Hoy quiero iniciar el día con una fábula
oriental en la que se propone una elección compleja, siempre no preguntemos al
corazón con cuál de las propuestas se quedaría.
Se trata de un breve cuento hindú en el cual podemos discernir qué es lo
fundamental para que el resto llegue.
Veamos…
LOS TRES ANCIANOS
Una mujer que salía de su casa vio a tres
ancianos de barbas blancas sentados en el jardín de su casa.
“No sé quienes son ustedes, pero deben
tener hambre. Por favor, pasen que les daré algo de comer”
“¿Está el hombre de la casa?”, preguntó uno
de ellos.
“No, no está”
“Entonces no podremos entrar” dijeron los
ancianos.
Al atardecer, cuando su marido llegó a la
casa, la señora le contó lo sucedido.
“Ve y dile que yo estoy en casa y que los
invito a pasar a los tres”
La mujer salió y los invitó amablemente a
que pasaran.
“Nosotros no podemos ser invitados a una
casa juntos” dijo con determinación uno de los ancianos.
“¿Por qué?” preguntó la mujer muy
intrigada.
El anciano con la barba más blanca
respondió:
“Su nombre es Riqueza” dijo señalando a uno
de ellos y señalando al otro agregó: “Su nombre es Éxito, y el mío es Amor…
ahora, ve con tu marido y decidan a cuál de nosotros prefieren invitar”
“¡Qué fantástico! Si ese es el caso
invitemos a Riqueza. Así llenaremos nuestra casa con riquezas” Dijo el marido
cuando escuchó lo que le contó la mujer.
“No, no me parece buena idea… ¿Por qué no
elegimos a Éxito? así seremos admirados por todos”
su hija adoptiva que escuchaba la
conversación desde su habitación exclamó:
“¿ Por qué no invitamos al Amor? ¿Por qué
siempre hay que pensar en las riquezas y el éxito como si el amor no fuera
importante para nosotros?”
La intervención de la niña dejó a sus
padres en silencio y avergonzados.
“Sí, ella tiene razón” dijo la madre.
Y el padre agregó: “Sigamos el consejo de
nuestra hija”
La mujer salió al encuentro de los ancianos
y preguntó :
“¿Cuál de ustedes es Amor? … Por favor,
pase y sea nuestro invitado.”
Amor se levantó y comenzó a caminar hacia
la casa. Los otros dos también se levantaron y los siguieron. Sorprendida, la
mujer miró a Éxito y a Riqueza y preguntó:
“Sí yo solamente invité a Amor ¿Por qué
ustedes también vienen?”
Los tres ancianos respondieron juntos:
“Si hubiese invitado a Éxito o a Riqueza
los otros dos se quedaban afuera, pero ustedes invitaron a Amor, y donde quiera
que él vaya los otros lo siguen. Porque donde hay amor siempre hay éxito y
riqueza
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