Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


lunes, 7 de noviembre de 2016

¿ QUÉ SOLEDAD DUELE MÁS?



Muchas veces nos encontramos solos, pero con una soledad en el alma infinita a la que nadie responde. Y eso que la peor soledad no es la física. Uno puede estar solo pero estar lleno; de pasiones, de hobbies, de entretenimientos y actividades que completen el día. Lo peor es sentirse solo entre la gente o perdidamente solo entre los que amas.

Hace un par de días me crucé en el portal con una vecina que se ha quedado viuda hace un año. Difícilmente ha ido cogiendo el tono a la vida de nuevo, muy poco a poco. Eran de esas parejas maravillosas que todos quisiéramos para nosotros. Siempre juntos, siempre ocupados en el otro. La falta se hace imposible entonces y el vacío dura mucho tiempo.

Mi vecina descubrió de golpe que la soledad mayor no se la había dejado su marido, sino sus propios hijos.

El otro día estaba en el portal esperando un taxi. Enrollada en una bufanda con los ojos llenos de gripe …y lo peor, de lágrimas.
Uno de sus hijos no atendió su llamada; el otro dejó que la respuesta de su mujer mandase el mensaje. Y ahí estaba sola, tal y como ella le indicó. Un taxi fue la solución para unas urgencias a las 11 de la noche.

Uno se plantea que soledad duele más. La ausencia del marido o la distancia de sus hijos.

Me dejó mal. Sentí que estamos en un mundo de desconocidos aún con los nuestros. Casas isla. Cada uno ocupamos un cubículo en los edificios en el cual, cuando se cierra la puerta, estamos solos. A veces en compañía, otras junto al eco de la casa recibiéndonos indoloro.

Hay que aprender a salirse del grupo porque parece que eso es lo que nos toca.

Pertenezco a una generación cuyo objetivo didáctico era enseñarnos a trabajar en grupo. Socializarnos, respetar opiniones, turnos de palabra y pensamientos diferentes. En la cual, estar con los demás era el premio. Parece que ahora hemos desaprendido esta lección y ni siquiera los vecinos significan nada. 

No sé qué mundo estamos dejando. Tengo la esperanza de que la vida se distribuye en ciclos y éste sea uno de los descendentes y que esté a su término. 

Eso espero.

2 comentarios:

  1. Todas las soledades duelen, porque no hemos nacido para estar solos. Lo importante es tomar consciencia de la Gran compañía que tenemos a diario, miremos donde miremos.

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  2. A ese punto hay que llegar mi querida amiga. Impregnarnos de la compañía de todo lo que nos rodea. No queda otra. En realidad somos parte de TODO y somos TODO. Ahí está el secreto.
    Un beso*

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