Abriendo la puerta...

"Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera"

Francoise de la Rochefoucauld


miércoles, 9 de noviembre de 2011

EL ÚLTIMO RECURSO...

El último recurso para subir nuestra estima siempre ha de estar en nosotros mismos. Qué nadie ni nada pueda con lo absolutamente inmensos que somos. Los rasgos que tenemos, nuestra forma de caminar, lo estilizado o no de nuestro cuerpo, la gracia de nuestro estilo…son accesorios de quita y pon. Lo que realmente somos está por debajo, por encima y a través de todo ello. Quien no sepa verlo no merece nuestro empeño, nuestro afecto, ni nuestras lágrimas. Si en algún momento de la vida han querido destruir el sagrado edificio de la persona maravillosa que hay en nosotros…es momento de izar el vuelo y más que nunca CREER en las infinitas posibilidades de nuestro ser. Porque nada ni nadie tiene el derecho de destruir las ilusiones, los sueños, las metas o los empeños que constituyen el motor de la voluntad que nos anima. Y si no nos creen capaces de ser lo que ya somos, mejor dejarlos ir en su ignorancia sin que nos duela su falta de comprensión.
Por eso, hoy llego hasta vosotros con un credo muy particular, el nuestro, el mío…el tuyo… CREER y CRECER con nuestra fuerza vital, con nuestra valía incuestionable, con esa poderosa capacidad de llegar a ser lo que verdaderamente queramos solamente apoyados por una absoluta confianza en nosotros mismos…


“Creo en mis formas, en mis caminos; en esos que duelen pero que rinden frutos.
Creo en el sendero de la verdad, en el sendero difícil.
Creo en mi alma, en esa porción agazapada de mí.
Creo en quién soy y, por lo tanto, en quien a pesar de las derrotas no tengo intenciones de dejar de ser.
Creo en mi sueño, en el magnífico sueño que seguiré construyendo hasta que no me queden más fuerzas para creer.
Creo en el destino, en mi historia, en mis pasos y en mi experiencia.
Creo en mis ganas de dar y creo en un mundo maravilloso que espera recibir mi gota de cariño.
Creo en la amistad, en los besos, en la lluvia, en las sonrisas y en los secretos.
Creo en mi esfuerzo por crecer, en mis ganas de crecer. Creo en la vida, y en la magia con la que toca todas las cosas.
Creo en el destino y en un futuro de recompensa para quienes afrontan el desafío de ser fieles a sí mismos.
  Creo en mí; sobre todo creo en mí cuando caigo, cuando no tengo fuerzas, cuando el viento sopla y mis velas ceden, sigo creyendo en aguantar y en volver con todas mis fuerzas para seguir y seguir creyendo, y seguir andando, y seguir viviendo.  Creo en el amor y en ese modo indescriptible de estar abierto ante la vida… “

4 comentarios:

  1. El último recurso, se parece tanto al primero..., que se me ocurre ver en él el núcleo, la esencia del fractal de nuestra vida. Parece que recurrir al Amor Propio, el verdadero Amor propio es principio y final de la experiencia. Viéndolo así, el camino resulta más bonito.
    Un beso, caminante.

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  2. Efectivamente...me ha gsutado mucho esa conexión entre el principio y el final. Debemos creer tanto en nuestras posibilidades que tengamos apoyos externos o no...sepamos siempre qué nos anima, a dónde nos dirigimos y cuánto empeño vamos a poner en salir adelante...porque la vida se renueva cada día...una y otra vez...incansablemente. Oto beso para ti!

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  3. A veces la incertidumbre nos paraliza y baja nuestra autoestima. Creer y tener confianza en nosotros mismos es un excelente plan. Gracias por tus estupendos textos.

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  4. Gracias a ti Xuan...este blog no es mío...es de todos los que le dáis vida y por ello, porque estamos unidos por un finísimo hilo invisible de intenciones y buenos deseos para ser mejores y más poderosos en nosotros mismos, es por lo que vamos a conseguirlo!. Un beso

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