Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 24 de junio de 2016

CONTRA LAS OFENSAS Y ADVERSIDADES: CENTRACCIÓN Y COMPASIÓN



Hay una cualidad del alma que es muy peculiar: la compasión. Por ella y a través de ella, entramos en el alma del otro, la integramos en la nuestra, la aceptamos y la asumimos.

Por medio de ella, llegamos a convertir la ira contra las ofensas ajenas en comprensión hacia el lugar que ocupa el otro y sus posibilidades emocionales. 

No todo el mundo tiene la suerte de estar en un escalón evolutivo elevado; cada uno estamos en el nuestro y si comprendemos eso habremos ganado la batalla a las envidias, los rencores o los enconamientos.

Al lado de la compasión, está una habilidad nada despreciable: la atención, la concentración, el enfoque en el cual queramos diluir la vida.

Ese punto de centración plena nos abre los canales sensitivos en una dirección y esa determinará la energía que pongamos a su servicio y ella creará la experiencia que se genera en torno a ella.

Os dejo un breve cuento al respecto
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Un joven, preso de la amargura, acudió a un monasterio en Japón y le expuso a un anciano maestro:

—Querría alcanzar la iluminación, pero soy incapaz de soportar los años de retiro y meditación. ¿Existe un camino rápido para alguien como yo?

—¿Te has concentrado a fondo en algo durante tu vida? —preguntó el monje.
—Sólo en el ajedrez, pues mi familia es rica y nunca trabajé de verdad.

           El maestro llamó entonces a otro monje. Trajeron un tablero de ajedrez y una espada afilada que brillaba al sol.

—Ahora vas a jugar una partida muy especial de ajedrez. Si pierdes, te cortaré la cabeza con esta espada; y si ganas se la cortaré a tu adversario.

              Empezó la partida. El joven sentía las gotas de sudor recorrer su espalda, pues estaba jugando la partida de su vida. El tablero se convirtió en el mundo entero. Se identificó con él y formó parte de él. Empezó perdiendo, pero su adversario cometió un desliz. Aprovechó la ocasión para lanzar un fuerte ataque, que cambió su suerte. Entonces miró de reojo al monje. Vio su rostro inteligente y sincero, marcado por años de esfuerzo. Evocó su propia vida, ociosa y banal...

            Y de repente se sintió tocado por la piedad. Así que cometió un error voluntario y luego otro... Iba a perder. Viéndolo, el maestro arrojó el tablero al suelo y las piezas se mezclaron.

—No hay vencedor ni vencido —dijo—, No caerá ninguna cabeza.

Se volvió hacia el joven y añadió:

—Dos cosas son necesarias: la concentración y la piedad. Hoy has aprendido las dos.


miércoles, 22 de junio de 2016

CREA TU MAR



Estamos deseando que llegue el verano y saboreamos cada rayo de sol que incipiente sale en primavera. Degustamos el cómo de los paseos que imaginamos, de la luz que nos invadirá para iluminarlo todo y nos encanta la idea de que el verano nos envuelva con sus gotas de agua salpicando nuestro calor.


Pero como todo lo que uno imagina, la mayoría de las veces es mejor que la realidad.


Cuando llega el verano hay también motivos de tristeza. El sol nos desborda con su inmenso fuego, las calles recalan el calor que absorben, las vacaciones deseadas no llegan, la presencia continua de la pareja ocasiones más discrepancias que alegrías, los niños desbordan ganas de demostrar su energía y el descanso añorado no termina de pasar de ser un sueño.

Lo mejor del verano está al comienzo y al final del día. Estés donde estés. A veces, uno no llega ni a pisar la playa, pero hay mil formas de disfrutar el mar sin tenerle cerca. Videos, archivos de sonido, visualizaciones, meditaciones guiadas sobre “un paseo por la orilla del mar” y un sinfín de formas de “crear” nuestro rincón de gozo particular.

En el fresco de la noche, crea un espacio para tu imaginación. Enciende una vela, ten plantas cercanas, coloca una bebida fresca a tu lado y rocía el ambiente con tu aroma preferido. 

Uno de mis secretos más extraños es utilizar el permute más exótico, caro  e irresistible en esos momentos tan míos, porque estoy segura que entonces lo apreciaré en todo su valor.

Puede que no tengamos el verano deseado. Puede que no lo podamos tener aún en mucho tiempo, pero siempre será posible recrear un ambiente a nuestra medida donde todo sea posible, porque en realidad no hay puertas que puedan cerrarse en la imaginación. Todo es posible dentro de nuestra mente. Ahí está la mejor y mayor libertad. 

Nadie puede quitarnos ni un ápice de nuestros sueños y los mejores se viven despiertos.


lunes, 20 de junio de 2016

¿CÓMO LE PIDES AL UNIVERSO?



Me ha gustado el artículo. Puede que sea útil para muchos. Os lo dejo hoy como reflexión.
Podemos ponerlo en práctica…y a ver qué sucede.
Feliz tarde
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La manera en que te comunicas con el Universo es demasiado importante para poder sentirte a gusto en tu vida. De la misma manera en que te comunicas contigo mismo y con las demás personas, la comunicación con el Universo es vital para disfrutar de armonía, paz y plenitud en tu existencia.

Cuando no nos comunicamos con fraternidad con otras personas se generan conflictos, mal entendidos, discusiones, peleas y guerras. Cuando no nos comunicamos amorosamente con el Universo este no se siente ofendido ni nada de eso, simplemente no logra comprender lo que estamos tratando de decirle.

Muchas veces te responde entregándote lo mismo de siempre o lo contrario a tu pedido.

Esta es una de las grandes razones de por qué no nos funciona la ley de atracción cuando pedimos algo que queremos manifestar en nuestra vida. Comúnmente no expresamos nuestra intención en un idioma comprensible para Universo.

La forma en que nos comunicamos se encuentra en pleno desarrollo y perfección. Aun tenemos mucha influencia del ego y seguiremos con esta influencia hasta que demos paso al amor incondicional.

Y cuando digo expresar, no solo me refiero en términos de palabras, sino que a la expresión completa que incluye las intenciones, las emociones y los sentimientos que se encuentran envolviendo nuestras palabras.

Cuando nos encontramos con otra persona puede que le digamos “que bueno verte” sin que eso sea verdad en nuestro interior. Si esa persona es sensible e intuitiva podrá darse cuenta de que estamos fingiendo, pero si no lo es, creerá que realmente nos alegramos de verla. Sin embargo el Universo es muy sensitivo y tiene la capacidad de leer siempre lo que hay detrás de nuestras palabras. Nunca es posible engañarlo. Necesitamos ser completamente coherentes para que el universo nos escuche y comprenda claramente.

Todos pedimos cosas al universo, pedimos trabajo, pedimos salud, una buena pareja y muchas cosas más y la mayoría de las veces sentimos que el Universo no nos escucha. En algunas ocasiones tenemos largas listas de pedidos o pedidos muy antiguos que parecen estar olvidados esperando que algún día se produzca el milagro de ser concedidos.

Quizás nunca te hayas puesto a pensar en esto, quizás no te has dado cuenta de que tus pedidos están siendo analizados y mas allá de lo que a simple vista pueden serlo.

Recuerda que todos los pedidos son escuchados y concedidos, y si aun no llega lo que tú has pedido, puede ser porque no estás siendo coherente entre tus palabras y tus intenciones o porque tus sentimientos no están acorde a él.

El Universo es muy riguroso en este sentido. No concede pedidos mal planteados. Analiza el tono de tu pedido. ¿Estás siendo sincero? ¿Eres amable? ¿Eres sereno? ¿Amigable? El universo siempre responde, pero te envía lo que alcanza a comprender y que quizás no concuerda con lo que estás diciendo que quieres.

Imagina que estás conversando con un querido amigo y le pides un favor. ¿Se lo pides de manera majadera o con la suficiente claridad y confianza?

El lenguaje que utilizas es muy importante y requiere ser ceñido al amor. El Universo no te comprenderá si le estás pidiendo con enojo, con imposición, con intimidación, sintiéndote desesperado, mortificado u oprimido.

En realidad, tu pedido no tiene que ser un pedido. Más bien se trata de una conversación donde expresas tu preferencia, donde dices lo que eliges del amplio abanico de posibilidades que tienes por delante. No existe enojo, ni desespero, ni angustia, ni exigencia, ni llanto, ni nada parecido. Más bien te acompaña una suave sensación de gratitud por tener la posibilidad de ser atendido.

El idioma que utilizamos para comunicarnos con el Universo es el mismo que aprendimos cuando éramos niños al relacionarnos con nuestros padres. Ellos fueron las únicas y más cercanas personas que influyeron en aquellos años de infancia cuando desarrollamos la habilidad de comunicarnos. Cerciórate de que no estés repitiendo los vicios que tenían al comunicarse entre ellos o al hacerlo contigo.

Qué sucedía cuando tenías que pedirles algo a tus padres y la forma en que ellos te respondían. ¿Atendían tu pedido o ni siquiera te escuchaban? O ¿quizás no te atrevías a pedirles algo?.

 Todo esto se relaciona con tu auto valor y con tu nivel de merecimiento.
Para que tu pedido sea atendido correctamente, revisa los detalles que he mencionado aquí y observa si lo estás haciendo de manera amorosa y confiada, así como le pedirías a tu mejor amigo que te acompañe a alguna parte. 

Cuando te sientes en confianza puedes pedir libremente, sintiéndote soberano de tu propia existencia. Te haces dueño de decidir por dónde quieres caminar sabiendo que los demás también tienen derecho a lo mismo. Te vuelves responsable de ti mismo, creces, maduras, te conviertes en un ser independiente y auto gobernado. Sabrás corregir el rumbo cuando adviertas que te has equivocado.

Si sientes que tienes que mejorar tu manera de pedir, comienza por revisar la comunicación que aprendiste con tus padres y luego aplica lo aprendido para practicar con el Universo.

Para que te ayudes en este proceso, recuerda alguna oportunidad en que pediste algo y lo obtuviste rápidamente.   

              Observa la limpieza de tu pedido, la claridad y la confianza que existió en el momento en que lo planteaste.

Todos somos creadores de nuestra realidad y no necesitas ser una persona con poderes especiales para poder elegir y obtener lo que deseas en tu vida. El Universo es generoso, pero nosotros somos los que oponemos resistencia para que se manifiesten aquellas cosas que deseamos.

Que tengas excelentes resultados.
Patricia González
Lectura del Aura, Consulta Virtual, Coaching



 https://soyespiritual.com/abundancia/aprende-a-hablarle-al-universo-para-que-comprenda-tu-pedido.html




domingo, 19 de junio de 2016

VIAJE A ÍTACA (Relato de Domingo)



Domingo anterior

.-No abriré. ¿Quién eres?.

.-Owen por favor. Soy tu mujer. ¡Abre!.- El psiquiatra sudoroso y angustiado supo que no tenía escapatoria. Abriría aquella puerta para saber qué estaba sucediendo.

La mujer, no solo estaba dispuesta a convencer a Owen de  su amnesia, sino que también estaba decidida a que abriese inmediatamente aquella maldita caja fuerte que contenía los valiosos papeles.

Algo llevaba cuidadosamente en una caja. Algo se retorcía dentro de ella deseando salir maliciosamente. Algo que haría actuar a Owen sin remedio…




RELATO DEL DOMINGO
19_06_2016

Lentamente, para dar a su mente tiempo a pensar, se dirigió hacia la puerta y la entreabrió sacando la cabeza.

.-¿Quién eres?. ¿Por qué estás en mi casa?.-La mujer sumisamente y con aires de preocupación movió la cabeza como una señal definitiva de perdición.

.-Owen, cariño, soy Nataly. ¡Soy yo!. Por dios, no me puede estar pasando esto a mí. Soy tu mujer. Tenemos tres hijos. ¿Ni eso recuerdas?.- Owen sabía perfectamente que se trataba de una trampa. No estaba casado, ni recordaba haberla visto en ningún momento aquella mujer. Sin embargo, prefirió seguir aquel juego dañino que seguramente se dirigía con algún fin.

.-¡Nataly!:..estoy un poco aturdido. No sé que me ha pasado.-Al instante, aquella mujer comprendió que le seguía la farsa. Por supuesto no era su mujer y tampoco estaba allí para ayudarle.

.-Déjame pasar, amor. Has tenido un accidente.- Owen abrió la puerta con sigilo. La mujer entró al despacho y se abrazó a él. Ni siquiera movió los brazos. Sus manos quedaron pegadas a lo largo de sus piernas incapaces de responder.

.-¿Qué me ha sucedido?.
.-Mi querido Owen has estado once meses en coma. El pronóstico es esperanzador. Nos han dicho que comenzarás a recordar muy lentamente. Yo estoy aquí para que ese proceso sea rápido y agradable. Acabas de salir del hospital y aquí estoy con Nana para cuidarte.

La cara de Owen se descompuso cuando oyó el nombre. En realidad no lo recordaba pero le trajo una sensación desagradable capaz de revolver su estómago. La mujer se dio cuenta de ello e inmediatamente procedió a aclararle quien era.

.-¿No recuerdas a Nana?.- Owen cariño es nuestra asistenta. Te crió a ti y ahora a nuestros hijos. Te quiere mucho. Tu corazón la recordará. Le diré que venga.

.-¡NO!, aún no. No me encuentro bien.- La mujer de pelo moreno se contuvo. Estaba empezando a cansarse de lo difícil que le resultaba abrir aquella misteriosa caja. Entre tanto aquel bicho letal que contenía el reciente que guardaba en su mano derecha, se retorcía molestamente en ella deseando salir.

.- No es momento de emplearlo.-pensó. Tendré que recurrir al Pentotal. No me queda más remedio que llamarla y entonces sí que hablará.

.-Cariño tienes que empezar a recordar. Cuanto antes lo hagas más fácil será recuperar la vida normal.- Y diciendo esto voceó el nombre de aquella supuesta ama de crianza.- ¡Nana, Nana! Venga un momento por favor.

La mujer se presentó al instante. Owen palideció. Era ella. Inconfundible a pesar de los años que habían pasado. Stella, la bibliotecaria. La mujer que había arruinado su inocencia y le había sometido a los más bajos juegos sexuales. No podía creerlo. 

Inmóvil, sin poder articular palabra, clavó su mirada en el espectro que se acercaba a la puerta. Recordó que durante la infernal estancia en el sótano de su casa había escuchado al marido de ésta llamarla así. 

Volvía a su vida. Nunca había salido de ella. Era la voz que anónima tras el teléfono se ocultaba para recordarle que seguía sus pasos.

Ahora, poderosa de nuevo, le hacía sentir indefenso y temeroso. Lo mismo que en aquella horrible situación en la que había sufrido tanto.

.- Nana, Owen está muy nervioso. ¿Sería tan amable de traer un calmante?.- La mujer sonreía levemente sin dejar de mirar al doctor evocando la imagen de aquel niño asustado con el que había jugado tantas veces.

.-Sí señora. Cualquier cosa para que el señor se reponga.- Y salió despacio sin dejar de mirarle. Era como una sentencia triunfal. De nuevo estaba en sus manos sin que éste pudiese hacer nada. No tenía escapatoria. Al instante volvió con una inyección cargada completamente de un suero blanco que pensaba inocular en sus venas.

Entró en la habitación con la jeringa ante los ojos aterrados de Owen que inmediatamente comprendió el contenido de la inyección.

.-¡No!.- gritó con desesperación.- Tiopentato de sodio.- Nana intervino jocosamente.

.-Nosotros lo llamamos familiarmente…el suero de la verdad, mi querido Owen.- mientras se acercaba peligrosamente, añadió.- pero qué importa, tu no nos ocultas nada ¿verdad?..