Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 5 de julio de 2018

LO QUE CREES EN EL OTRO



Este cuento ya le hemos visto alguna vez, sin embargo, encierra una verdad en sí mismo que, aunque superada por el auge de la propia autoestima, muchas mujeres se hacen aún eco de ello.

Se trata de la estima y el valor que los demás depositan en nosotros, pero sobre todo de la fe y la confianza en nuestras posibilidades.

Efectivamente, poner nuestro valor en manos de otro es darle una llave que abre demasiado. Pero también es cierto que nuestra fuerza, nuestra voluntad y nuestro ánimo para mejorar está, en ocasiones, en demostrarle, al que cree en nosotros, que podemos con el empeño.




Os dejo el texto para reflexionar sobre el tema.

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“Cuentan que dos marineros que iban navegando por los mares del sur, desembarcaron en una preciosa isla para descansar.
Los habitantes de la isla les recibieron con gran entusiasmo y durante varios días les agasajaron con fiestas.

Uno de los días, los marineros decidieron dar un paseo por la isla y se encontraron con una muchacha que estaba lavando ropa en el río.

Uno de los marineros se acercó a ella y le preguntó: “¿Cómo te llamas?”

La muchacha no respondió. El marinero pensando que no le había escuchado le volvió a preguntar: “¿Cuál es tu nombre?”.

La muchacha se giró y le dijo: “Lo siento no puedo hablar contigo sin estar casada antes”.

” Entonces me casaré contigo”, le respondió el marinero.
El otro marinero le dijo: “¡Estás loco!””¡Apenas la conoces!” ” Además hay otras muchachas mucho más bellas que ella”.

“Me casaré con ella”, le respondió el amigo “y espero que te quedes para mi boda ya que yo ya no me marcharé”.

“Como tu quieras amigo”, le respondió el marinero.
Y así se dirigieron a hablar con el padre de la muchacha para pedirla en matrimonio.

“Señor”, le dijo el marinero “deseo casarme con su hija”
El padre se mostró encantado y le dijo: “forastero si te quieres casar con una de mis hijas tendrás que pagarme una dote de 9 vacas”. “¿con cuál de mis hijas deseas casarte?”

“Quiero casarme con la muchacha que lavaba ropa en el río”, le respondió el marinero.

Sorprendido ante la elección del marinero ya que sus otras hijas eran mucho más hermosas, le dijo” en ese caso sólo tendrás que darme 3 vacas “.

El marinero le replicó, “Te pagaré las 9 vacas”.

Y así fue. El marinero se casó con la muchacha que lavaba ropa en el río y su amigo se quedó a presenciar la boda para posteriormente zarpar de nuevo.

Pasado un tiempo el marinero volvió por la isla y decidió ir a visitar a su amigo, Sentía curiosidad por saber cómo le iban las cosas y si seguía casado.

Al llegar a la isla, vio a un grupo de hombres y mujeres que iban cantando y bailando. En el centro iba una mujer hermosísima con el cabello adornado con unas flores.

Se detuvo para contemplar la imagen y ver la belleza de la mujer.
Al cabo de un rato encontró a su amigo.

Se saludaron con gran entusiasmo y el marinero le preguntó si seguía         
                                          
“¡Por supuesto!”,  le dijo él. ” De hecho te habrás cruzado con ella de camino”.

El marinero no recordaba haberse cruzado con ella.

“Si”, le dijo el amigo. “Hoy es su cumpleaños y están celebrándolo”
¡Era la mujer que iba en el centro bailando!.

“¿Cómo es posible?”, le dijo el marinero. “Esa mujer no se parece en nada a la muchacha que yo conocí”.

“Muy sencillo”, le contestó el amigo. “Me dijeron que valía 3 vacas y yo la traté como si valiese 9 vacas”

Trata a un hombre como lo que es y seguirá siendo como es; trátalo como puede y debe ser y se convertirá en lo que puede y debe ser. Goethe


miércoles, 4 de julio de 2018

UNA NANA PARA TI



Hoy he inventado una nana para ti,

Para mecer tus sueños desde mi cántico de sirena,

Para saltar contigo los charcos sobre la arena.

Nana nana, de luna luna lunera,

Que mientras duermes te miro

Desde lo alto de las estrellas

Y quisiera poner un sueño en tu cabeza

En el que estuvieses conmigo 

Bebiendo placeres desde dentro hacia fuera

Y supieses que por ti muero sin morir entera

Y que entrases en mi burbuja de nata y fresa

Para decirte niño, que esta nana no es una quimera,

Que quiero risas, que quiero piel, que lo quiero todo,

De una forma y muchas maneras.



Nana nana para el rey de la luna entera,

Mírame a los ojos y duerme sobre mi pecho

Hecho de  deseos locos y ambrosías nuevas.

Cierra los ojos sin sueños e inventa lo que quieras

Que pronto será de día y volveremos a la realidad cierta.

Nana nana de la luna lunera,

Sobre ti este beso de caramelo de menta.

martes, 3 de julio de 2018

LO MEJOR QUE TE PASA

Lo mejor que nos sucede llega sin darnos cuenta, así de pronto, de una idea, de un encuentro fortuito, de un pasar por ti la suerte y tocarte de plano.

Muchas veces creemos que en el esfuerzo, en la voluntad y en el duro trabajo está el éxito; y sí, en sí mismas todas estas actitudes son un modo de ganar, pero nada tienen que ver con aquello que llega sin esperar; que tal vez, en algún momento, pasase por nuestra cabeza como un relámpago sin llegar a ver su luz, que nos sorprende tanto que nos parece imposible.



Todos tenemos momentos especiales en los que nos han sucedido excelentes e inesperadas sorpresas que parecen pertenecer a otro.

Lo mejor que te pasa no se puede contar, en la mayoría de las ocasiones, e incluso no se debe porque es como romper el encanto, como dejar escapar la magia que encierra. 

Lo vivimos en intimidad, regocijados en nuestro propio yo, embelesados con la maravilla de que la suerte nos sonría de vez en cuando.

Hay sucesos que no se pueden considerar un lujo, sino un privilegio y esos son los que no se pueden dejar escapar.

Lo mejor que te pasa puede llegar en cualquier momento y sin darte cuenta. Puede sorprenderte a la vuelta de la esquina o estar a muchos kilómetros de ti, pero en cualquier caso ser tuyo.

Nunca he creído en las búsquedas. Que la suerte te encuentre a ti. Que el destino se pronuncie y que nos elija sorpresivamente.
Repasa tu vida. Algo habrá en ella que se ajuste a este parámetro del hallazgo sin igual; aunque creas que no. Piensa. 

Detente. Un día, un momento, una persona, una mirada, una conversación, un descubrimiento que de algún modo cambió algo dentro de ti y a partir de lo cual ya nada fue lo mismo.

Si a pesar de mirar atrás no ves nada es que te está esperando, seguro.

Estate atento porque sería una pena que pasase delante de ti, te saludase, se quedase hablando contigo y le dijeses adiós sin darte cuenta que ese era tu momento.  

Recuerda, lo mejor que te pasa te va a sorprender en silencio y como todo lo excelente, será incontable.