Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 19 de junio de 2017

ESCUCHA A TU CUERPO



El otro día, en una conversación, alguien dijo esta frase:…”escucha a tu cuerpo”. 


Me dejó pensativa.


Efectivamente pasamos muy rápido por las horas, los días, las estaciones…los años. Y siempre vamos con prisa. Atendemos a una infinidad de reclamos, pretendemos abarcarlo todo, no faltar en nada y si de algo nos pasamos que sea de sobrar.


El cuerpo se resiente, somatiza y nos da señales, que en muchas ocasiones, no hacemos caso. 

Nos duele la cabeza, el estómago, nos sentimos cansados…pero eso siempre pasa a un segundo plano. Tenemos mucho que hacer, mucho que trabajar, muchas cosas que resolver.
 Nosotros somos siempre lo último.


Nos han enseñado a estar disponibles, a ayudar, a remontar nuestras fuerzas y a soportar mucho y más. 


No estamos atentos a lo que el cuerpo nos quiere decir. No escuchamos sus mensajes. No hacemos caso a sus llamadas.
Un día tras otro esto se repite. 


Tenemos que parar un rato al día. Lograr un momento silencioso para nosotros. Escuchar al cuerpo. Repasar tramo a tramo desde la cabeza a los pies. 


¿Dónde se esconde el malestar?¿dónde el dolor?¿en qué parte se focaliza la ansiedad?...¿qué nos está diciendo estos síntomas?
Es difícil escuchar. No estamos acostumbrados a ello y menos al cuerpo que parece que siempre está ahí, dispuesto a resistir sin rechistar, pero debemos hacerlo.


La enfermedad es la respuesta que él nos dará si no le hacemos caso. A veces nos sirve para parar, otras nos frena en seco.
Merece la pena escucharle, incluso mantener un diálogo interno con él. Merece la pena parar un rato y observar lo que le sucede. Merece la pena poner remedio a la prisa. Reconocer, en definitiva, los límites que tiene y ayudarle a mantener el nivel de equilibrio que siempre estará a nuestro favor.


Las emociones pasan factura, se somatizan y deciden el rumbo de nuestra vida.

Escucha a tu cuerpo, desde una mente serena.

domingo, 18 de junio de 2017

UN CIELO SIN NUBES



En este domingo despejado, lleno de sol; súbito e impermanente os dejo esta reflexión en la que se aspira a relentizar la mente.

Nuestro cerebro no deja de parlotear con nosotros. Los diálogos con nosotros mismos podrían ser el guión de una película, a veces de terror.

Dispongámonos a estar un ratito, serenos.

Sigamos esta breve meditación.

¡ Feliz día ¡
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Si meditas en un cielo despejado, sin nubes, sentirás súbitamente que la mente está despareciendo, que la mente se desvanece. Habrá espacios. Te darás cuenta súbitamente que es como si el firmamento azul también hubiera entrado dentro de ti. Habrá intervalos. 


Por algún tiempo, los pensamientos se detendrán, como si el tráfico hubiera cesado y no hubiera ninguno moviéndose. Al comienzo esto sucederá solo por momentos, pero incluso esos momentos son transformadores. Poco a poco, la mente se ralentizará, y aparecerán espacios más amplios. No habrá pensamientos por varios minutos, no habrá nubes. 

Meditar sobre el firmamento es hermoso. Tiéndete para que olvides la tierra. Tiéndete simplemente sobre la espalda en cualquier playa solitaria, sobre cualquier suelo y mira simplemente el firmamento, pero si es un firmamento despejado, sin nubes, interminable, ayudará. Y sólo al mirar, al fijar la vista en el firmamento, siente su claridad, la ausencia de nubes, la expansión sin límites y luego entra en esa claridad, hazte uno con ella. Siente como si te hubieras convertido en el firmamento, en el espacio. 


Pero, ¿si no es verano que harás? Si el firmamento está nublado, nada claro, cierra los ojos y entra simplemente en el firmamento interior. Cierra los ojos simplemente y si ves algunos pensamientos, míralos simplemente como si fueran nubes flotando en el firmamento. Permanece atento al trasfondo, al firmamento y sé indiferente a los pensamientos. 


Estamos muy ocupados con los pensamientos y nunca conscientes de los espacios. Un pensamiento pasa y, antes de que llegue otro hay un espacio; en ese espacio está el firmamento. Entonces, cuando no hay pensamientos, ¿qué hay allí? El vacío está allí. Por tanto, si el firmamento está nublado - no es tiempo de verano y el firmamento no está claro- cierra los ojos, enfoca tu mente en el trasfondo, en el firmamento interior donde los pensamientos van y vienen. No pongas mucha atención a los pensamientos; pon atención al espacio por el que se mueven. Entonces el firmamento de verano se produce interiormente.