¿Cuánto tiempo llevas sin determinar qué es lo más importante que tienes pendiente para que tu vida mejore?. Esta pregunta que nunca solemos hacernos, es de gran importancia. A menudo, su respuesta nada tiene que ver con el trabajo, el dinero o el hogar. La mayoría de las veces entra en el campo de lo personal, de uno mismo, de lo que está allí en el fondo de nuestro sentir y no tenemos tiempo de mirar. Posponemos nuestro bienestar. Anulamos nuestras necesidades, cedemos nuestros deseos a favor de lo que parece más necesario y nada lo es más que sentirnos bien. Si logramos ese estado de bienestar podremos hacer frente a todo lo demás.
Veamos este breve relato relativo al tema.
AFILAR EL HACHA
En cierta ocasión, un joven llegó a un campo de leñadores con el propósito de obtener trabajo. Habló con el responsable y éste, al ver el aspecto y la fortaleza de aquel joven, lo aceptó sin pensárselo y le dijo que podía empezar al día siguiente.
Durante su primer día en la montaña trabajó duramente y cortó muchos árboles. El segundo día trabajó tanto como el primero, pero su producción fue escasamente la mitad del primer día. El tercer día se propuso mejorar su producción. Desde el primer momento golpeaba el hacha con toda su furia contra los árboles. Aun así, los resultados fueron nulos.
Cuando el leñador jefe se dio cuenta del escaso rendimiento del joven leñador le preguntó:
-¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?. El joven respondió:
-Realmente, no he tenido tiempo… “He estado demasiado ocupado cortando árboles…”