PERLAS DE LUZ ANTE LO QUE TE INCOMODA

              Todas las experiencias enseñan. Es el gran legado de la vida a todas las generaciones. Lo que no quieres o logras aprender estás condenado a repetirlo para demostrar tu avance en el proceso de tu mejora.

         Cada situación te muestra un camino. De tu elección depende lo que después suceda. Ante cada situación de desagrado podemos aplicar estas actitudes:

 

Ante lo que te molesta………………….. PACIENCIA

 

Ante aquel que te abandona………….  SER FUERTE

 

Ante aquello que te enfada………….  PERDÓN Y COMPASIÓN

 

Ante todo lo que te resta poder……. VALENTÍA

 

Ante todo lo que odias………………… AMOR INCONDICIONAL

 

Ante todo lo que temes………………CORAJE Y FUERZA

 

Ante todo lo que no

Puedes controlar ……………..  DEJAR IR

 

 

Puede convertirse en un reto tratar de cambiar tu pensamiento ante lo que te incomoda, e incluso suponer una victoria cada logro que tengas en ese proceso. Poco a poco, en lo sencillo, en lo nimio, en aquello que apenas tenga importancia…comienza a aplicar los criterios anteriormente expuestos y verás como el mundo, tu mundo, comienza a cambiar.

 

 

 

EL SENTIDO DE LA VIDA

 Cuando algo nos sacude uno vuelve la mirada a la cuestión, siempre presente, de qué sentido tiene la vida.

 

         El sentido de la vida es perpetuarse. Aunque suceda el mayor desastre nada impide que siga.

              La vida es un inefable. El mayor de los misterios y la madre de todo. No se puede definir, hay que ir buscando, poco a poco, ese sentido en todas y cada una de las experiencias que tenemos.

 

         Nadie avanza sin estímulos si no se le impulsa. La vida no la poseemos, ella nos contiene.

 

         El sentido de la vida viene definido, de alguna manera, por la búsqueda de la felicidad. Ningún padre ni ninguna madre puede querer un hijo triste, ni traerlos a un lugar donde no exista, por alguna parte, la felicidad. La vida es una oportunidad de “gozo”, desaprovechada o no pero de gozo.

 

         El sufrimiento sucede, como suceden las tormentas; tal vez tenga una causa secreta que puede ser el crecimiento. El sufrimiento ayuda a crecer como el alimento también lo hace; pero tiene que ser bien digerido porque cuando no se digiere se enquista, se transforma en re-sentimiento y entonces nos deteriora y enferma, física o psíquicamente.

         Con el corazón y el alma sucede, cuando la gente no quiere sufrir, como con los estómagos de la gente que no come; se van reduciendo, achicando cada vez más hasta que dejan de sentir.

 

         Si de laguna forma creemos en “algo” después de cruzar la línea de la vida, ésta no tiene precio, sino solo un valor inmenso. Si sirve para instalarnos “ mejor” en la “otra”, el valor de esta vida es absolutamente maravilloso porque con esta, entonces, ganamos la eternidad.

 

(Reflexiones basadas en la entrevista de Jesús Quintero a Antonio Gala- Canal Sur 1991)