Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


domingo, 14 de junio de 2015

VIAJE A ÍTACA (Relato del Domingo)



Domingo anterior:

Marco indiferente empujó con fuerza para terminar de cerrarla.

.- ¡No tan rápido Marco! Quizás quiera saber algo acerca de éste número.- y diciendo esto le enseñó un largo número escrito en la palma de su mano.

Owen gritó desde dentro.

.-Déjala pasar.- Nicoleta esbozó una sonrisa triunfal ante los asombrada expresión de Marco. Deslizó la puerta con su mano sobre el piso e hizo hueco para que poder pasar.

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Domingo 14_06_2015

.-Owen!, ¿qué te sucede?.- Nicoleta conocía al psiquiatra perfectamente y le veía abatido, tumbado en el sagrado sillón de los pacientes, algo que él nunca haría. Se acercó rápidamente y se arrodilló junto a él apretando su brazo contra su cuerpo.


.-¡Owen reacciona.!.¿Son ellos de nuevo?...!me lo temía!.! Por favor abre los ojos!. Marco intentó separarla sin éxito del aquel cuerpo desvanecido e inerte.


.-Vamos Nicoleta déjale descansar.

.-No, No es posible. Tengo unos números que tal vez puedan decirnos algo.- Se miró la palma de su mano nuevamente.- La mujer se levantó lentamente y del mismo modo se acercó a Marco. Lo hizo tan extremadamente cerca que apenas sus bocas les alejaban unos milímetros.


.-Nunca me digas cómo debo tratar a Owen, ni lo que le conviene y lo que no. Tú no sabes nada de nosotros ni de lo que él necesita. ¡Te ruego, te exijo! Que te vayas y nos dejes a solas.- En ese momento Owen abrió los ojos y con un gesto dejado y seco movió su mano para indicar a Marco que se fuera.


Cogió su chaqueta y salió de la clínica dando un portazo en la puerta.

Nicoleta volvió a sentarse en el suelo cerca de él.

.-Mi querido Owen…sabía que me necesitabas de nuevo. Ese asistente que has contratado es demasiado celoso. No te conviene.- Mientras decía esto acariciaba el pelo de aquel atormentado hombre que no respondía mientras se dejaba hacer.- tengo lo que te hará sentir bien. Yo te lo daré, como he hecho siempre.-

Acercó su bolso arrastrándolo lentamente por el suelo y con sumo cuidado metió su mano en él rebuscando aquella jeringuilla cuya aguja estaba pinchada en el blando tapón de un diminuto frasco. 

En ningún momento dejó de acariciar su pelo. Era una especie de ritual en el que cual una actitud maternalista daba tiempo y espacio a lo que iba a suceder instantes después.

Muy despacio, Nicoleta acercó aquel somnífero a la pierna dislocada que Owen dejaba caer por el lateral de la cheslón y la clavó con fuerza y determinación introduciendo por completo el líquido en su cuerpo.

Un tímido gemido hizo que la cabeza del psiquiatra cayese por completo fuera del área de reposo. 

Nicoleta se apresuró a dar un breve recorrido por la habitación. Comenzó a revolver cajones y a  descolocar los papeles aún recién ordenados por Marco. Buscaba algo más que la compañía de aquel viejo amigo que ahora yacía sumergido en un profundo sueño.

Hablaba consigo misma tratando de reforzar la esperanza de encontrar lo que buscaba.

.-¡Vamos Nicol, vamos! Tiene que estar aquí. ¿Dónde la habrá escondido?.- Dirigiéndose a Owen gritó como si pudiese oírla.
.-¡Eres un estúpido!. ¡ La encontraré, aunque tenga que vaciarte la mente.- Siguió su búsqueda ahora en el ordenador portátil que aún estaba encendido encima de su mesa.

.- Veamos…No, no…no puedes haber dejado un rastro tan evidente. Tal vez en los archivos del propio disco duro…-Y diciendo esto sacó del bolso un pequeño pen driver con el cual comenzó a jackear el ssitema (…)




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