Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 22 de junio de 2013

LA EMOCIÓN ES UNA VIBRACIÓN FÍSICA





            Acabo de leer esta información que me dispongo a compartir con vosotros por lo interesante de su contenido. Muchos, creo que ya hemos tenido la absoluta certeza de que lo que descubre esta doctora se produce realmente así.
            Reconocer que la emoción es un estado que tiene entidad física y que interfiere en el proceso corporal en su globalidad es muy importante.
Nada hay más sencillo de demostrar la incidencia de una emoción en lo somático. Cuántas veces transformamos una preocupación en fuerte dolor de cabeza o de estómago. En cuántas ocasiones la tensión muscular de nuestros hombros y espalda solamente transfiere la agonía de problemas en los que se debate el corazón…y así podríamos ir relatando la interconexión del cuerpo, la mente y el espíritu.

Uno puede también comprobar la fuerza y el poder que las emociones y las intenciones tienen en los demás como proyección real de lo que se siente o desea, en un campo magnético donde se lanza energía y es recibida.
Creamos a nuestro alrededor un campo electromagnético poderosísimo. Hagamos una prueba. La próxima vez que estemos esperando en una cola larga de gente, elijamos la nuca de una persona para enfocarnos en ella para darle un mensaje: que vuelva su cabeza hacia nosotros. La mayoría de las ocasiones la respuesta nos e hace esperar y pronto nos estaremos encontrando con los ojos de la persona directamente enfocados a los nuestros.
La emoción, la intención y el propósito tienen fuerza real, entidad física y proyección somática.

Veamos:


La Doctora Candice Pert, Ph.D es una farmacéutica reconocida mundialmente. Ha publicado más de 250 artículos sobre los péptidos, los receptores y la conducta de estos neuropétidos en el sistema inmune. Se licenció con un doctorado en farmacología de la facultad de Medicina del John Hopkins University.

Incluso antes de ser la responsable del departamento de la bioquímica cerebral del Nacional Institute of Health, Candice Pert hizo un descubrimiento que cambió la forma en que los científicos entienden la conexión mente-cuerpo. Encontró el receptor opiáceo; el mecanismo a través del cual una clase de químicos (los péptidos) alteran la mente y el cuerpo. Su investigación le llevó a la comprensión de cómo funcionan las emociones como sistemas regulatorios en el cuerpo.

El trabajo de Pert ha ayudado a cambiar el paradigma de “emociones como neurociencia” a “emociones como biología”. En su libro –Todo lo que Necesitas Saber para Sentirte Bien- ella lleva la ciencia del sentir un paso mas allá y presenta el concepto de “emociones como física”.

Las emociones, aclara Pert, no son simplemente químicas en el cerebro. Son señales electromagnéticas que afectan a la química y a la electricidad de cada célula del cuerpo. El estado eléctrico del cuerpo está modulado por las emociones cambiando el mundo desde dentro del cuerpo.

 Pert descubre que los estados emocionales afectan al mundo fuera del cuerpo. “No somos simples pedazos de carneEstamos vibrando como un tenedor bailante, y mandamos vibraciones a la gente todo el tiempo. Emitimos y recibimos. Entonces las emociones orquestan las interacciones entre nuestros órganos y sistemas para controlar eso.”

            Tal cual explica Pert en su libro anterior, “Moléculas de Emoción”, los neurotransmisores, llamados péptidos, cargan mensajes emocionales. “Tal como nuestras emociones cambian, la mezcla de péptidos, viajan a través de tu cuerpo y tu mente. Y literalmente cambian la química de cada célula en tu cuerpo.”

 “ Los neurotransmisores son químicos, pero tienen carga eléctrica. Las señales eléctricas de nuestra mente y cuerpo afectan la forma de cómo se comportan e interactúan las células y las funciones que realizan. Tienes receptores en cada célula del cuerpo. Son de hecho como mini bombas eléctricas. Cuando el receptor se activa por una “molécula de emoción”, el receptor pasa una carga a la célula cambiando la frecuencia eléctrica y química de la célula.

Pert dice que tal como nuestras células individuales llevan una carga eléctrica, así también en cuerpo entero como organismo. Como un campo generando electromagnetismo, Pert asegura que la gente tiene una carga positiva en su cabeza y una negativa debajo. “Y así, de hecho nos mandamos varias señales eléctricas o vibraciones.”

“Los mensajes electroquimicos se pasan de una célula a otra. Señales semejantes se pasan al resto del cuerpo. Y cada una está cargada con “sitios recpetores”, una clase de buzón de correos para estos mensajeros electromagnéticos.”

“Todos estamos familiarizados con un tipo de vibración: cuando hablamos mandamos un tipo de vibración a través del aire que alguien percibe como sonido. Y tal como explico en el libro, también mandamos todo tipo de vibraciones. Es una ley básica de la Física que cuando estás cerca de una fuente de energía, tiene un efecto más grande y disminuye conforme te alejas. Pero cuando estás lejos no hay efecto.”



viernes, 21 de junio de 2013

CUANDO EL SOL BRILLA Y DENTRO LLUEVE




         Muchas veces el sol brilla fuera y hasta nos da rabia que así sea. Uno quiere verse acompañado en su estado de ánimo por el clima exterior. En ocasiones, no anima que todo sea cálido mientras nosotros sentimos frío porque esa calidez parece que incluso incrementa lo que quema por dentro.
         También, a veces, parece que todo nos molesta. Los comentarios de los demás, los estados de felicidad cuando no son nuestros, las risas abiertas en labios de otros, la ilusión que se proyecta como metas ajenas…y un sinfín de bondades que parecen lo contrario cuando a nosotros nos han abandonado.
         Lo peor de todo es que esto suceda sin motivo aparente. Entonces debemos pensar qué va mal, qué nos sucede y si de verdad, aunque no sea manifiesto, no hay un motivo o varios para encontrarnos así.
         Nada pasa porque sí, ni siquiera nuestro mal estado de ánimo. Todo tiene una razón y darnos espacio y tiempo para encontrarla he de ser nuestro objetivo porque si nosotros estamos mal todo alrededor lo estará.
         Hay momentos que deben ser de espera. Estamos acostumbrado a la prisa, a que siempre sucedan cosas, a empeñarnos con esfuerzo en metas y objetivos que nos sobrepasan, a querer llegar y no poder, a intentar ser siempre los mejores, a tener la cota de estima alta y mostrarnos maravillosos para resto…a tirar del carro de los otros que están cerca, a darlo todo incluso dejándonos de lado. Y eso tiene un precio. Un alto coste que comienza por el desfondamiento propio.
         Cuidamos de todo y a todos, pero ¿quién nos cuida a nosotros?.
         Hay ocasiones en las que simplemente uno tiene ganas de ser buscado, de que sobre él caigan caricias no pedidas, halagos espontáneos injustificados, atenciones sencillas en la que se nos demuestre que importamos, que nos cuidan y que están pendientes de nuestra felicidad como nosotros nos esforzamos por hacer felices a los demás.
         Hay momentos en los que uno quiere sentirse importante para otros porque aunque se sepa de antemano que es así, nunca se sabe del todo hasta que no volvemos a escucharlo de los labios de quien importa.
         Cuando el sol brilla, anuncia de cualquier forma…que aunque haya tinieblas en el interior, sus rayos están dispuestos a inundar todo de luz. Abramos puertas y ventanas, dejemos pasar  el calor y el brillo de éstos…algo nos aliviará hasta que encontremos el primer rescoldo del fuego que vuelva a encender nuestro entusiasmo.

miércoles, 19 de junio de 2013

CARLO MAGNO, ANTES DE MORIR...





“Antes de morir Carlo Magno dijo – cuando me lleven a enterrar que vayan los sacerdotes delante para que todos sepan que ni Dios pudo salvarme de la muerte; que vayan tirando monedas de oro y joyas, para que sepan que no me llevé mis riquezas; que mis manos cuelguen del ataúd, para que todos vean que me voy con las manos vacías… ¿qué me llevo entonces? Ni conquista, ni gloria, ni riqueza, sólo mis historias…”
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Me gustaría plantearos, después de la lectura reflexión sobre esta frase, unas cuestiones que os agradecería que me ayudaseis a resolver.
Os pido, si os es posible, que participéis aunque sea solamente con una breve opinión al respecto, sobre alguna de las cuestiones que planteo.
Puede resultar muy interesante todo lo que aportéis. Seguramente mucho más que si soy yo la que argumento sobre lo que me provoca esta lectura.

Mi gratitud anticipada.



1)              ¿Lo efímero de la vida nos obliga a hacer realidad la expresión “ Carpe diem”_ “vive el ahora”?

2)            Si todo cambia…¿valdrán siempre los mismos valores??


3)            ¿Acaso lo que era válido hace siglos lo es hoy? ¿Es por eso la moral y la ética algo variable?¿Hay modas con respecto a ellas?.

4)            ¿Hay personas que usan la “doble moral?


5)            ¿Hay normas que valen siempre?¿Cuáles?

6)            ¿Nos iguala a todos esta reflexión de Carlo Magno en la hora de la muerte? Y si es así, de qué vale creerse por encima de los demás?

7)              ¿  Qué actitudes, cualidades o valores destacarías en una persona para realmente considerarla más que el resto o con cierta autoridad sobre los demás.?


martes, 18 de junio de 2013

EL RESULTADO FINAL




         A  medida que pasa el tiempo te vas dando cuenta de lo importante que es ser siempre consciente de cada momento que pasas en la vida. Cuando los tiempos son favorables y somos felices, habría que llenar una cesta invisible dentro del corazón para tener reserva en los difíciles.
         Nada me parece más absurdo que pensar en lo felices que hemos sido cuando ya pasó y sobre todo en valorar cada instante de gozo cuando ya no está. Posiblemente, si pudiésemos absorber por cada poro de la piel la dicha cuando nos envuelve, actuásemos de otro modo y podríamos poner en paz el alma en los momentos de sequía.
         Siempre pienso cómo debe sentirse uno al final de la vida. De qué forma encararemos la despedida y si importa o no, lo que hayamos hecho por ella durante la experiencia que aquí tenemos. También llego  a la conclusión de que una vida gozada intensamente debe ser un buen bagaje final. Y cuando aludo al goce me refiero también a haber sabido encajar las desgracias, a habernos enfrentado con resolución a los problemas, a haber ayudado a otros, a haber obrado de corazón y sin dobleces, a pensar como uno siente y a tener la coherencia necesaria como para haber sembrado a nuestro paso el suficiente y necesario amor entre los que nos conocieron.
         Es difícil no dejar espinas en el camino pero incluso éstas hacen más bellas las rosas. No quiero perderme nada de la existencia que me quede y deseo que esas vivencias sean tan intensas que logren conmoverme siempre. También me gustaría poder aplicar con sensatez y con todo el corazón lo que voy aprendiendo, lo que los demás han ido dejando de riqueza en mí, lo que he descubierto con dolor o lo que me ha transformado a través de la pasión y el entusiasmo.
         Al final de todo, me gustaría que solo quedase lo que he sido en materia de amor. Lo que he amado, lo que en mi interior ha cambiado con lo que me amaron, lo que estoy dispuesta a regalar del amor que me quede y aún el último suspiro, seguir rezumando amor  por todo mi ser.
         A eso vinimos. Por eso nos vamos. Para amar y seguir amando.