Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 28 de diciembre de 2019

SE ACABA OTRO AÑO...



Inevitablemente sentimos alguna nostalgia al terminar el año. Posiblemente haya sido un año lleno de sorpresas o tal vez, un año plagado de desencuentros o fatalidades o quizás un año donde algo sorprendente y definitivo se haya instalado en tu vida.


Tenemos un escudo efectivo, una herramienta que no falla cuando nos ponemos a valorar lo que ha sido el 2019 y es pensar que todo pasa por y para algo. Que realmente, estamos en el lugar y el momento que debemos estar y que si algo bueno nos espera lo hará sin cambiar su rumbo porque es para nosotros.

Estamos frente a una filosofía de lo positivo que nos ayuda sin duda; si no lo hiciese esta corriente de autoconfianza en uno mismo lo haría nuestro cerebro por nosotros y es que éste siempre quiere ayudarnos.

Ante una situación difícil nos ayuda  adaptarnos, ante una desgracia nos ayuda a adormecer el dolor o mitigarlo enfocándonos en otras perspectivas; ante una gran felicidad nos coloca ante lo mejor de lo que esperábamos. La vida, de alguna forma nos da la mano aunque parezca que nos empuja, en otras ocasiones.

Mi número favorito es el 9 y lo es porque con él me han sucedido muchas cosas; buenas y malas o siempre buenas, según se mire porque lo que en ocasiones parece que está en nuestra contra a la larga se convierte en nuevos caminos que nos llevan a sitios mejores.

Este año también ha marcado mi vida. Uno más, sin duda, porque no sabemos en qué momento llegan los cambios, ni cómo esas diferencias incidirán en nuestra vida.

Solo queda aprender. De lo que agrada, de lo que duele, de lo que amarga, de lo que chilla, de lo que enfada, de lo que entristece, de lo que enloquece, del todo y de la nada. De la algarabía y del silencio. De las chispas y los colores, de la oscuridad.

Un tiempo, que decidimos como un año, va quedando atrás. Otro nuevo se abre ante nosotros como nuevas oportunidades de mejora en las que, sin duda, no hay nada mejor que recuperarnos a nosotros mismos con el mayor amor posible.

Una meta atemporal a la que tod@s deberíamos aspirar.

Por un año lleno de confianza, poder y seguridad en uno mismos. 

Serenidad y templanza.

 Altitud de miras y ausencia de miedos.

lunes, 23 de diciembre de 2019

LAS FORMAS DE LA NAVIDAD



La Navidad es un tiempo de todos, pero no para todos igual. 




Están quienes viven la alegría de la demasía; los que aprovechan para hacer lo que casi nunca hacen; los que viven emociones y encuentros tardíos; quienes sufren por ausencias; por hambre, de comida o de amor; los que viven en una burbuja de cava por unos días y los que apenas tienen nada, ni en estas fechas ni nunca; los que están sufriendo en su cuerpo la huella de la enfermedad; los que están lejos de sus hogares, los que han perdido algo o todo; los que no saben a dónde acudir para remediar sus penas y aquellos a los que les sobra todo aquello que resta.

La Navidad tiene nombre de sonrisas y lágrimas. De luces y sombras. De amor y desamor. De ilusiones y decepciones. De fantasía y realidad. De sueños y pesadillas. De dulces y amargos. De azúcar y sal.

La Navidad es un lecho, para muchos, en el que querrían dormir hasta el día 7 de enero o un enorme castillo de naipes en el que celebrar continuamente que se celebra.

En todo caso, es un tiempo diferente con muchas formas; tantas como posibilidades hay en el corazón ante las realidad cruda o fantástica que se viva. Por ello, posiblemente nos sirva para encontrar, entre tanto afán por ser felices, un destello de intimidad donde recogidos en lo más profundo pidamos que el año que se acerca sea generoso con todo lo que cada uno necesite.

El resto queda de nuestra cuenta, sea Navidad o no.

domingo, 22 de diciembre de 2019

CUANDO TODO APRIETA

Cuando las cosas aprietan, 

no son de tu talla.

Si el amor duele, no es amor.

Si la amistad obliga, no es amistad.
 
Si la familia somete, no es familia.

Si dónde estás te atan, no es tu lugar.



Si el sol no luce, no es el sol.

Si hay nubes en tu camino,

 hay más tras ellas.

Si sobresaltan tu sueño, 

no es sueño; es pesadilla.

Si la música te disuena, 

no es melodía, sino ruido.

Si cuando dices “no” 

te obligan al “si”; es violación.

Si tu alma te grita y tú no escuchas;

 no es su culpa, es la tuya.

Si cuando quieren ayudarte,

 rechazas la ayuda

La queja te convierte 

en un despreciable desagradecido.

Si el mundo te da señales

Y tú miras a otro lado

Estás condenado a la amargura

Sin razón ni sin sentido.

Cuando todo te aprieta,

Grita y abre tu corazón herido

Cuando te sanan,

Sana contigo.



jueves, 19 de diciembre de 2019

DEJA TUS PREOCUPACIONES



Me acerco a ti con una reflexión para hoy sobre las preocupaciones que nos paralizan.
 Sé un espejo para ti mism@, actúa como lo hace la imagen purísima reflejada en él. No dejes nada por terminado, sin terminar. No avances más allá de la realidad, ni construyas fantasmas diabólicos que te devoren sin llegar nunca a pasar.
Se tú en tu más pura forma.
Deja que tu corazón se mire en el espejo.
Sé uno con él.
Lo que tenga que ser, será.



 

“Deja tus preocupaciones
y ten un corazón completamente limpio,
como la superficie de un espejo
que no contiene imágenes.
Si quieres un espejo claro,
contémplate
y mira la verdad sin vergüenza,
reflejada por el espejo.
Si se puede pulir metal
hasta asemejarlo a un espejo,
¿qué pulido podría necesitar
el espejo del corazón?
entre el espejo y el corazón
ésta es la única diferencia:
el corazón oculta secretos,
pero el espejo no.
(RUMY)

The Divani Shamsi Tabriz, XIII


lunes, 16 de diciembre de 2019

¿NOS GUSTAN LAS NAVIDADES?



Posiblemente no lo sepamos.

 Nos gustan si estamos felices, no si se nos impone la felicidad;
Nos gustan si nos recuerdan a la niñez y la calidez del hogar; No si estamos en una casa llena de amarguras o sin ningún techo.






Nos gustan si el dulce olor a mazapán nos lleva a las risas que hemos compartido y guardado en nuestra retina; no si estamos obligados a comer junto a quienes no nos une el amor.

Nos gustan cuando evocamos a los que se han ido pero se hacen presentes en nuestro corazón con nuestro sentido silencio; no si estamos llorando por quienes se acaban de marchar o se ha alejado con desprecio.

Nos gustan si son la forma más bella de expresar que hay esperanza para quienes ahora mismo no ven colores brillantes delante de sí, ni vislumbran luces ni destellos, ni creen en un presente continuo en el que, sin duda, todo cambiará.

La vida nunca se detiene. 

Tú tampoco lo harás.