Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


sábado, 6 de noviembre de 2021

EN EL CORAZÓN DE LAS PALABRAS

 

EL VALOR DE LO PERDIDO

En el alto cerro del amargo recuerdo,

revolotean maltrechos los cuervos,

animados por el ala rota del olvido

Y juegan ávidos a esconderse,

Para ver quién gana la presa fresca

Atrapada en el indolente quejido.

Picotean, nimios, la rebosante ansia

De la boca nueva que reclama abierta,

La lengua de fuego del tiempo perdido.


 

Y acuden todos a la misma carne,

Putrefacta y deshecha,

en la masa etérea de mis gemidos.

Y beben mis lágrimas como si libasen

 el sagrado néctar de lo prohibido.

Entre tinieblas se divisan, los restos,

Sin aliento, del alma rota,

Abandonada, silenciosa y yerta,

Desnuda de la seda fina,

De la que estaba hecho su tejido.

Recoger quisiera en una caja,

De satén y perlas con brillo,

Lo que queda de aquella niña

Inocente y dulce, confiada en todo

Con la venda de la justicia

Ceñida a su corazón dormido.

Y saber, por siempre,

fuera ya del sepulcro blanqueado,

Que mucho ha sido el dolor

Y poco lo perdido.

 

 

martes, 2 de noviembre de 2021

CONSTRUIR NUESTRO PRESENTE

 

Todos transitamos las tres categorías temporales: pasado-presente-futuro, pero, a veces, no las habitamos como deberíamos hacerlo.

Hay un pasado, que pasó, que sucedió, que terminó. Es conocido, es nuestra historia. Hay un presente, donde podemos elegir, en el cual, cada segundo, minuto y hora son un regalo (de ahí su nombre “presente”) y un futuro que desconocemos pero cuyas bases, en gran medida, están en las elecciones del este momento que vivimos.

Cómo encajar estos tres momentos con serenidad en un mundo complejo e incierto. ¿Dónde encontramos los elementos o las herramientas para conseguirlo?. Nos toca ir dentro porque fuera existe un cúmulo de situaciones cambiantes, confusas y desequilibrantes. Fuera todo se mueve.


 

Si damos vida al pasado, si traemos lo que nos dijeron, lo que hice, lo que fui…lo mantenemos en nuestro presente y se instala en él aún con más fuerza; lo estamos dando vida e incluso más que la que tuvo. Vamos añadiendo y añadiendo angustia a lo que sucedió que ya no está. Pero la vida, cada día nos trae un regalo, un nuevo día, un regalo limpio con amor para que elijas cómo ser y qué hacer. La vida no culpa, no recrimina, sino que renace continuamente. ¿Hemos aprendido de la vida?.

Debemos vivir cada instante presente como la oportunidad de regalarnos una nueva forma de ser y hacer, una oportunidad de regalarnos a los demás con nuevas actitudes, nuevas sonrisas, palabras amables, sentimientos positivos, nuevos deseos. ¡Qué sale de mi boca, qué sale de mi mente, qué sale de mi corazón!.

Si queremos vivir con serenidad, hay que eludir las energías de quejas, de frustración, de culpa, de resentimientos o cotilleos porque esas energías pasan primero por nosotros antes de llegar a los demás. Nos envenenamos y radicalizamos el ambiente. Esto no puede ser parte del presente.

Necesitamos construir el presente. Elegir dónde quiero estar y qué quiero dar de mí. Sin duda, revertirá de la misma forma.

Los tesoros espirituales activan una energía de abundancia. Nunca merman; siempre se multiplican exponencialmente.

Probémoslo. No hay nada que perder, solo ganar la propia serenidad y la del entrono en el que influimos.

 

 

 

domingo, 31 de octubre de 2021

EN EL CORAZÓN DE LAS PALABRAS

 

MECE MI ALMA

Enredada en las redes del tiempo,

Olvidada de los hados lisonjeros,

Entregada al fuego denso del pensamiento

Amada por las hojas secas que van cayendo.

 

En tu risa fresca, marcho y llego,

En tu casa abierta, entro y cierro,

En tu corazón en ascuas ardiendo,

Me cobijo en lo tierno y en lo lento.


 

 

Y pasan días y semanas,

Años, con sus lluvias, completos,

Y pasa la vida que amarga,

Dando saltos del dolor al contento.

 

Y siempre estás cuando no tengo,

Y tu voz dulce me recuerda lo verdadero,

desde la distancia de un sol  ciego,

desde la presencia amable del amigo cierto.

 

 

En la noche fría te acaricio y siento,

Como la mano madre

 que me arropa meciendo

el miedo en lo oscuro, temiendo.

 

Cántame una nana

Despacito y al oído diciendo,

Duérmete mariposa sin alas

Que mis brazos, serán tu vuelo.