Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 10 de abril de 2021

EN EL CORAZÓN DE LAS PALABRAS

 

EL JARDÍN DE LA OTRA PUERTA

 


 

 

Puertas abres para

que pase la  vida,

cerrando la tuya

en tu nueva era.

Se acaba aquí y allí comienza

El adiós y el hola

¡! Cómo me cuesta, todavía ¡!

No te vas, no la llevas

Que aquí, conmigo, queda.

Y vuelves siempre,

siempre vuelves

A por ella

Y me agarro fuerte

Al nudo que atas en mi cabeza.

Abro ventanas, cierro puertas.

Grito  en la nada

Para que vuelvas!

Pero tú, esperas,

Callada, quieta,

Sin hacer ruido

Para no ser descubierta.

Y nadie quiere verte

Pero siempre llamas

Y aciertas.

Nadie quiere oírte

Y sin embargo, suenas;

Nadie olerte y tú

En tu aroma,  te empeñas.

Nadie mirarte quiere

Y sin embargo, ciegas.

Hacen como que no hubiese sucedido.

Y tu suceder, lo niega.

Solo yo me encuentro contigo,

A dónde digas,

Dónde tú quieras.

Qué allí floreces

Que no estás yerta.

Que yo lo sé

Qué aquí dentro, suenas.

 

Poemario: “Heredera de ti”

 

 

miércoles, 7 de abril de 2021

LO QUE IMAGINAS

 

Lo que imaginas casi nunca tiene relación con la realidad que sucede en la anticipación del futuro.

Nosotros, como seres humanos, tenemos la facultad de imaginar, de adelantarnos a los acontecimientos, de ir en busca del cajón de la experiencia y creer que todo seguirá el mismo guión.

Hay algo novedoso en el hecho de que imaginar se construye con los mismos patrones que recordar, según el profesor de psicología de la universidad de Harvard, Daniel Schacter.

Efectivamente, anticipamos el futuro apoyados en la información guardada en la memoria, que navega en ella, como recuerdos del pasado. En ello, cae con frecuencia en errores inevitables por considerar como seguro, por lo que ya pasó, lo que ha de venir.


 

Esta facultad está relacionada con la supervivencia y la capacidad de adaptación. Es mejor pensar en un futuro de algún “modo” conocido que sentirnos al descubierto y sin la protección de algo conocido con aquello que vendrá.

Sin embargo, la vida no es lineal, ni sigue procesos idénticos ni aún con iguales circunstancias. El ser humano es único e impredecible y dentro de su especie, cada miembro es imposible de igualar. Por eso, el pasado no puede ser modelo para el futuro si no queremos correr el riesgo de confundirnos.

No esperes que esa persona que has conocido se comporte igual que otra que conociste, ni aunque sea del mismo perfil. No creas que las cosas irán igual que ayer aunque hoy parezca el mismo día repetido. Ni pienses que tú mismo/a serás igual siquiera que la persona que eras hace tan sólo un par de meses.

Crees que no cambias y todo cambia en ti. Tus células se han renovado muchas veces a lo largo de tu vida. Tu forma de pensar y de sentir también es otra, aunque no te lo parezca. Cada circunstancia, cada elección, cada toma de decisiones ha imprimido en ti una marca especial y te va configurando distinto.

Lo que imaginas dirígelo hacia todo lo mejor, en cualquier caso. Nunca te apoyes en los recuerdos para creer que el futuro será lo mismo. Nunca, si lo que llena tu mente son nubes negras que lo empañan todo.

Elige, siempre, imaginar lo que te haga más feliz  y, con ello, también lograrás dar unas pinceladas dulces a tu vida presente.

lunes, 5 de abril de 2021

EL DÍA DESPUÉS

 

El día después es siempre diferente. Es el día más ansiado o más temido, pero nunca nos dejará indiferentes.

A veces, llenos de temor por lo que pasará a partir de entonces; otras, aliviados por lo que ya pasó. En cualquier caso, no seremos los mismos porque nos tendremos que enfrentar a situaciones deseadas o temidas.

El día después marca un límite. Una frontera que hay que cruzar o para salvarnos o para condenarnos. Una especie de pared a cuyo otro lado vive el descontento o la felicidad.


 

Hay días después que nada tienen que ver con lo que esperamos, ni con lo que hemos planeado o tan siquiera con el estigma que viene marcado por la cualidad de la vivencia. Entonces, en ese caso nuestro mundo se descoloca y comenzamos a desplegar nuestra creatividad para afrontar lo inesperado.

En la vida hay momentos importantes y otros trascendentales. Hay ocasiones imposibles y otras que mejor que no hubiesen sucedido. Y lo mejor es que la vida de todos se parece bastante a pesar de las diferencias que creamos tener con el vecino.

A todos nos asusta básicamente lo mismo. Ser rechazados, ignorados o criticados. La falta de control básico, el desamor que prometía lo contrario a perpetuidad, la enfermedad dolorosa, la muerte indigna, la deslealtad y la infidelidad, siempre deliberada y elegida.

Nuestras vidas pueden diferenciarse en cualidades que parecieran que aportan felicidad pero que en realidad no siempre es así.

El día después, a veces, muchas de ellas, se teme aunque presagiemos una felicidad expresa. Porque en realidad, lo que tememos es a nosotros mismos viéndonos ante la desgracia o ante la prosperidad. Avatares ambos extremos y por tanto desconcertantes.

Todos somos distintos; todos muy parecidos, sin embargo.

Nunca nada pasa igual a lo que  imaginamos ese día tan especial que va tras cualquier acontecimiento que nos estremezca.

Posiblemente, lo mejor es no tener demasiadas expectativas cuando le prevemos feliz; ni excesivo temor cuando lo predecimos fatal.

La vida siempre nos sorprende.