Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 27 de noviembre de 2015

¿ QUÉ HACES POR TU FELICIDAD?



Un día más, cada día que vivimos. Un día más cada momento en el que seamos felices, infelices o estemos en la más absoluta indiferencia, un día más que no pasa en vano.

Estamos en el centro de una chispa. La que se ilumina entre la vida y la muerte, ese paso corto, por largo que sea, que damos galopando en un arco sin cuerda.

Hoy nos preguntábamos en clase cuál era la finalidad de la existencia, para qué creemos que estamos aquí, por qué y de qué forma encontramos un sentido a este fogonazo que somos, y sobre todo cómo debe movernos para obtener, de esta experiencia única, todo el beneficio posible para nuestra conciencia.

Todos hablábamos de felicidad. Todo apuntaba a desear conseguirla desde un camino u otro.  Cualquiera de nuestras acciones y comportamientos parece que se encaminaran a atraparla. Y todo ello se presenta como algo obvio.

Elegimos una profesión porque creemos que en ella seremos felices, ayudaremos a la sociedad y nos esforzaremos por mejorarla; elegimos una pareja para ser más felices aún, elegimos unas aficiones porque nos reportarán ratos de placer sostenido y siempre pendiente; elegimos amigos porque son afines a nuestra alma y creemos que con ellos aumentarán nuestros ratos de felicidad…y así sucesivamente vamos tejiendo la vida.

Sin embargo, esta finalidad que todos compartimos se pierde en el camino, se dispone debajo de cualquier motivo para apartarla, queda oculta tras el orgullo, el egoísmo y las rutinas de cada día donde luchamos más por tener razón que por ser felices.
Cada día es un día más que hemos perdido o que hemos aprovechado. Un tiempo que no vuelve. Un momento valiosísimo para bebernos sorbo  a sorbo el dulce caldo de una felicidad que deberíamos anteponer a todo.

Ir despacio, caminar firme y seguro en la cuerda floja. Respirar profundo en las desgracias, ser camaleónicos en el dolor y saber encajar los golpes nos llevan, sin duda, a estar más cerca de ese gran concepto que sin embargo se resume en lo más sencillo de lo sencillo, porque para vivir plenamente se necesita  poco y de ese poco, muy poco. 

Vivir, en definitiva, con lo que tiene valor y con lo que nunca tendrá precio.

jueves, 26 de noviembre de 2015

¿Y QUÉ TAL SI ME PERDONO?



 
... Me he sentado a tomar un café conmigo misma frente al espejo y me descubrí alzándome la ceja como siempre, entonces me dije a mi misma que ya estuvo bueno de ser tan dura a veces y que deberíamos probar, simplemente, perdonarme...

... Me perdono por dejarme en último lugar infinidad de veces,

me perdono por hacerme pedazos para completar a otros,

me perdono por no tener tiempo para mí,

me perdono por no hacerme caso y tropezar con el mismo obstáculo una y mil veces,

me perdono por poner mi salud como un pendiente y no como una prioridad,

me perdono por haber hablado de más,

me perdono por haberme callado,

me perdono por confundir resignación con tolerancia,

me perdono no gastar en mí lo que sin reparo gasto en alguien más que a veces no lo merece,

me perdono por mentirme,

me perdono por no verme al espejo más seguido,

me perdono por no ser más amable conmigo misma,

me perdono por no tenerme paciencia ni tener constancia,

me perdono por ser tan ruda cuando se trata de mí,

me perdono no encajar en un molde,

me perdono por no permitirme muchas cosas,

me perdono por no disfrutar de otras tantas,

me perdono por no valorar los momentos que valen la pena y darme cuenta muy tarde...

... Mi misma, me dije, debemos aprender a soltar, a dejar ir, a perdonar...

Debemos hacer frente común contra el mundo que no está en nuestra contra, simplemente es el mundo y la gente es gente, con lo bueno y con lo malo, a veces solo estamos parados en el camino equivocado con alguien que viene a todo pulmón y nos arrasa sin miramientos...

No hay explicaciones ni justificaciones... Es así, sucede...

... Mi misma, sabes, necesito tu apapacho, tu abrazo, tu complicidad, he aquí el trato...

... Menos reproches y más amor...

... Menos revivir el momento y más perdón...

¿Y si me perdono? Ampliamente y de verdad, sin echarme en cara después mi errores, sin pensar en un problema toda la noche, sin sentir un punzada con un recuerdo corrupto cruzándonos la mente...

...¿Y si me perdono mis errores y pasado? Si, me perdono, si me acepto y me corrijo, si me acomodo las piezas si me reseteo la memoria y el corazón... ¡Sí me perdono!

Por MALE Capetillo Cabrera
 

miércoles, 25 de noviembre de 2015

LA PACIENCIA DE CONFIAR EN TI





Me ha gustado…comparto el sorbo de aire fresco…
¡Feliz tarde!
________________________________________________________________
Nadie alcanza la meta en un solo un intento. Ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo.
Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces…
Nadie recoge cosecha sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra.


Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad… Ni llega a puerto sin remar muchas veces…

Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas… Ni recoge rosas sin sentir sus espinas… Nadie hace obras sin martillar sobre su edificio. Ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo.


Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible. Nadie conoce la oportunidad hasta que esta pasa a su lado y la deja ir…

Nadie encuentra el pozo del placer hasta caminar por la sed del desierto.

Pero nadie deja de llegar, cuando se tiene la claridad de un don, el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida. El poder de realizarse y el impulso de la vida.


Nadie deja de arder con el fuego dentro, sin antes saber lo que es el calor de la amistad. Nadie deja de llegar cuando en verdad se lo propone.


Si usas todo lo que tienes, y confías en ti… ¡ Esfuérzate ! … porque…


¡¡¡ Vas a llegar !!!

PAULO COELHO

martes, 24 de noviembre de 2015

LA CUALIDAD MÁS IMPORTAMTE



Siempre, en todo momento, de cualquier forma y en cualquier modo…ésta debe ser  la cualidad más preciada.

Para uno mismo, para los demás, para los compromisos, para la responsabilidad, para poder caminar con la cabeza erguida y el corazón al aire. 


Pero sobre todo para nuestra tranquilidad. Para la serenidad a la que tanto anhelamos. Para dormir en paz y despertar dichosos de estar en armonía con nuestro ser.

___________________________________________________ 

“…Cierto día salieron a pasear juntas por un lugar, donde se celebraba una hermosa fiesta, la Ciencia, la Fortuna, la Resignación, la Honradez. En el camino dijo la Ciencia: Amigas, como puede darse el caso de que nos perdamos unas de otras en la fiesta, es bueno convenir el lugar donde podamos encontrarnos de nuevo: a mí podéis encontrarme en la Biblioteca de aquel sabio médico, el doctor X que, como sabéis, es uno de mis viejos y mejores amigos. 

La Fortuna dijo: --Yo me iré a esperarlas en el lujoso palacio de aquel poderoso millonario a quien, como sabéis, siempre acompaño. 

La Resignación dijo a su vez: --A mí me encontraréis en la pobre y triste choza de aquel viejecito a quien con tanta frecuencia veo, y quien, sin exhalar jamás una queja, ha vivido tantos años sufriendo los horrores de su negra suerte. 

Como notasen las compañeras que la Honradez se mantenía callada, le preguntaron: --A ti, amiga, ¿donde te encontraremos? La Honradez, bajando tristemente la frente, respondió: --A mí, quien una vez me pierde, difícilmente me vuelve a encontrar. “

lunes, 23 de noviembre de 2015

POEMA DE OTOÑO





HOJAS EN TU PELO



Y caen las hojas con los colores del otoño


Y caen tus palabras en mi corazón deseoso


De caricias sin manos y susurros locos


De lujuria sin medida y sin decoro.


Pasa el viento sobre tu fresca boca


Hecha de nata y de almendra


Para cubrir mis ansias de gloria


Para tejer promesas que alimentan.


Muy tarde  en la noche de un tiempo


Que no es mío, que es de otra.


Que sin embargo no es de ella


Porque siempre a mi me toca.


Te miro a los ojos y tiemblo


Porque mi corazón no tiene regreso


Y camina solitaria entre la amargura


De saberte allí y aquí, huyendo.


De tenerte y esfumarte


De beberte y saborearte presto


De temer que cuando marchas


No sabré si habrá un luego.


Miro a través de los cristales


Y tu mirada no la encuentro


Que estas hecho de espuma


Y de alma de marinero.


Que amas cuando llegas a puerto


Y que yo me he convertido


En el mástil de tu velero.