Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 2 de noviembre de 2018

EL ÚNICO TODO



El amor es TODO.

Sólo somos piezas.

El AMOR  es un mar sin ningún fin.

Somos una gota de él. 

Él trae cientos de pruebas.

Podemos encontrar nuestro camino sólo a través de él.


 
El cielo se convierte en cielo sólo por AMOR.

Sin AMOR, incluso las estrellas se eclipsan.

Una vez que se pierde el AMOR, todo se convierte en sal.

La palabra es la fuente de la vida porque se origina en el AMOR.

El conocimiento de la verdad, de la realidad del todo comienza en el AMOR.

No dejes el AMOR lejos de tu alma.

No lo abandones nunca para que tus buenas obras

puedan dar sus frutos y seguir creciendo.

No te abandones nunca a la falta de AMOR o siempre 

serás un buscador sin descanso en el eterno vacío.

La única salvación que tienes está en el AMOR.

(Basado en reflexiones de Rumi)

jueves, 1 de noviembre de 2018

¿HAS PERCIBIDO SEÑALES ALGUNA VEZ?



Hoy es un día memorable en muchos países. Se venera, se cuida, se asiste a los que ya no están. La muerte se hace presente pero de una forma diferente. No es lo mismo que cuando alguien se muere que es más patente, más presente y cercana. Sin embargo, el día 1 de noviembre nos pone delante una idea que siempre queremos evitar: el desapego absoluto, el abandono del vestido que llevamos; un tránsito seguro que el resto de los días queremos obviar.



Los seres queridos, conocidos, cercanos o los que de alguna forma han estado en contacto con nosotros pueden comunicarse a través de señales.

Debemos estar preparados, abiertos y dispuestos a recibirlas. Muchas personas las han sentido, oído, olido, leído…y a veces, no queremos darles el valor que tienen. Nos da miedo. 

Lo que sigue a la vida es un misterio y por eso se reviste de temor. No hay que tenerlo. Es vida también, va pegada a ella y el hecho de abandonar el cuerpo no significa que abandonemos la vida. Continuamos.

Es como abrir una puerta cuando nacemos, a la vida carnal pero sin darnos cuenta que la hemos cerrado a la vida que hay antes de nacer. Nadie habla de ello. Todos nos preocupamos por lo que hay después de la vida. ¿Y el antes?, tal vez sea igual que el después o esté relacionado con ello.

Venimos con un barrido hecho en la memoria racional, pero no en la sensorial. A veces tenemos la sensación de estar viviendo algo que hemos vivido ya de forma idéntica. Otras veces, sabemos seguro algo que no nos han dicho pero que luego comprobamos. Y muchas otras percibimos, intuimos y distinguimos sin ver, oír ni percibir con el cuerpo. 

Hay otra dimensión que se manifiesta a través de nosotros. Algo sutil que sin palabras está ahí desde siempre.

Puede ser que aún no hayas relacionado ciertas señales con lo que te sucede. Respuestas que están en el ambiente o dentro de ti.
Estate abierto/a a lo que veas. Mira más allá. Piensa en lo que necesitas y abre el camino de las respuestas.

Llegan. Solamente tienes que estar dispuesto/a a percibir.
 Sin miedo. Todo es perfecto. Todo está en su momento adecuado. 

Todo está bien.

domingo, 28 de octubre de 2018

LO DIFÍCIL DE ENTENDER LOS PROBLEMAS GLOBALMENTE



Todos tenemos problemas, alguna vez o siempre; grandes o pequeños. Reales o imaginarios. Problemas en los que solemos enfocarnos en una sola dimensión. No sabemos verlos globalmente, en un marco amplio y difusor.



Si pudiésemos ver el conjunto y no solamente el aspecto que nos duele podríamos entenderlos y si logramos comprenderlo, tal vez incluso dejasen de ser problemas porque veríamos otra cosa.

Suele suceder que efectivamente lo que más nos molesta de otras personas, aquello que puede provocar un problema, es solo una parte de un  rompecabezas que de ser formado completo encaja perfectamente.

Veamos este breve relato acerca de la dificultad de comprender el todo y no sólo la parte.

…”Una vez llegó un elefante a una ciudad poblada por ciegos. En esa ciudad se ignoraba
qué y cómo era ese extraño y enorme animal, así que decidieron llamar a los más eruditos entre ellos para que elevaran un dictamen. El primero se acercó al animal y palpó concienzudamente sus patas. Al rato sentenció:
-Amigos, no hay duda. Un elefante es como una columna.

El segundo de ellos también se acercó al paquidermo y tocó a fondo sus orejas.
-Temo comunicaros que mi colega se ha equivocado.
Un elefante es un gran abanico doble -dijo el segundo. El tercero, en cambio, centró su inspección en la trompa.

-Debo decir -proclamó- que mis dos colegas han errado en su apreciación. Es evidente que un elefante es como una gruesa soga. De este modo cada erudito captó su propio grupo de defensores y detractores, iniciándose una polémica que hizo que llegaran a las manos.

En esto llegó al pueblo un hombre que veía perfectamente, y ante aquella confusión preguntó el motivo de la disputa. Desordenadamente, cada grupo volvió a defender su opinión sobre lo que en verdad era un elefante.

 Oídos a todos, el hombre que veía trató de sacarles de su error explicando que cada erudito sólo había percibido una parte del elefante, por lo que les describió cómo era en realidad el animal. Pero los ciegos creyeron que aquel hombre estaba loco.

Lo expulsaron de su poblado, y continuaron por los siglos debatiendo entre ellos sobre lo que creían debía ser un elefante.”