Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


jueves, 10 de noviembre de 2011

UNA BALANZA PARA NUESTRO EQUILIBRIO

Si pusiésemos en una balanza el peso que tiene el pasado en nuestra vida seríamos conscientes de someterlo, con urgencia, a una dieta de adelgazamiento para que no peligrase el organismo completo. Sería estupendo ir volcando en el platillo de la balanza aquello que nos frustra, que calladamente sigue manteniendo una pugna con nosotros, que horada cada intento de cambio, que sigue ahondado en el hoyo profundo del desánimo…así, calladamente, imperceptible y silencioso, pero denso y recurrente, pegajoso y turbio.
Hemos cometido errores. Todos y cada uno de nosotros. Y los seguiremos cometiendo, pero otros... nunca los mismos o a eso, al menos, debemos aspirar. Aprender es el premio a la ingrata tarea de equivocarse. Y en ese aprendizaje debe ir la lección que nos enseñe primeramente a no juzgarnos con dureza y a no hacerlo tampoco con los demás. Todo se basa en el desconocimiento, en la falta de entendimiento, en la ausencia de comprensión de las situaciones y las motivaciones de cada uno. Y por debajo de todo este cúmulo de aditivos venenosos…el miedo, un miedo feroz de cada cual a ser dañado, a que se rían de nosotros, a que nos abandonen, a que nos engañen, a parecer estúpidos, a rayar en la tontería. Por eso, ver más allá, llegar a entender…supone siempre avanzar y encontrar el equilibrio. Por otra parte, equivocarse da la oportunidad de recorrer muchos caminos, de conocer lo bueno y lo malo, de discernir por contraste, de poder elegir lo mejor, de sentir el dolor de la culpa y limpiarnos por dentro, de encontrar la ocasión para gozar de la maravillosa sensación de dejar atrás lo que no nos gusta de nosotros mismos. Los errores nunca están de más. Desconfiemos de quienes digan que nunca se han equivocado, de los seguros de su clarividencia, de los que se creen libres de faltas, de lo que siempre quieren tirar la primera piedra. Hay que llegar a la serena humildad dentro del corazón, en su vórtice y en su centro. A la dulce sensación de haber sido protagonistas de tantas equivocaciones…tantas y tantas…que ahora nos han ayudado a saber por dónde no tenemos que pisar.
Alégrate porque te equivocaste, de otro modo nunca habrías llegado a ser lo que ahora te identifica como un ser inmensamente comprometido con sus ganas de mejorar.

3 comentarios:

  1. Coincido contigo en todo lo que dices. Porque sin error, ¿qué hubiera sido de mí?.
    Hay personas que no cometen errores, porque ya no lo necesitan. Son los niños eternos, esos que ven el mundo como si la vida...
    Gracias por tus "recetas"

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  2. Somos animales que aprendemos más con el método del ensayo y error. Mirar al largo plazo y no al pasado está entre las claves para superarlo. Leer tus consejos con esta deliciosa música del blog es un placer. Mil gracias.

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  3. ´Gracias anónimo por recopilar "mis recetas", creo que el guiso lo haremos entre todos y ese será el gran momento.
    Xuan, me alegra muchísimo que te guste la música. Tengo intenciones de cambiarla de vez en cuando, para que no sea monótona pero yo misma estoy enamoradita de ella...y me dejo llevar...Muchas gracais por estar ahí, siempre.

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