MALETA SIN TIEMPO
En el techo del cielo,
En lo profundo del infierno,
En las paredes y el suelo,
En tu mirada de averno,
En las palmas de las manos,
En las plantas de los pies,
En cada pisada y su trazo…
Te llevo dentro de mi ser.
Y no importa tu presencia,
Ni el mundo del ayer,
Te he tatuado en el corazón,
Con la tinta negra del dolor,
Y se ha transformado el color,
En el blanco purísimo del amanecer.
Y te reconozco de nuevo,
Como aquel joven señero
Al que dije adiós
sin pensarlo ni quererlo.
Y hasta el sonido recuerdo,
De aquella maleta llena
De ilusiones y deseos,
Que quedo esperando en el suelo
Para abrirse a mi paso,
Ahora que no hay tiempo.
Pero hay ganas en el fuego
Y nos miran las horas muertas,
Que yacen esperando,
Lo que desde entonces,
sin saberlo,
estamos queriendo.
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