente del otro, a los pequeños detalles, a las rutinas y a los hábitos. Nos quedamos enganchados en las ideas y nos cuesta mucho ver la realidad.


Yo soy de estas personas que tienen que darme más de una “bofetada” para despertar. No me basta con una. No puedo creerme lo que veo. Tan aferrada estoy a la imagen mental que las palabras del otro han operado en mí, que a las acciones no puedo darles crédito.

Poco a poco, una y otra vez, bofetada tras bofetada, voy despertando. Es un abrir los ojos, lleno de amargura. Un sentarme en medio de la nada que se ha abierto delante para comenzar a tragarme que lo que veo es cierto y que por muchas ganas que tenga mi ser de encontrarme con otra cosa, es así y no hay más.
Trabajar con el apego es una tarea honda, compleja y dolorosa pero al final liberadora.

Hay que esculpir de nuevo el cerebro. El apego está ligado, de alguna forma, a las neuronas que se han conectado, muchas veces, de una determinada y única manera en relación a aquello que estamos apegados. Al realizar un proceso interno de desapego estamos desactivando el “hábito emocional” con el que el cerebro ha funcionado tanto tiempo.

Si soltamos “algo morirá”; es como si lo que hemos puesto nuestro en el otro también lo hiciese.  Pero precisamente necesitamos que algo muera para gozar del gran beneficio de su muerte.

He necesitamos muchas “bofetadas” para darme cuenta de la realidad. Todas me han dolido mucho pero menos que manejarme en la incertidumbre  de la mentira del otro.

He empezado a modelar de nuevo mi cerebro, poco a poco, sin prisa pero con la certeza de la necesidad de construir un nuevo mapa mental.

miércoles, 17 de junio de 2015

SI ALGUNA VEZ HAS AMADO...



Si alguna vez has amado sabrás que el mundo, a cada instante se pone a tus pies,


Si alguna vez has llamado conocerás la luz en medio de la oscuridad,


Si alguna vez has amado tendrás el sabor a menta fresca en tu boca del antes y del después,


Si alguna vez has amado un instante habrá sido toda la eternidad,


Si alguna vez has amado te darás cuenta de que el silencio solo hace que despertar,


Si alguna vez has amado podrás encender estrellas cada noche antes de llorar,


Si alguna vez has amado has tenido que el viento en tus labios sujetar,


Si alguna vez has amado también la pena debiste besar
Y al beberte la amargura de la soledad,


Habrás agradecido, desde el fondo de tu alma, cada gota
de felicidad.


 Si aún no has amado de verdad…deja al corazón libre,
con los brazos abiertos, para que lo nuevo pueda  a ti
llegar como el llega este susurro mío antes y después de amar.

martes, 16 de junio de 2015

LA ZONA DE CONFORT



El miedo causa estragos en nuestros éxitos. En el amor, en el trabajo, en la vida. Lo peor es no tener consciencia de lo que eres capaz de no-hacer por miedo.

  Y nos quedamos en la zona de confort, esclavos de nuestras creencias, percepciones y emociones que nos empequeñecen y nos impiden conseguir aquello para lo que estamos hechos (una persona, un trabajo, un sueño).

              La zona de confort, al contrario de lo que pueda parecer por su nombre, es la más peligrosa de todas las
zonas. Es un estado mental donde nos encontramos cómodos con nuestra vida actual, con nuestras aspiraciones cubiertas y sin presiones, lo que nos impide arriesgar, buscar, salir, cambiar, MEJORAR.

             "La gente que evita el fracaso también evita el éxito". Robert Kiyosaki.

               La tendencia natural del ser humano es la de buscar seguridad; y una vez conseguida cuesta salir de ahí. Nos da miedo. Miedo a fracasar, al rechazo, a perder, al cambio, ... pero intentarlo es de valientes; quien no lo intenta ya ha perdido.

            Salir de esa zona de seguridad es peligroso, porque puedes perder. Pero también puedes ganar.
Hay personas que nunca sabrán si ganarán o perderán, porque nunca lo intentarán. El miedo les sirve como refugio, excusa y respuesta, y superarlo supondría encontrarse a sí mismos, con sus limitaciones y oportunidades, virtudes y defectos, y, como decía Neruda, " esa podrá ser la más feliz o más amarga de tus horas..."

                Cuando uno funciona dentro de los límites de la zona de confort, obtiene el beneficio de sentir la sensación de seguridad, tranquilidad y confianza que viene con vivir una vida en la que se sigue haciendo las cosas de la manera en que siempre se han hecho. Estoy seguro de que has conocido a personas que viven vidas que se caracterizan por la conformidad, la rutina y la monotonía. Tal vez ellos han estado en la misma posición y en un mismo lugar durante años y años.

                     Pero es que permanecer en su zona de confort significa aborrecer el cambio. Se puede manifestar cuando alguien es muy rígido y poco dispuesto a aceptar nuevas ideas e información. La zona de confort es sinónimo de zona de peligro. Es muy tentador permanecer allí por un largo período de tiempo sin darse cuenta de que hay que liberarse de ella. Aceptar el cambio es la única manera de salir del puesto de control mental creado por la zona de confort.

     Entonces, ¿lo intentas?

                  "Los barcos están seguros en el puerto, aunque no fueron para eso construidos" Shakespeare

Tomado de internet. Desconozco al fuente