Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 21 de abril de 2024

DOMINGOS LITERARIOS

 ANTERIORMENTE:

 

 

Sin más dilación, tomé la pequeña cajita en mis manos y la abrí lentamente. Un grito ahogado se escapó de mi garganta; aquel trozo de pelo era sin duda de ella…

 

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Con la caja en la mano y aquel pelo macilento cayendo flácido, me senté despacio en aquella silla que siempre me había correspondido como mi lugar en la mesa.

 

 Estaba allí, desencajada por los acontecimientos, sola con mi hermano muerto y unos cuantos objetos que presagiaban un desenlace fatal.




 

De pronto, el teléfono móvil de mi hermano comenzó a sonar de forma lejana y opaca. 

Me acerqué nuevamente a su cuerpo y comprobé que el sonido salía de uno de los bolsillos de su chaqueta. No tenía otra opción que ver quién era. Metí la temblorosa mano dentro de ella y  cogí aquel antiguo teléfono que mi hermano nunca quiso cambiar.

 

Mi sorpresa fue en aumento cuando vi el nombre en la pantalla:  Noreta.

 

No sabía que a hacer, estaba a punto de volverme loca. El teléfono no paraba de sonar mientras veía la mesa del salón reclamándome para completar la explicación que muy pronto tendría sin pedirla.

 

Cuando estaba decidida a apretar el botón verde, para descolgar la llamada, ésta finalizó.

No podía dejar pasar aquella ocasión. Sin dilación le devolví la llamada fallida y esperé con ansiedad y terror la voz que pudiese contestarme.

 

.- ¡Mario!, ¿Dónde estás?...hace más de dos horas que te espero.- Ella había propiciado, con aquellas palabras, el inicio de la historia transgresora de mí familia que yo ignoraba desde siempre.

.- Perdone, Mario no está. ¿Puedo ayudarle en algo?.-respondí torpemente sin saber casi qué decir.

.-¿Mario no está y tiene usted su teléfono?. ¿Quién es usted?. Mario nunca dejaría que nadie contestase por él. ¿Qué está pasando?...-rápidamente me apresuré a darle una disculpa que aún fue más estúpida e inconsistente.- Soy la asistenta. El señor ha bajado a la cochera y se ha olvidado su teléfono.- Inmediatamente me percaté de que hacía mucho que no veía a mi hermano y de que estaba muy lejos de saber cómo era su vida y quién estaba en ella.

 

.- ¿Pero qué dice?. Mario no tiene asistenta. Voy a llamar a la policía…- Comprendí que debía decirle algo que le hiciese desistir de su intención o todo podría complicarse demasiado…