Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 1 de noviembre de 2014

LA CURA DEL EGO



Hoy se celebra el día de todos los santos, aquí en España. Una fiesta un tanto triste por acercarnos, si se puede más aún, al recuerdo de los que se han ido antes que nosotros.  Es una fiesta de silencio. De lágrimas y velas. De caras largas y recuerdos profundos. De emociones concentradas y sensaciones que llegan del pasado.

         No entiendo que exista una fiesta para recordar a quienes no se puede olvidar. Y si es que se precisa recordar es que nunca se amó porque, al menos para mí, no es necesaria. Todos los días me acompañan sus palabras, su imagen, su sonrisa o su fuerza.

         En realidad, uno se da cuenta de que la muerte es la mejor cura. No hay diferencias para ella, ni se compadece de nada ni de nadie, ni perdona, ni reconoce, ni recuerda ni flexibiliza. No tiene compasión, ni la misericordia le permite clemencia. Nos iguala y nos somete a lo mismo.

         La mejor cura para el ego es estar cerca de ella. Entonces uno cambia de golpe. Todo se relativiza y solamente se desea alejarse del fin. 

         En realidad, entonces y solo entonces somos conscientes de que lo mejor en la vida es atesorar momentos y no cosas, porque ellos siempre van con nosotros, hasta el fin de nuestros días y quizás más allá de ese final.

         Por eso apuesto por la vida hecha de momentos sublimes. Por lo que hace vibrar y lo que sacude por dentro; por ese instante que significa el universo entero dentro e nosotros. Por la brisa suave acunando el alma, por la melodía excelsa tañida en las cuerdas de la pasión, por un suspiro en los labios de la locura, por lo que o se ve pero siempre permanece.

         Hoy celebramos la vida que hay en cada uno de nosotros y la que hubo en quienes amamos y ya no están.

viernes, 31 de octubre de 2014

LAS VIBRACIONES MUSICALES



             Es importante conocer los efectos del sonido y la música sobre nuestra salud y estados mentales y emocionales. La música de calidad nos fortalece, trae paz y nos pone en armonía con la esencia de la fuente de la vida. Por el contrario el ruido y la música de baja calidad armónica debilitan el sistema energético, causa confusión mental, deteriorando la sensibilidad de la persona hasta tal punto que prefiere la fealdad, lo grotesco e inarmónico y las emociones violentas; alejándola de su centro con la fuente creadora de vida. Y como lo demostró Dorothy Retallack, la fea estridente mata las plantas, o como lo muestran las fotografías de Masaru Emoto el efecto de la música heavy metal en el agua produce distorsionadas formas.

                La música, sabiamente usada, puede ayudar a despejar y purificar el cuerpo, las emociones y los modos de pensar. En cuanto más acostumbremos la música excelente en nuestro ambiente, mayor será nuestra armonía con la fuente y esencia creativa consciente.

         El sonido afecta a los átomos del cuerpo y de cualquier sustancia material. El sonido tiene el poder de modificar la materia, especialmente cuando se le imprime intencionalidad y dirección. Según la física moderna lo que hace diferente a la materia de la energía es, su nivel de vibración, su frecuencia.

             La luz, la materia y el sonido se componen de diversas velocidades de vibración y son el resultado de la octava a la que resuenan. Algunas frecuencias tienen la capacidad de mejorar la percepción espiritual de la conciencia, ya que inducen a que la mente y el cuerpo empiecen a resonar con ellas. Cada frecuencia, realiza una función específica según las leyes del universo.

               Lo que percibimos con nuestros sentidos es en realidad campos electromagnéticos “resonantes”, estrechamente interpenetrados. Toda la materia es sonido y emite sonido, aunque estos sonidos se encuentren, en su mayoría, fuera de nuestro campo físico de audición. Nuestro cuerpo físico es también campos electromagnéticos resonantes, como también nuestra aura.

              Para escuchar el sonido de la música hay que calmarse, relajarse y vivir la experiencia de la música en el momento presente, dejándose envolver e interpenetrar por el sonido como si se tratara de fluir en una corriente, sin oponer resistencia.. Sentir gratitud por todo lo que hace posible la sublime experiencia de ella. 

Calmar la mente centrándonos solamente en “sentir”.
        

jueves, 30 de octubre de 2014

OTOÑO EXTRAÑO



He pasado otoños viviendo entre las nubes.
 No me he dado cuenta del frío, de la caída de la hoja,
del tempero de la tierra o del cambio de luz.
No me he abrigado, ni tampoco he puesto las nueces en las brasas.
He estado durmiendo.
He soñado con nubes de algodón
y pétalos dorados que acariciaban mi piel.
He bebido ambrosía y me he deleitado
con el gozo de las pléyades.
He tañido el arpa de los dioses
y me he calentado con briznas de fuego sagrado.
He jugado detrás de los árboles a esconderme,
 he bailado sobre olas de espuma plateada,
he reído hasta que el placer llegó a rozar el dolor;
 he inventado, creado y adornado
la trenza gualda de la ilusión.
Me he empeñado, obcecado y obsesionado.
He caído, arrastrado y restregado por la pasión.
He sufrido y he gozado. He vivido sin respiración.
He contado los días sobre las horas
Y los minutos sin reloj.
He aprendido y he olvidado,
Una y otra vez,
Que los sueños…sueños son.

miércoles, 29 de octubre de 2014

EL PILAR CENTRAL



         Muchas veces he pensado que en la vida unos somos pilares y otros bóvedas que descansan sobre ellos. Los que sirven de soporte llevan, sin duda, el estigma de la fortaleza marcado en la frente. Por ellos y por el resto han de ser fuertes. Y lo son. Lo que sucede es que a los fuertes se les pide más y más. Y ellos estiran sus posibilidades de forma infinita para poder con todo.

         Hay otro tipo de personas que nacen para ser cobijadas; que sin intentarlo siquiera se acurrucan ante los problemas en el regazo de los demás y que paree que no van a poder más allá de lo que abarcan sus temores.

         Cuando los problemas me llegan seguidos, como nos ha pasado a todos alguna vez, no suelo apoyarme en nadie si puedo. Lo que si intento es duplicar mis fuerzas, mirar hacia dentro y ver que efectivamente solamente lo que dependa de mi está asegurado. El resto siempre está en el aire. Precisamente por esto, mi pilar central soy yo misma y de ahí proyecto sobre el ambiente que me rodea, la fortaleza que puedo compartir.

         Para mantener la confianza en el poder propio es mejor no escuchar, no oír lo que el resto tiene que decir a nuestro desánimo y sobre todo continuar, sin descanso, avanzando hacia lo mejor de nosotros.
         Os dejo un relato sobre este tema.


“…Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor el hoyo. Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas ya que no saldrían. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando. Pero la rana saltaba cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo. Cuando salió las otras ranas le dijeron: “nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritamos”. La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.”

martes, 28 de octubre de 2014

LA DIOSAS DE CADA MUJER (Jean Shinoda Bolen)

Así comienza…

“…De la semilla crece una raíz, después un brote; del brote, las hojas de la plántula; de las hojas, el pedúnculo; alrededor de éste, las ramas; arriba del todo, la flor… No podemos decir que la semilla causa el crecimiento, ni que tan siquiera el suelo lo haga. Podemos decir que las potencialidades del crecimiento residen en la semilla, en las fuerzas misteriosas de la vida, que, cuando se favorecen adecuadamente, toman determinadas formas.”

Centering in Pottery,
Poetry and the Person
M.C. Richards


         Me recomendaron leer este libro. Me sedujo el título desde la primera vez que lo oí. Algo hay de diosa en la mujer-madre, en la mujer-amante, en la mujer-niña, en la mujer-guerrera, en la mujer-tierna y en la mujer-salvaje.

         El libro presenta arquetipos de comportamiento que, en ocasiones, se disparan en función del hombre de poder que tengan delante. Estas diferencias en la conducta van a determinar, no sólo cómo nos presentemos en el mundo, la seguridad o la inseguridad, el poder o la debilidad, sino también establecerán diferencias radicales entre nosotras que podrán entenderse más tarde.

         No todas somos iguales, ni actuamos de la misma forma, ni entendemos el mundo desde la estrechez cónica que pretenden atribuirnos. 

         Los modelos o arquetipos vienen de muy lejos. Se trata de una memoria colectiva que nos viene definiendo desde siempre. También, al igual que estos esqueletos de comportamiento vienen con defectos específicos, llegan con fortalezas inmensas que hay que saber descubrir.

         La autora nos dice:
“…Es más, existen muchas ―diosas en una sola mujer. Cuanto más complicada es ésta, más probable es que haya muchas ―diosas activas en ella. Y lo que es satisfactorio para una parte de sí mismas puede ser irrelevante para otra parte.
El conocimiento de las ―diosas proporciona a las mujeres medios de entenderse a sí mismas y de entender sus relaciones con hombres y mujeres, con sus padres, amantes e hijos. Estos patrones de diosas también ofrecen revelaciones de lo que es motivador (incluso irresistible), frustrante o satisfactorio para algunas mujeres y no para otras.”

Será interesante, sin duda, saber dónde nos encontramos. Tal vez entendamos muchas cosas desde ese conocimiento y las puedan entender también, los hombres y mujeres que se relacionan con nosotras. 

No es una lectura exclusivamente reservada a las mujeres. Yo diría que más bien es imprescindible para los hombres que tanto dicen no entendernos nunca.

Todos saldremos ganando con ella.