Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


viernes, 9 de octubre de 2020

...Y NACISTE TÚ

 

…Y naciste y todo cambió. Así. De repente. Eras una posibilidad inmensa de amor, de compañía para tu hermano, de proyección para tus abuelos, de remanso de paz para tu padre y de esperanza para mí.

          Y nada fue como pensé. Nada como todos creíamos que serías. No podías serlo porque habías llegado para poner un punto de inflexión, una rotura en la línea recta y un peldaño más para avanzar en la escalera de la vida.

 


 

          Y llegaste silenciosa y tímida, pero decidida y calladamente impetuosa. Desde tus adentros de niña gritabas sin voz cómo serías más tarde.

          Vigorosa, energética, briosa, lozana, firme, indómita, inconformista, juiciosa, sensata, benévola, indulgente, magnánima, compasiva, luminosa…y muchos más atributos que abanderas en cada acción para hacerte presente en el mundo.

          Y hubo momentos en los que no te entendí, ni tú a mí tampoco. Y tiempos en los que aún cerca estábamos lejos, pero nunca lo suficiente para dejar de amarnos.

          Siempre pensé que serías yo misma en otro tiempo, pero me enseñaste que cada uno somos únicos y que lo tiempos no los construye el reloj que marca las horas, sino el destino propio que viene con nosotros en nuestra hoja de ruta.

          Y así comencé a quererte de otra forma. Más libre y menos invasiva. También, en este esfuerzo enorme de mi alma por no pegarme a la tuya, fuiste regalándome más ternura, más comprensión y más expresiones de afecto.                        Fuiste acercándote a mis raíces, por eso, cada año que se suma a tu vida te pareces más a ella. Ese es un gran regalo que seguro, desde su reino de nubes, me ha concedido después de tantas lágrimas.

          Hoy deseo más que nada que seas siempre muy feliz y que goces de esta vida única que nos acoge a las dos y nos repite, en su eco infinito de estrellas, que nuestro corazón siempre estará unido.

Te quiero niña.

 

         

 

lunes, 5 de octubre de 2020

AL OTRO LADO DEL MIEDO

 

Al otro lado del miedo está todo lo que deseas, lo que necesitas y lo que sueñas.

Al otro lado del miedo estás tú en estado puro con toda tu fortaleza, con las posibilidades infinitas que la vida te concede, con la colaboración del universo que aquí te trajo y con toda la fuerza cósmica que se despliega cuando te sientes libre de temores y condicionamientos.

Al otro lado del miedo no está la arrogancia; esa se hace presente cuando se cree no tenerlo ante nada.

 


 

 Tampoco eso es sano que así sea, porque el miedo protege, a veces, de caer en abismos insalvables de los que no puede retornarse o te avisa dónde se encuentra el borde del acantilado. Sin embrago, debes convertirlo en una herramienta favorable para ti. Una ayuda que te sirva de aviso, como lo es el dolor o la fiebre.

Superar los miedos depende de si sabes relajar tu mente, templar tu ánimo y decidir poder con lo que venga porque al final todo pasa.

Al otro lado del miedo te espera otra vida muy diferente. Una en la que tú vas a ser la protagonista y no la que se esconda detrás de la cortina.

El miedo produce sufrimiento y de eso hay que tomar lo mínimo.

No creo en la filosofía que ahora está tan al uso del positivismo a ultranza. La vida no es sencilla, las dificultades existen, los buenos días se combinan con muchos peores, las desgracias suceden y no siempre puedes mantener una sonrisa como bandera. Pero desde tu centro, en el corazón de tu voluntad debe existir ese afán de supervivencia emocional que te ayude a resistir.

A vencer sin combatir.

A ser feliz aún sin nada de lo que ahora crees imprescindible en tu vida.

Al fin y al cabo, sólo tú estarás contigo para siempre. Descubre el camino para ser tu mejor amigo/a.

Eso basta.

domingo, 4 de octubre de 2020

SENTIRSE LIBRE

 

 

…” Aquí y ahora, en la quietud de mi ser interior,

Me doy un espacio, unos momentos…

Cuido de mi propia mente,

Cuido de mi propio corazón,

Cuido de mi alma.

Sabiendo escuchar cómo me siento

Y aceptándolo plenamente, sin juzgarlo,

Me acepto tal y como soy.

 


 

Me asiento dentro de mí,

En un lugar que llamo auto respeto,

Confianza en mí mismo/a,

Y desde ahí, decido qué pensamientos

quiero traer a mi mente, a mi interior,

Qué sentimientos elijo depositar dentro.

Confío en despertar la esencia única y verdadera

De mi naturaleza original de paz, benevolencia.

Amor, plenitud y verdad.

Renacer internamente como si mi vida fuera nueva,

Dejar que lo que me ha dado sufrimiento

No se convierta en el tema principal de mi vida.

Soltar. Dejar ir lo que me aparta de mi paz.

Acepto dónde estoy, con mis fortalezas y debilidades.

Suelto la oscuridad de traer el pasado una y otra vez,

Cosas que ya pasaron… y abrazo el amor genuino y verdadero que puede perdonar todas las elecciones erróneas y que puede disolver todo dolor, todas las heridas.

Pongo luz. La luz del amor y del cuidado.

Nada pendiente con nada ni con nadie

Nada que ocultar.

Lo verdadero es permanente.

No lucho. No me resisto a ataduras.

No hace falta.

Soy libre.