Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 20 de septiembre de 2018

EL AMOR IMPLICA LA VERDAD



Cuento oriental (Un obsequio de Carmen Novoa)

Cuentan que un buscador de la verdad salió en cierta ocasión a los caminos del mundo. Y allí, en el gran cruce del mundo interrogó a sus hermanos.

- Decidme ¿cual es la verdad?

- Busca la filosofía -respondieron los filósofos griegos.

- No -argumentaron los políticos-. La verdad está en el servicio.

- Entra a las catedrales -le aseguraron los clérigos.

- Sin duda, la verdad es la sabiduría -terciaron los sabios.

- Renuncia a todo -esgrimieron los ascetas.



- Contempla y ensalza las maravillas del señor -le anunciaron los místicos.

- Acata y cumple las leyes -señalaron los gobernantes.

- Conócete a ti mismo -cantaron los guardianes del esoterismo.

- La verdad está en los números sagrados -dedujeron los cabalistas.

- Vive los placeres -aconsejaron los epicúreos.

- Únete a nosotros -le gritaron los revolucionarios.

- La verdad es un mito -respondieron los escépticos.

- Vive y deja vivir -clamaron los existencialistas.

- El pasado: esa es la única verdad -lamentaron los nostálgicos.

Confundido, aquel humano se dejó caer sobre el polvo del camino, mientras aquella multitud se alejaba cantando y reivindicando "su" verdad. En eso, acertó a pasar junto al hombre un venerable anciano que portaba un refulgente diamante.

- ¿Quién eres? -preguntó el derrotado buscador de la verdad.

Y el anciano, mostrándole el diamante respondió:

- Soy el guardián de la verdad.

- ¿La verdad? ¿Es que existe?

El anciano sonrió y aproximando la gema al rostro del humano, replicó:

- La verdad, como este tesoro, tiene mil caras. A cada uno le corresponde averiguar cual es la que le toca.

 Y esta joya se llama AMOR.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

DISPÓN EL CEREBRO A TU FAVOR


La característica común de las personas que triunfan, en cualquier ámbito de la vida, es disponer el cerebro a su favor. Darle la vuelta a todas las situaciones que se pongan en su contra y encontrar ese punto positivo que les ayuden a reforzar su autoestima.

De eso va la cosa, de tener una autoestima poderosa, de creer en que aquello a lo que aspiramos como meta, sucederá y en trabajar por ello desde ese convencimiento.





Tener el cerebro como aliado y no como enemigo, nos va a asegurar siempre el éxito porque si no lo hemos alcanzado pensaremos que nos queda poco y que ese es el camino.

Todo es personal en la vida y cuando hablamos del éxito este concepto se vuelve muy relativo. Para muchas personas tener éxito está relacionado con las posesiones. Tener magníficas casas, tener coches, ropas, viajes, sexo…para otras, se relaciona con el trabajo interior, con la tranquilidad, con la serenidad de encontrar un lugar en un mundo mejor y ser parte del cambio hacia ello. 

El enfoque es la clave. Miguel Ángel decía que solamente había sacado lo que sobraba de la piedra de mármol para convertirla en la Piedad. Eso es lo que debemos hacer con nosotros. Esculpir sobre lo que sobra. Soltar lo que no encaja. 

Delimitar los perfiles de lo que somos y lo que queremos, a veces muy poco definidos.

Lo que realmente importa es el modo en el que te tratas y te valoras. Lo que te dices a ti mismo, el diálogo interno que manejas contigo desde que te levantas y esa forma de creerte merecedor o no de lo mejor.

Si creemos que no servimos para algo actuaremos condicionados por ese pensamiento y seguramente nuestras capacidades se verán reducidas por la falta de confianza en ellas, en ti.

Conozco personas cuyo cerebro siempre está dispuesto a su favor. Personas que rápidamente transforman una situación negativa, que debería conllevar un perjuicio, en un beneficio reportador de nuevas energías. Ponen su acento en lo bueno de lo malo porque en realidad siempre lo hay.

Tenemos miedo a equivocarnos, pero ¿qué hay de malo en equivocarse?. Realmente los mejores y mayores aprendizajes surgen de los errores. De las equivocaciones porque siempre enseñan aunque sea el modo de no repetirlas y si se repitiesen, no pasa nada. Otra vez a empezar.

La vida es eso precisamente. Ensayo y error. Acción reacción. Causas y consecuencias. Y no detenernos. Seguir. 

¡Don´t stop!. Nunca.

domingo, 16 de septiembre de 2018

MEDITAR NO SIGNIFICA NO PENSAR EN NADA



La mayoría de las personas rechazan la meditación antes de conocerla. Reconocen sus beneficios, opinan que se relaciona con “estar tranquilos”, “con sentir paz”, “con acallar la mente “y muchas cosas más de semejante contenido. Al intentar ponerse a “meditar” se ponen aún más nerviosos por creer que rápidamente deben poner su mente en blanco; cuando observan que no es así creen hacerlo mal.







La respiración es otra grave traba. Poner atención a respirar es un suplicio para muchas personas e incluso reconocen que a base de intentar hacerlo bien pierden el ritmo normal de la inspiración y expiración.

Hay muchas formas de meditar y muchos mitos al respecto.
No hace falta mucho. Es como siempre hemos dicho de la propia vida. Todo es más sencillo de lo que creemos. Todo más fácil, más suave.

Os hablo de mi forma particular de meditar. De la meditación abierta. De la forma delicada de “no plantearse racionalmente” lo que es o nos dicen que debe ser la meditación.

Podemos meditar con los ojos abiertos, haciendo la comida, paseando o simplemente conversando.

Entiendo la meditación como un sentir adentro, la observación del “no juicio”. Que la vida pase a través de nosotros. Que cada situación sea. Que lo malo se viva pasando a través de ello y lo bueno de igual forma. 

Tomar distancia en el interior. Hacer una pausa silenciosa en la algarabía de los pensamientos y cambiarlos por otros más sencillos, menos agresivos, no competitivos.

Tener conciencia plena de la compasión hacia todo y todos. Hacia lo que hacemos de forma equivocada y hacia lo que hacen los demás.

 Todo es en definitiva experiencia, prueba, acción encajada en la existencia terrenal que vivimos con consecuencias para nosotros y para los que nos rodean. De cualquier forma, una especie de juego en el que cada uno somos una pieza clave jugando un papel.

Saber que hay otra historia más allá del juego que vivimos, que lo importante es invisible a los ojos, como no sea a los del alma y ésta no enjuicia, no condena solamente deja ser.

Si para meditar necesitamos un momento en soledad no pretendamos “no pensar” porque entonces los pensamientos aflorarán aún con mayor fuerza. 

Cambiemos el curso de lo que aparece en nuestra mente y de forma tranquila y flexible digámonos: “soy un ser de luz”, “soy bondadoso”, “soy paz”,” todo está bien”, “todo es lo que debe ser”.

Esta meditación es posible por su sencillez. Todos podemos meditar.

 Así, simplemente evitando juicios, tomando distancia y repitiéndonos palabras amables llenas de fuerza que nos llenarán de una energía dulce cargada de serenidad.