Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 14 de febrero de 2019

HABLANDO DE AMOR



No me gustan especialmente los “día de”… como a tantos que dicen no gustarles. Matizo, sin embargo y digo que no “especialmente” pero ello lleva implícito una especie de añoranza por ellos.

Es cierto que si debe existir un día “de algo” es porque ese algo no es reconocido abiertamente por todos y de alguna manera hay que homenajearlo. El “día de” es algo semejante a la palabra “lo intentaré” que también lleva un “no me saldrá bien”….dentro de ella.
  

Hoy es el día del Amor. ¿Necesita un día el amor?¿No debería ser de todos los días?¿Se centra en tipo de sentimiento?¿Deja a otros afectos de lado?¿Abarca a todo el “ amar”?.

Lo que es cierto es que al menos, el día de hoy, pone el acento sobre la existencia del sentimiento en la cabeza de todos, lo sintamos o no.

 El Amor existe y de tantas maneras y modos que la superficie deja paso al afecto de fondo sin importar la forma.

Puede encontrarnos en cualquier momento y en cualquier circunstancia. No hace falta buscar. Llega y te envuelve y pronto sabes que lo hace para quedarse.

No podemos vivir sin amar. Todos depositamos amor en algo, alguien, lo que sea. Lo que sucede es que el amor en estado puro es difícil de encontrar entre el género humano a no ser el desinteresado por los hijos o los animales. Cuando es otro ser humano el que tenemos de frente, siempre esperamos una respuesta semejante, o al menos una respuesta.

No me creo que el amor sea desinteresado, al menos el que tomamos como modelo de enamoramiento. Está sujeto al apego y a la dependencia, con más o menos intensidad o quizá dependa del punto en el que se encuentre la relación o la confianza que te merezca el otro.

Confundimos amor con pasión, amor con afecto, amor con querencia, amor con sexo, amor con afinidad, amor con complicidad, amor con ayuda…y el Amor lo es todo junto. No puede darse aislado con una de estas acepciones porque entonces toma otro nombre.

Uno debe sentir amor por sí mismo porque estaremos una vida con nosotros y sobre todo, porque el amor es una construcción que se hace minuto a minuto y se comienza por los cimientos propios. 

Siempre se ama. Siempre hay motivos para amar. Siempre hay a quien amar…y si repasas y no lo encuentras…SIEMPRE ESTÁS TÚ.

martes, 12 de febrero de 2019

MALOS ENTENDIDOS

Lo que entendemos cada uno del otro, no es lo mismo, en muchas ocasiones, de ahí que no entendamos lo que nos están queriendo decir e interpretemos sin preguntar lo que a nosotros nos ha parecido.

Creer que sabemos lo que el otro nos ha querido decir es un gran error. Nos lleva a sufrimientos innecesarios, a malestares indescriptibles, a fomentar el crecimiento de los monstruos de nuestra cabeza.


Fijémonos en este breve relato y en sus consecuencias.

“Una vez un monje mendicante llegó a un monasterio en busca de alojamiento. Según la tradición lo normal era entablar con el recién llegado un debate sobre distintos aspectos de la enseñanza budista en el que se ponía a prueba tanto al huésped como a los monjes del cenobio. Pero, aquel día, todos estaban muy cansados así que el abad decidió que el debate corriera a cargo de un monje que, además de tuerto, tenía pocas luces.

El abad decidió aconsejarlo:
-Como no tienes mucho conocimiento ni facilidad de palabra, procura que el debate se haga en silencio, y además intenta que sea lo más corto posible.
A la mañana siguiente, el abad se encontró con el visitante, que ya partía.

-¿Qué tal fue el debate? -preguntó.
-Puedes sentirte satisfecho de tus monjes, él dijo ser el más torpe de todos, pero confieso que me derrotó claramente por su elevada comprensión del budismo.
-Cuéntame cómo fue el diálogo -rogó el abad.
-Para empezar, yo levanté un dedo, queriendo expresar al Buda. Él contestó levantando dos dedos, haciéndome ver que una cosa era el Buda y otra sus enseñanzas. Yo entonces levanté tres dedos, indicando al Buda, su enseñanza y sus monjes. Pero a continuación él lanzó un puño contra mi cara haciéndome entender que todo parte de una comprensión única y definitiva. No supe qué contestar, así que, derrotado, me marcho de tu monasterio.

Instantes después apareció el monje tuerto, y el abad le pidió el relato de lo ocurrido en el debate.
-Ese hombre era un maleducado, empezó levantando un dedo recordándome que yo tenía solo un ojo; yo fui benevolente y levanté los dos dedos en señal de que él afortunadamente tenía los dos ojos, pero insistió en el insulto al levantar los tres dedos mostrando que entré él y yo teníamos tres ojos, así que le di un puñetazo. Entonces se levantó y se dio la vuelta sin decir nada. “

Sin duda, hay que emplear la palabra para entendernos porque a veces las imágenes no quieren decir lo mismo para todos.



domingo, 10 de febrero de 2019

MOMENTO DE SILENCIO



Cuando estés triste,

Haz una pausa.

Cuando sientas  ansiedad,

Haz una pausa.

Cuando te equivoques,

Haz una pausa.



Cuando estés alegre,

Haz una pausa.

Cuando te llegue el éxito,

Haz una pausa.

Cuando estés ante el abismo,

Haz una pausa.

Cuando vayas a adelantar tu pie

Para absolutamente.

Retrocede y haz una pausa.

Solo en la quietud y el silencio

Todo toma su dimensión real.

Cierra los ojos, respira, agradece.

Vuelve a ti.

Tu mundo será diferente.